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Castilla y León

Los diez errores del PP en la campaña que han desestabilizado a Mañueco

El PP se ha visto envuelto en una espiral de traspiés y fallos que le han hecho bajar en las encuestas. El error de Casero en la reforma laboral detonó el auge de Vox

Los diez errores del PP en la campaña que han desestabilizado a Mañueco

Alberto Núñez-Feijóo, Pablo Casado, Alfonso Fernández Mañueco e Isabel Díaz Ayuso

Desde el 20 de diciembre en el que Alfonso Fernández Mañueco apretó el botón nuclear del adelanto electoral, el Partido Popular se ha visto envuelto en una espiral de traspiés y fallos que han provocado que los apoyos hayan caído cerca de diez puntos en estimación de voto. Si en el momento de la disolución de las Cortes castellano-leonesas, el PP se encontraba a un escaño de la mayoría absoluta de 41 procuradores, ahora llega al 13-F con la lengua afuera y en una horquilla en torno a la treintena de escaños y con el PSOE de Luis Tudanca pisándole los talones.

Han sido casi dos meses en los que la campaña del PP se ha ido desinflando hasta el punto de tener que recurrir a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, para movilizar el tradicional voto conservador ante el auge de Vox . THE OBJECTIVE ha recopilado los diez errores de las últimas semanas que han desestabilizado la candidatura popular:

La fecha de los comicios: el 13 de febrero

Estas elecciones tienen la particularidad de que son las primeras en Castilla y León que se convocan en solitario. La operación del adelanto electoral no está exenta de riesgos ya que, al separarse de las municipales, el tirón de los alcaldes no es el mismo. En el PP son conscientes de que es improbable repetir el porcentaje de participación de 2019, que fue del 65,8%, y confían en que la bajada solo sea de cinco puntos.

Pero todo apunta a una alta abstención. La última encuesta del CIS mostró que la gente dispuesta a ir a votar se lo está pensando. Si al principio de la campaña el 63,7% de los encuestados afirmaba que votaría «con toda seguridad», ese porcentaje bajó casi dos puntos una semana después, hasta el 62,1%. Además, un 60% de las personas que participaron en el último sondeo del CIS señalaron que tenían «poco o ningún interés» en la campaña electoral del 13-F.

Alfonso Fernández Mañueco y Pablo Casado / PP

Otro dato preocupante es el voto por correo, cuyo plazo para pedirlo terminó el pasado 4 de febrero y que se ha desplomado un 40% con respecto a 2019. Si hace dos años hubo 85.300 solicitudes, en esta ocasión se ha llegado apenas a las 51.000, de las cuales casi 41.000 son de forma presencial y 11.000 de manera telemática.

Cualquier cifra por debajo del 60% beneficiará a las formaciones emergentes, tanto Vox como los partidos provinciales de la España Vaciada. Este escenario llevó este jueves al presidente de la consultora GAD3, Narciso Michavila, a augurar que si la participación baja del 33% a las 14:00 horas, entonces «es muy probable un vuelco a la izquierda».

Mañueco culpa a Ciudadanos del adelanto

La convocatoria de elecciones anticipadas causó sorpresa porque nadie se lo esperaba. Y las formas fueron muy poco decorosas pues Mañueco firmó los ceses, reunió a su Gabinete ya solo con consejeros del PP y firmó la disolución de las Cortes sin que la otra parte del Ejecutivo de Ciudadanos lo supiese. El hasta entonces vicepresidente, Francisco Igea, se enteró de su fulminante destitución en medio de una entrevista en Onda Cero y a la consejera de Sanidad, Verónica Casado, no se atrevieron a decirle la verdad cuando abrió una puerta y descubrió que Mañueco estaba reunido con sus consejeros del PP. Se enteró de su cese unos minutos después por teléfono. «La historia nos pondrá a cada uno en su sitio», le advirtió al presidente.

El ya presidente en funciones de la Junta de Castilla y León acusó de inmediato a Ciudadanos de «traición» al descubrir que orquestaba una moción de censura con apoyo de los socialistas y el representante de Por Ávila, al estar de acuerdo las tres formaciones en varias enmiendas para los Presupuestos de 2022.

Mañueco ha repetido desde entonces que tenía pruebas fehacientes del complot, pero el único que las puso sobre la mesa fue Igea en su descargo con unos mensajes de móvil en los que, unos días antes de la disolución, recibía el visto bueno del consejero de Economía del PP para cerrar el acuerdo presupuestario con el procurador abulense.

El PP se olvida del voto urbano con la ‘garzonada’

Los populares tuvieron un regalo inesperado con las controvertidas declaraciones del titular de Consumo, Alberto Garzón, en The Guardian sobre la carne española. El ministro fue desautorizado por Pedro Sánchez y abonó el terreno para que el PP defendiese al sector agrícola y ganadero en una comunidad autónoma que vive en buena parte del campo.

