Los disfraces y artículos de Halloween peligrosos bajan al 4% por las inspecciones
Hay que evitar máscaras que carezcan de una ventilación adecuada o todo objeto con bordes o puntas cortantes
Hay que evitar máscaras que carezcan de una ventilación adecuada o todo objeto con bordes o puntas cortantes
Demasiados disfraces incumplen la normativa y no deberían estar a la venta, sobre todo los infantiles
Teñido de una fuerte crítica política y social, el carnaval de Río ha arrancado este domingo pese a la supresión de subvenciones por parte del alcalde.
No queda nada para Halloween. Los grupos de WhatsApp se llenan de preguntas existenciales sobre qué llevar para la ocasión. El problema es que las respuesta, habitualmente, no son las más originales. El año pasado las estrellas fueron Donald Trump con su gorra roja y Carles Puigdemont vestido de preso americano. Las estrellas de siempre son los fantasmas de sábana, la calabaza juguetona y la niña de la curva. Y nos dejamos muchos más.
Como casi todo lo que tiene que ver con el mundo del perro, los disfraces generan debate. Hay quien considera que se somete al animal a una situación de estrés importante de forma innecesaria y quien defiende que esto no aplica en todos los casos, que su perro se lo pasa bien con o sin ropa. Sea cual sea tu postura, seguro que coincides en que lo que realmente importa es el bienestar físico y emocional del perro. No hay foto, ni fiesta que justifique que tu mejor amigo pase un mal rato.
Llega uno de los momentos más vivos y compartidos del mundo: el Carnaval. Los más famosos son los de Río de Janeiro, Venecia o Cádiz, pero hay vida más allá de ellos. Estos son los carnavales más locos, todos ellos con historias legendarias detrás.
Los actos de los que se compone la fiesta representan el deseo de decir adiós al año que pasó, preparándose para el nuevo año entrante con ilusión y buenos augurios. Los principales personajes de «La Vijanera» son los zarramacos, personas vestidas con pieles de oveja, sombreros picudos y caras pintadas de negro que van ahuyentando los malos espíritus del año que comienza haciendo sonar instrumentos atados al cuerpo. Algunos de los simbólicos personajes que también aparecen en esta curiosa celebración son la madama, el mancebo, el marquesito, los trapajones o naturales, los traperos, el oso y su amo, el pasiego y la pasiega, el caballero, la Pepa o Pepona, el médico, la preñá, el húngaro y las gorilonas, el viejo y la Vieja, los danzarines blancos y negros, el caballero, la giralda, las jilonas, la zorra, el zorrocloco, el ojáncanu, los guardias, los guapos, el afilador, la pitonisa, la bruja, el diablo… todos ellos vestidos de manera vistosa y con una función y un simbolismo propios.
Para festejar esta noche, los ingleses preparan el ‘Elixir de la Bruja’, hecho a base de zumo de arándanos, manzana, naranja y uva; los ‘Gusanos de Halloween, preparado con noodles de huevo, y los ‘Dedos de Brujas’, palitos de pollo. También son típicos los ‘ojo-bola’, unas bolitas de chocolate, vainilla y mantequilla de cacahuetes. De postre también se hacen’Esqueletos de galleta’ y es típico también el pan de calabaza. Las casas se adornan con motivos terroríficos, figuras de brujas y monstruos. Los niños son los principales protagonistas de esta noche en la que, disfrazados, van casa por casa en busca del tradicional truco o trato.
El Carnaval de Río me ha ganado: me quedo con este nido de humanoides desorientados, confundidos en una nada hiperpoblada de seres iguales que han perdido el rumbo, (la chaveta) y la identidad.
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