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Interior oculta el volumen de incautaciones de droga en las cárceles españolas en 2022

Los médicos de prisiones han percibido un aumento en el consumo de los internos durante el pasado año

Interior oculta el volumen de incautaciones de droga en las cárceles españolas en 2022

Interior oculta el volumen de incautaciones de droga en las cárceles españolas en 2022. | EP.

El consumo de drogas en las cárceles españolas ha aumentado tras la pandemia. Los médicos de prisiones han percibido un aumento en el consumo de los internos durante 2022, así lo aseguran varios sanitarios a THE OBJECTIVE. Sin embargo, el Ministerio de Interior se niega a dar información sobre el número de drogas incautadas en el año 2022 en los centros penitenciarios españoles o de inserción social.

A principios de año, un particular pidió al departamento de Fernando Grande-Marlaska la cantidad de «drogas, sustancias psicoactivas, sustancias opioides y otras sustancias incautadas en el período 1 de enero a 31 de diciembre de 2022, desglosado por sustancia y centro penitenciario o de inserción social».

El 14 de febrero Interior dictó resolución rechazando facilitar estos datos alegando que «la divulgación de la información
solicitada podría poner en compromiso los planes y estrategias de seguridad de una institución pública, como la penitenciaria, y en ese sentido, conculcar la clasificación de este tipo de materias como reservadas según el Acuerdo del Consejo de Ministros de 28 de noviembre de 1986».

La respuesta de Transparencia

Una respuesta con la que el solicitante no quedó conforme ya que, según alega el reclamante, desde 2017 hasta 2021, «dicha información, perfectamente desglosada por Centro y tipo de sustancia incautada, ha sido entregada en todas las ocasiones anteriores en que se ha solicitado por parte de la propia Administración […] sin ningún tipo de pega».

Ante esta situación, el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno trasladó la reclamación al Ministerio del Interior, que en abril de 2023 volvió a reiterarse en sus argumentaciones alegando que «la desagregación que se solicita podría comprometer las estrategias de seguridad que se implementan en la evitación de introducción de objetos y sustancias prohibidas, la investigación de actuaciones que pudieran conllevar la comisión de supuestos ilícitos penales».

Sin embargo, finalmente el Consejo ha decidido estimar la reclamación presentada por el particular y ha instado al ministerio a detallar los gastos en el plazo máximo de 10 días. «Los fundamentos expuestos conducen a la estimación de la presente reclamación, puesto que, si bien el Ministerio ha facilitado la cantidad global de sustancias incautadas en el año 2022, no puede entenderse que añadir la desagregación de esa información por centros en un periodo tan limitado como es el de un año afecte a las funciones que desempeñan en establecimientos penitenciarios y centros de inserción por comprometer las estrategias de seguridad que se implementan en la evitación de introducción de objetos y sustancias prohibidas y la investigación de actuaciones que pudieran conllevar la comisión de supuestos ilícitos penales», concluye el organismo público.

Aumento del consumo en prisión en 2022

Los médicos de prisiones consultados por THE OBJECTIVE aseguran que «ha habido un aumento del consumo de estupefacientes en prisiones tras la pandemia». «Es una vergüenza la cantidad de droga que entra en prisión y no hacen nada para solucionarlo», cuenta un médico de un centro penitenciario situado en la costa del Mediterráneo. «Les conviene tenerlos tranquilos y que consuman. Y en 2022 hemos visto un aumento considerable. En 2023 la situación se mantiene igual», asegura la sanitaria, que señala que la droga más consumida es el hachís y el cannabis.

«Lo meten los internos cuando viene de permiso o los familiares de los presos cuando viene a visitarles. Traen la droga dentro de su cuerpo y luego se la sacan en el servicio», explica. Otro médico de una prisión del centro peninsular relata que últimamente también se ha producido un aumento de mezcla de anfetaminas y de alcohol de destilación casera. «Lo peor son las mezclas, tiene la idea extendida de ‘lo he hecho muchas veces y nunca me ha pasado nada’ hasta que una vez por desgracia es la última», explica el experto.

Por otro lado, ambos profesionales muestran preocupación ante la llegada de la Navidad, época en la que «quieren olvidar y consumen mucha droga». «En Navidad consume mucho MDMA y anfetaminas alteradas y mezcladas con hachís, que son más baratas. Como consecuencia, el número de sobredosis e intentos de suicidios aumentan», relatan los médicos, que denuncian una vez más la falta de facultativos en los centros penitenciarios españoles.

Como ha contado este medio en repetidas ocasiones, la decadencia de la sanidad penitenciaria ha tocado techo. Las prisiones españolas han pasado de tener 216 facultativos a 167 (131 titulares, 32 interinos y cuatro en prácticas), es decir, un médico para cada 299 presos, según datos facilitados a THE OBJECTIVE por la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM). Además, en 2023 se jubilarán 30 sanitarios más y para el primer trimestre del año próximo solamente quedaran 100 médicos con oposición.

Además, 19 prisiones, las que concentran mayor número de población reclusa, se encuentran en estos momentos sin Atención Primaria. Esto es, más de la mitad de los internos, unos 25.000, tan solo pueden recurrir a los servicios de urgencias o, con suerte, a la teleasistencia ante la escasez de médicos con los que cuenta el sistema sanitario penitenciario que, según las fuentes consultadas, «está en vías de desaparecer».

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