La compra de vivienda unifamiliar se frena tras dos años de máximos históricos por la covid

La demanda de viviendas unifamiliares vuelve a la normalidad tras experimentar dos años de crecimientos intensos a causa de los cambios que la pandemia provocó en los intereses de los ciudadanos. La compraventa de este tipo de inmuebles dejó de crecer durante el año 2022, a diferencia de los dos últimos años, en los que, tras el confinamiento domiciliario, registraron un intenso crecimiento, alcanzando niveles máximos históricos. 

Concretamente, el 19,5% de las compraventas de vivienda que se firmaron el año pasado fueron unifamiliares. Esto supone un descenso de casi un 1%. En 2021 la vivienda unifamiliar supuso el 20,37% de las compraventas, alcanzando el máximo histórico interanual a mediados de 2021, con un peso del 20,95%, según los datos del informe Anual del Colegio de Registradores analizado por THE OBJECTIVE.

A consecuencia de esta moderación hacia niveles de demanda más normales en este tipo de vivienda, la vivienda colectiva ha recuperado parte del peso relativo perdido. Así las cosas, el número de inmuebles situados en edificios ha alcanzando una cuota de mercado del 80,48% de las compraventas de 2022. 

Siguen centrando el interés

A pesar del descenso del último año y su moderación, la vivienda unifamiliar sigue manteniendo pesos relativos significativos con respecto a años anteriores a la pandemia. Durante 2020, el sector inmobiliario experimentó  algunos cambios de tendencia, como un cierto éxodo hacia el mundo rural. En esos meses, el confinamiento y el teletrabajo a consecuencia de la pandemia hizo que muchos ciudadanos se replanteasen su vida.

Muchas familias decidieron buscar nuevos espacios en los que vivir alejados de las ciudades. «La gente ya no buscaba en grandes ciudades, buscaba otro tipo de vivienda donde vivir, con espacios para conciliar, cerca del rural», explica a este medio un analista del sector. Sin embargo, esa tendencia que se extendió durante el año más duro de la covid fue desinflándose poco a poco hasta volver a la normalidad en 2022. 

Ya durante 2021, esa marcha al medio rural se fue desinflando debido, entre otras cuestiones, a que la implementación del teletrabajo no ha sido tan elevada. En cierta medida, se puede indicar que la ‘época de gloria’ de la vivienda unifamiliar va quedando atrás, con la progresiva ‘vuelta a la normalidad’, según explican los registradores. En este momento, la vivienda colectiva supone la opción mayormente demandada. 

Sin embargo, desde el máximo histórico de mediados de 2021, el peso de compraventas de vivienda unifamiliar no ha dejado de descender hasta el último trimestre de 2022, en el que se ha registrado un ligero incremento trimestral. Esta ligera subida puede suponer una cierta resistencia que nos dirija «hacia una consolidación de niveles en pesos de compraventa unifamiliar ligeramente por debajo del 20%». 

Las dos Castillas y Extremadura, mayor peso

Entre los cambios de tendencia que trajo la pandemia, también aumentó considerablemente la demanda de viviendas de mayor tamaño, fundamentalmente en la periferia de las ciudades. Aumentó la compra de viviendas unifamiliares o chalets debido a la necesidad de contar con más espacio en un momento en el que la mayor parte del tiempo se pasaba en el hogar. 

Una tipología de vivienda que sigue teniendo mucha más importancia en unas regiones que en otras. Las comunidades autónomas con un mayor peso de compraventas de vivienda unifamiliar durante 2022 han sido Castilla La Mancha (37,21%), Extremadura (27,64%), Castilla y León (23,23%) y Baleares (22,97%), mientras que los mayores pesos en vivienda colectiva se han registrado en País Vasco (95,35%), Comunidad de Madrid (87,50%), Principado de Asturias (86,92%) y La Rioja (84,74%).

¿Qué pasará en 2023?

Tras el boom de ventas del año pasado, 2023 invita a la prudencia en materia de vivienda. Después de los datos excepcionalmente altos de 2022, el consenso del sector inmobiliario apuesta por un enfriamiento en 2023, tal y como hemos contado en THE OBJECTIVE. Una caída en el volumen de compraventas que tendrá un reflejo limitado en los precios, según los expertos del sector.

Sin embargo, que no haya caídas importantes de precios no quiere decir que estos no tiendan a moderarse. En este sentido, y tal y como explican los registradores, la vivienda unifamiliar cuenta con unos precios por metro cuadrado más bajos, pero con un importe medio superior por el hecho de presentar superficies medias superiores. En la medida que las condiciones de financiación se endurezcan, tanto las viviendas de mayor importe por metro cuadrado como de mayor importe total «pueden sufrir, afectando a la relación de pesos entre vivienda unifamiliar y colectiva», explican.