Sin embargo, el PP abusó de la polémica con un número excesivo de comparecencias públicas en granjas y terrenos agrícolas, mientras aparcaba las preocupaciones de las ciudades y núcleos urbanos de pequeño y mediano tamaño, acuciados por la despoblación o la falta de infraestructuras viales y ferroviarias en algunas provincias .

El PP de Salamanca no declara en un caso judicial

El equipo de campaña de Alfonso Fernández Mañueco tenía el 17 de enero marcado en rojo por las declaraciones, en calidad de imputados, del presidente del PP en dicha provincia, Javier Iglesias; de su gerente, Isabel Sánchez, y del propio partido -como persona jurídica- en un juzgado de Salamanca en el marco de una investigación por un presunto delito de financiación ilegal en las primarias internas de 2017 que desembocaron en la elección de Mañueco como líder del PP de Castilla y León.

Al final, ni Iglesias ni el representante legal del partido en esta provincia declararon ante el titular del Juzgado de Instrucción número dos de Salamanca, Juan Rollán. Sus abogados alegaron que guardarían silencio hasta que se resolvieran los recursos presentados contra esta citación. El propio Iglesias evitó el ‘paseíllo’ al comparecer ante el juez de forma telemática con el argumento de que no se encontraba del todo bien por los efectos de la tercera dosis de la vacuna contra el coronavirus que le habían inoculado ese mismo lunes.

En el PP están convencidos de que las pesquisas terminarán en archivo como ocurrió recientemente con el ‘caso del pitufeo’ del PP de Valencia, por el que estuvieron imputados casi todos los miembros de la corporación durante la última etapa de Rita Barberá. Pero desde ese momento, los populares empezaron a bajar en los sondeos cuando las encuestas internas apuntaban en aquellos días que Mañueco podía llegar a los 40 representantes en las Cortes.

El equipo de Mañueco siempre fue consciente de que este caso de presunta financiación ilegal en la región podía ser aprovechado por la oposición hasta el 13-F. Un ejemplo de la preocupación interna en el PP de CyL por este asunto es que se pospuso sine die el congreso provincial de Salamanca, en el que se esperaba ratificar el liderazgo provincial de Iglesias, a la espera de que la Justicia tome un camino -el archivo- u otro -la apertura de juicio oral- para así obrar en consecuencia. Es decir, para optar por la continuidad del líder provincial imputado a día de hoy o decantarse por el relevo en función de lo que marque la Justicia.

Mañueco se ‘ayusiza’ con ataques a Sánchez

El candidato del PP empezó la campaña el mismo día de la disolución de las Cortes con un eslogan con el copyright de Isabel Díaz Ayuso: «Sanchismo o futuro». Durante semanas, Mañueco insistió en que únicamente había dos opciones a la hora de coger la papeleta. «Solo existen dos modelos, el del enfrentamiento que provocan las políticas de Pedro Sánchez o el proyecto para unir y seguir creciendo que desarrolla el PP en León, en Castilla y León y en España», aseveró.

Isabel Díaz Ayuso / Tomás Alonso (EP)

«Se trata de elegir entre el sectarismo de Sánchez o la libertad para crecer en la mejor tierra del mundo», aseveró en el arranque oficial de la campaña, pero los mensajes que catapultaron a Ayuso en el 4-M no han calado en una parte del electorado castellano-leonés que está alejado de las trifulcas casi diarias entre el Gobierno central y la Puerta del Sol, sede de la Presidencia madrileña.

Tanto el socialista Tudanca como el naranja Igea afearon a Mañueco el recurso continuo a la más conocida de los barones del PP. «Yo ya no sé si aquí se vota por Casado, por Ayuso o por quién», dijo el candidato de Cs en tono despectivo en un momento del segundo debate electoral.

«Otro millón para el turismo de las razas»

Pablo Casado fue pasto de los memes en Twitter con una controvertida afirmación desde una granja del pueblo de su padre, Matadeón de los Oteros (León). En ella insistió en que los fondos europeos que están llegando a España no deben destinarse para «el turismo de otras razas».

«Será mejor emplear 10.000 millones de euros para que, de aquí a 20 años, se contrate a mucha gente, sobre todo jóvenes y mujeres, a estar dando un millón de euros para la Guerra Civil o no sé qué archivos que quieren digitalizar, otro millón de euros para el turismo de otras razas, y otro millón de euros para las sedes sindicales», enumeró.

En esa misma intervención comentó que se había tomado un vino a las 11:30 horas de la mañana y que había quienes «se extrañaban» de ello porque desconocían, a su juicio, las «carencias» que había en algunas zonas de la geografía española en el pasado. «Muchas veces no había agua y teníais que beber vino, es verdad que con menos grados, y desayunabais sopa de ajo», rememoró.

El toque de atención de Aznar a Casado

José María Aznar revolucionó la campaña electoral el 30 de enero al defender en Valladolid que, aunque es importante ganar las elecciones del 13-F, la cuestión no era «ganar para que vaya no sé quién a tal palacio (de la Moncloa) o a tal convento», en clara alusión a Pablo Casado, sino que la pregunta que había que responder es «para qué» gobernar.

