Miguel Ángel Quintana Paz

¿Quién tiene miedo de Jordan Peterson?

¿Quién tiene miedo de Jordan Peterson?

La traducción al español, hace unos meses, del texto más divulgativo de Jordan Peterson (12 reglas para la vida), así como su visita a nuestro país (en este enlace puede disfrutar el lector la entrevista que le hizo Cayetana Álvarez de Toledo) avivaron entre nosotros la polémica que a menudo le acompaña. Hitos de la misma han sido la prohibición que una cadena de librerías neozelandesa llegó a hacer de su libro en marzo pasado o el magnífico debate en que se convirtió su entrevista en el Channel 4 británico, todo un exemplum de cómo lidiar con una periodista más empeñada en rebatir que en entender.

A favor del odio

A favor del odio

El odio no tiene hoy buena prensa. Diríase que, en singular bucle, es a menudo el odio lo único que se nos permite odiar. El latiguillo moderno “todas las ideas son respetables” implica que ninguna puede ser odiosa. Tanto el lema jipi “haz el amor y no la guerra” como el más antiguo cristiano “amad a vuestros enemigos” parecen apuntar en igual dirección. Se diría que una actitud mansa y cariñosa es la única que nos recomienda la ética, mientras que cualquier arrebato de ira o contundencia trata de denigrarse como grosera equivocación.

Nosotros, tan alejandrinos

Nosotros, tan alejandrinos

Les propongo un pequeño juego al que ya jugó Jesús de Nazaret: ¿con qué podríamos comparar a esta generación? (Mt 11:16). ¿Qué otro momento histórico resulta más iluminador, cuál sería tan análogo como para extraer hoy de él mejores enseñanzas?

El consenso ha muerto, ¡viva el disenso!

El consenso ha muerto, ¡viva el disenso!

Entre el alud de reproches que viene recibiendo Vox (y al que un servidor se ha permitido añadir algún que otro granito) existe uno que veo particularmente desatinado. Es el denuesto (más habitual en los últimos días) de que Vox “rompe el consenso”: en torno a las autonomías, acerca de la ley de violencia de género, sobre la fecha del día de Andalucía…

2019, el año de la derecha

2019, el año de la derecha

La vida te da sorpresas, pero entre ellas no está que los tiempos cambian y las modas mutan y lo que ayer fue ensalzado hoy podría cosechar denuestos. De manera que, tras el sexenio largo del funcionario Rajoy y unos meses de sanchismo, llegaron las últimas elecciones andaluzas y cual San Nicolás algo anticipado repartió una pedrea de pasmos: la comunidad autónoma más sólidamente socialista daba a los tres partidos de centro y derecha 200.000 votos de ventaja frente al socialismo-podemismo; la división del centro-derecha (que, recordemos, no significa lo mismo que centroderecha), lejos de perjudicar a este espacio político en número de escaños, le daba la mayoría absoluta; y la suma en porcentaje de votos de Partido Popular, Ciudadanos y Vox rozaba con un 49,99 % esa misma mayoría.

Discutir a Dios

Discutir a Dios

Un hecho singular acaeció el pasado 14 de octubre en el Pabellón de Cristal madrileño ante un millar largo de asistentes. En primer lugar, lo que los convocaba no era un espectáculo deportivo o artístico, sino un debate. Tengo para mí, desde hace ya años, que una de las principales diferencias entre la cultura anglosajona y la nuestra es que allí los debates apasionan de veras, aquí solo de boquilla.

Todos los Santos frente a Halloween

Todos los Santos frente a Halloween

Mi postura sobre si incorporar nuevas celebraciones a nuestro calendario apenas ha cambiado desde que tomé una temprana decisión al respecto, allá por mis seis años de edad, ante la entonces palpitante polémica de si instaurar en España los regalos de Papá Noel junto a los más tradicionales de Reyes. Sí, soy partidario de introducir festividades novedosas (¡y sus regalos!), que bastantes afanes acarrea la vida del hombre sobre la tierra y demasiados contados están sus días como para privarlos de uno u otro dulzor. Por tanto, y aunque este artículo puede reputarse como una cierta crítica de Halloween, avanzo ya que mi argumento contra esta fiesta no será misoneísta: tiendo a contemplar las cosas nuevas con simpatía y esta se acrecienta si son festivas.

Periodistas y mariconazos

Periodistas y mariconazos

“¿A qué te dedicas, Miguel Ángel?”. “Soy profesor. De Ética. Por ejemplo, Ética del periodismo”. “Ah, pero ¿los periodistas tienen ética?”. He escuchado el mismo chiste tantas veces. Supongo que todos soportamos monotonías semejantes con nuestro trabajo: a Jordi Hurtado seguro que le han hecho mil chanzas sobre su eterna juventud. Y a fe que tiene especial mérito en su caso: no es fácil aguantar la misma broma doscientos años.

Comienza un nuevo curso, ¡sapere aude!

Comienza un nuevo curso, ¡sapere aude!

Permítame el lector rogarle que, por unos instantes, se figure la siguiente escena. Un caminante, de no muchas luces, se topa, mientras atraviesa un frondoso bosque, con un río que debe por fuerza franquear si de llegar a su destino se trata. El hombre empero vacila, pues siente miedo de la corriente y no divisa ni aguas arriba ni aguas abajo vado alguno que le facilite el tránsito.

