Gasolina, diésel o electricidad: la OCU desvela cuál es la forma de repostaje más barata
Un coche repostando gasolina | Pixabay
Los precios por litro tanto de la gasolina como del diésel están estables, aunque no haya bajado en comparación con la subida que han ido acumulando a lo largo del último año. Con la electricidad ha ocurrido exactamente lo mismo; aunque ya no presenta tantas variaciones como el año pasado, sigue siendo mucho más cara en los años 2020 y 2021.
La subida del precio de estos suministros es algo que afecta a todos los ámbitos de la vida cotidiana y, por supuesto, a aquellas personas que necesiten repostar el coche. Tanto los que son de combustión como aquellos que necesitan de electricidad están sufriendo las consecuencias de las subida de los precios de los combustibles (en el primer caso) y de la electricidad (en el segundo).
A pesar de ello, elegir un tipo de motor u otro sí que puede suponer una diferencia para el bolsillo. Los precios a pagar por cada visita a la gasolinera (o electrolinera) serán diferentes en cada uno de los casos. En base a esto, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha hecho un estudio para el cual ha investigado cuál es la variación de precios en cada tipo de motor. Ha llegado a la conclusión de que, sin variaciones, la opción más económica es apostar por un coche eléctrico y recargarlo en casa, frente a lo que supone repostar un vehículo de gasolina o diésel.
Un gasto en gasolina mucho más elevado con respecto al año pasado
La OCU ha cogido como referencia un vehículo de gama media que recorre unos 10.000 kilómetros de media al año. En base a esto, la Organización ha desarrollado una serie de cálculos para deducir qué tipo de repostaje es el que sale más rentable. Un vehículo eléctrico, en primer lugar, necesitaría en torno a 2.000 kWh de electricidad para cubrir esa distancia. Esto costaría un total de 550 euros en caso de recargar el coche en casa y durante el horario valle. Es cierto que este es el sistema más barato, pero la OCU también reconoce que el precio ha aumentado 390 euros con respecto a los mismos parámetros en el año 2020.
En el caso de la gasolina, el informe ha tomado como referencia un consumo de 7 litros por cada 100 kilómetros, lo que supondría unos 700 litros para la distancia estudiada. En total, esto costaría unos 1.118 euros. Por último, en caso de tener un coche de combustible diésel, el consumo está estimado en 6 litros por cada 100 kilómetros. El coste de esta opción es de 1.007 euros en total. Al igual que la electricidad, y como se ha mencionado antes, estos combustibles también han aumentado con respecto al año 2020: 293 euros en el caso de la gasolina, 363 euros más caro en el caso del diésel.
Por tanto, según se deduce del estudio, apostar por un vehículo eléctrico sigue siendo una inversión más económica que los motores de combustión, tanto en el medio como en el largo plazo. Es más, son muchos los conductores que optan por este nuevo modelo de automóviles.
Además de las ventajas ya mencionadas, las personas también resaltan la menor agresividad que transmiten estos modelos de coche. El motor eléctrico es mucho más silencioso, la conducción más suave y hay una mayor sensación de fluidez. Todo ello contribuye a aliviar el estrés en la conducción que puede provocar el ruido constante y la subida de las revoluciones. No obstante, también hay que tener en cuenta que no todo son ventajas: los precios de venta de estos vehículos sigue siendo muy alto y, en caso de no poder instalar un enchufe de carga en casa, puede haber problemas para recargar la batería.
