Ilaria Tuti: "Los cuentos son para contar el mal a los niños; los thrillers, para contárselo a los adultos"
Comenzaron a llamarlo novela negra porque los libros siempre venían en tapas negras. La historia se remonta a la revista Black Mask y, por supuesto, la colección especializada de Gallimard. Pero fue Raymond Chandler, maestro de maestros, quien terminó de acuñarle el apodo en un ensayo. Si los editores compraron el concepto fue porque sus personajes son los más oscuros. En la frontera entre el bien y el mal navega la novela negra. Ilaria Tuti es la última noticia feliz para el género con su primera novela –Flores sobre el infierno (Alfaguara)–, que ya tiene una adaptación cinematográfica en camino. Una historia que ocurre entre las montañas alpinas de Italia y cuenta con los atributos esenciales del género –todo parte del hallazgo de un cuerpo con el rostro devastado, las cuencas de los ojos vacías– y una sorpresa de peso: entre sus páginas hay musicalidad y palabras escogidas con mimo, hay un cuidado de la prosa más allá de la narración efectiva de los hechos.