El expresidente del Gobierno hurgó en la herida al recomendar a Mañueco «construir, integrar, no fraccionar», porque lo importante en un «gran líder» es ser capaz «de rodearte de los mejores, sin reservas, tenerlos al lado, sumar activos permanentemente» justo cuando Casado lleva frenando las aspiraciones de Ayuso a liderar el PP madrileño y cuando desde la dirección nacional se ha marginado -y multado- a la exportavoz parlamentaria, Cayetana Álvarez de Toledo.

Las advertencias de Aznar llevaron a Génova a subrayar al día siguiente el «liderazgo incontestable» de Casado al frente de la formación y a forzar al expresidente a comparecer el 1 de febrero ante los micrófonos de la Cope para aclarar que sus palabras no eran un dardo contra el líder del PP. Eso sí, aprovechó para pedir el final de la batalla por el control del PP de Madrid «cuanto antes». Unas afirmaciones que tuvieron el aplauso de Esperanza Aguirre en una entrevista con THE OBJECTIVE.

Casero vota ‘sí’ a la reforma laboral

Sin duda, el punto más determinante de toda la campaña electoral. El error humano del diputado Alberto Casero salvó a Pedro Sánchez de su mayor derrota en la legislatura. El PP se preparaba para el mejor escenario de los posibles: la derogación de la reforma laboral por estrechísimo margen, gracias a la ‘rebeldía’ de los dos diputados de Unión del Pueblo Navarro (UPN), suponía la fractura del Ejecutivo de coalición y la puerta a elecciones generales anticipadas.

Lo primero que iba a hacer Casado era pedir a Sánchez que se sometiese a una moción de confianza, pero el castillo de naipes que había construido el PP para la semana final de la campaña se cayó de forma inesperada con el fallo de Casero. Hubo 175 votos a favor del pacto entre los agentes sociales por 174 en contra.

El diputado del PP, Alberto Casero.

Previamente, los populares habían capeado con dificultad las presiones de la patronal para sumarse al acuerdo o, al menos, no tumbarlo mediante una abstención. Sobre todo, tras constatar que Ciudadanos votaría ‘sí’ en el hemiciclo si no se cambiaba ni una coma del texto, tal y como pedían los empresarios. Las gracias que dio la exministra de Trabajo, Fátima Báñez, a Inés Arrimadas por el sentido de los votos naranjas fue un golpe bajo del que el PP no se recuperó.

La metedura de pata de Casero lo que provocó es que desde las filas de Vox se aventase la sospecha de que Génova había sacado adelante la iniciativa de esa forma tan surrealista. Todas las encuestas de la última semana han mostrado un importante incremento de apoyos para la formación de Santiago Abascal en detrimento del PP.

Ayuso, al rescate de Mañueco

Una señal de que las cosas no iban bien para el equipo de campaña de Mañueco fue la ‘ayusodependencia’ de los últimos días. La presidenta de la Comunidad de Madrid solo iba a intervenir al final de la primera semana de campaña con dos intervenciones en Segovia y Burgos, dos de las provincias en las que el PP se juega el último escaño en liza.

Desde la Puerta del Sol se indicó por activa y por pasiva que ese día sería la única incursión de Ayuso en tierras castellano-leonesas por motivos de agenda, pero el giro en las encuestas llevó a Mañueco a pedirle que doblase su presencia con dos mítines en Valladolid y Ávila. En la capital regional verbalizó lo que muchos dirigentes del PP dicen en privado pero ni Casado ni Mañueco se atrevían a decir. Que si hay que pactar con Vox después del 13-F, se haría.

Al final, el candidato del PP volvió a llamar a Ayuso para que cerrase con Casado y Alberto Núñez Feijóo el último mitin de la campaña también en Valladolid. Un síntoma, apuntaron desde los otros partidos, de que a Mañueco no solo le bastaba con la presencia del presidente nacional de los populares.

«El que se la juega soy yo, no Pablo Casado»

Fue la frase más importante de los dos debates de televisión y mostró a un Alfonso Fernández Mañueco a la defensiva. Las palabras dieron alas al socialista Luis Tudanca pues fue el primer signo de flaqueza del candidato del PP. Es más, el presidente de la Junta en funciones desveló que los rivales estaban más cerca de él al constatar que PSOE y Ciudadanos «van de la mano» para un acuerdo postelectoral.

«Ya lo hemos visto que van de la mano con la reforma laboral. Puede haber un gobierno similar al de España y ya sabemos lo que significa que los socialistas gobiernen con sus socios», dijo a modo de advertencia. Sin embargo, esa constatación espoleó tanto a Tudanca como al candidato de Ciudadanos, Francisco Igea. Por primera vez, Mañueco daba señales de debilidad.

Francisco Igea, Alfonso Fernández Mañueco y Luis Tudanca en el segundo debate del 13
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