Tres cosas que aprendí en Italia

Tres cosas que aprendí en Italia

Tener veinte años y hacer el primer viaje a Italia. Tal era, según Josep Pla, el deseo que rogaría al diablo si este le ofreciera uno último antes de morir. Yo tenía veintiuno y no el diablo, pero sí el programa Erasmus, me concedió un curso para estudiar Filosofía en Roma (también me ofreció pasarlo en Alemania, Francia o Inglaterra, lugares todos ellos donde se parlan lenguas bien apreciables…

Una nube de incienso

Una nube de incienso

Un amigo me avisó enseguida del artículo de Quintana Paz, por si quería rebatirlo. Se titulaba: “¿Por qué se acelera la decadencia de la Iglesia católica en España?”, así que afilé mis armas ultramontanas. Pero cometí un error fatal, de principiante. Leí el artículo. De modo que ahora, en vez de contradecirlo, lo voy a continuar.

¿Por qué se acelera la decadencia de la Iglesia católica en España?

¿Por qué se acelera la decadencia de la Iglesia católica en España?

Hay un pasaje de los Ensayos de Michel de Montaigne en que el gran francés se hace eco de un dilema ético (y cristiano) bien peliagudo. Imaginemos, dice nuestro filósofo, que se constriñera a un hombre bueno a optar entre realizar cierto esfuerzo o cometer una maldad. En principio, la tesitura no resultaría demasiado ardua: si es de veras persona bondadosa, no le importará arrostrar ciertas dificultades por mor del bien. Ahora bien, añade Montaigne, la cosa empieza a intrincarse cuando se le da a elegir a ese justo varón entre dos actos malvados. Ahí sí que (cedo la palabra a los Ensayos) “se le coloca ante una espinosa elección. Como le sucedió a Orígenes, a quien pusieron en la alternativa de, o bien adorar un falso ídolo, o bien gozar carnalmente de un horrible etíope que le presentaron. Al parecer, Orígenes optó por lo primero; y obró mal al hacer así, según algunos autores” (como Nicéforo Calixto).

Feminismo y psicopatía

Feminismo y psicopatía

Al igual que sucede con el fútbol o con los mormones, es desatinado hablar del feminismo como si formara una colección coherente de ideas, o de personas. De hecho, no resulta insólito que algunas feministas se opongan virulentamente a otras. Como también les ocurre a los hinchas del Atleti contra los del Real Madrid, o entre unas y otras iglesias mormonas.

Alfie

Alfie

Hoy escribiré sobre un niño. Es algo que durante siglos y siglos resultó inusitado: cuesta encontrar en la Antigüedad clásica referencias literarias a los más pequeños. Si te ponías a escribir unas letras, las dedicabas a los dioses, o a hombres egregios cuyas hazañas merecieran ser rememoradas. Un crío es poca cosa.

Ni España es el problema ni Europa la solución

Ni España es el problema ni Europa la solución

Los bilbaínos que acudieron a una conferencia de título, en principio, poco atractivo (“La pedagogía social como programa político”), pero impartida nada menos que por el filósofo José Ortega y Gasset, tuvieron allá por 1910 el privilegio de escuchar en primicia una frase que se acabaría convirtiendo en todo un lema para nuestro país. Se trata del célebre “España es el problema y Europa la solución”: una idea que al regeneracionismo de inicios de siglo apasionó, la II República ambicionó, los antifranquistas contemplaron con esperanza y nuestra democracia actual ha elevado casi al rango de dogma.

¿Se está volviendo Occidente inconscientemente budista?

¿Se está volviendo Occidente inconscientemente budista?

Es difícil hacer predicciones; especialmente sobre el futuro, como afirmara un viejo chiste danés. Pero quizá figura esta entre las menos complicadas: según pase el tiempo, nuestros conocimientos científicos serán cada vez más amplios y nuestras capacidades tecnológicas mayores. También parece que el nivel educativo de la humanidad sigue y seguirá aumentando (desde el porcentaje de alfabetizados al de universitarios).

Cómo sobrevivir a los troles con ayuda de Buda y Platón

Cómo sobrevivir a los troles con ayuda de Buda y Platón

De entre los variopintos bichitos que pululan por internet, últimamente los troles concitan atención especial. Se trata de una especie que nos acompaña casi desde los orígenes de la Red: ya en el Usenet de los años 80 (la abuela de las redes sociales actuales) proliferaron, empeñados en soltar asertos ofensivos para desquiciar debates y enfurecer a debatientes. Hoy su genética ha evolucionado y son capaces de acosar, injuriar, amenazar, doxear y calumniar a todo el que se cruce con ellos en la selva internáutica.

El sexo se acaba

El sexo se acaba

No es fácil que una generación entienda a otra. Todavía recuerdo aquella ocasión en que acompañé a una amiga (andábamos ambos por poco más de la treintena) a cierta conferencia de Celia Amorós, matriarca del feminismo hispano, que por aquel entonces superaba la sesentena. Doña Celia disertó sobre un problema que ella reputaba crucial para las mujeres: que la mayoría de los hombres las contemplaran solo como posibles madres de su prole futura. Mi amiga se revolvía incómoda en su asiento. Me había contado a menudo que su dificultad era justo la contraria: encontrar un novio que no la abandonara en cuanto ella hablaba de ir formando familia. Aun así, supo permanecer en la sala durante toda aquella charla sobre “la mujer actual”; si bien como quien escucha una disertación sobre tribus perdidas a orillas del Orinoco.

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