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'Ayusers': qué se esconde tras el fenómeno fan hacia Isabel Díaz Ayuso (hablan los expertos)

La presidenta de la Comunidad de Madrid tiene una legión de seguidores que compran su merchandising y se manifiestan a su favor

‘Ayusers’: qué se esconde tras el fenómeno fan hacia Isabel Díaz Ayuso (hablan los expertos)

Gtres

Isabel Díaz Ayuso ha conseguido lo que muchos políticos desean: tener una legión de fans que la siguen, la apoyan y se manifiestan a su favor con fervor. La presidenta de la Comunidad de Madrid puede gustar más o menos, pero lo que es innegable es que, por lo que sea, ha sabido reunir a muchos fanáticos a su causa en toda España.

Una prueba de ello la hemos visto hace escasos días, cuando consiguió que 3.500 personas se manifestaran frente a la sede del Partido Popular, en la calle Génova de Madrid, para apoyarla y pedir la dimisión de Pablo Casado por la polémica del presunto espionaje. Otra prueba es el éxito que están teniendo las tiendas que venden merchandising de la política, como Ayushop, que pasó de tener 500 visitas diarias a casi 6.000 la pasada semana.

La protesta del pasado domingo en favor de Ayuso en Madrid.

‘Ayusers’, los fans de Isabel Díaz Ayuso

Ayuso tiene fans, los conocidos como ayusers, los cuales no dudan en comprarse camisetas que así lo indiquen y en reunirse para defender a la presidenta. Este fenómeno, más propio de cantantes, se ha trasladado a la política en los últimos años y hacia la presidenta en particular. Un asunto del todo llamativo porque genera numerosas preguntas.

¿Cómo son estos fans? ¿Qué les impulsa a comprarse merchandasing de Ayuso? ¿Qué sienten al ser seguidores fieles de un político? ¿Estas personas tienen una personalidad determinada? ¿El fenómeno fan puede ir a más? THE OBJECTIVE se ha puesto en contacto con cuatro expertos para responder a estas y otras muchas cuestiones, y para descubrir qué hay tras esta adhesión hacia la presidenta de la Comunidad de Madrid.

Una mujer con la camiseta de 'Ayuser' (Ayushop)
Una mujer con la camiseta de ‘Ayuser’ (Ayushop)

¿Qué puede llevar a una persona a hacerse fan de un político? ¿Y a declararlo abiertamente?

Muchos nos preguntamos cómo alguien puede llegar a comprarse una camiseta que apoye a su líder político, o cómo otra puede invertir su mañana del domingo en manifestarse en su favor. ¿Qué les lleva a ello?

El Dr. Sergio Oliveros Calvo, psiquiatra y director del Grupo Doctor Oliveros, lo explica perfectamente: «Vivimos una época de la historia donde la tribalización crece exponencialmente. Ya no es importante lo que pienses, sino si eres o no uno de los míos. Sólo te valoro si dices lo que define la estructura moral de mi tribu, pues eso me diferencia del que no lo es. Por eso el arco parlamentario se ha fragmentado y sigue haciéndolo. ¿Era relevante que Trump fuera republicano?¿Representaba el pensamiento republicano? Definitivamente, no, lo importante es que con su merchandising y el aparato mediático que le respaldaba definía una moral masiva antitética de los demonios demócratas (Hillary, Soros, etc.), la otra tribu. No podemos decir que Ayuso tenga una ideología propia pero tiene una forma propia de hacer la política, genuina, alejada del liderazgo de los sabios o expertos. Es una mercancía que delimita dos espacios escindidos, los nuestros y ellos, como Trump. Es lo que está detrás del éxito del neopopulismo empleado hasta la saciedad por los partidos emergentes o el nacionalismo».

No podemos decir que Ayuso tenga una ideología propia pero tiene una forma propia de hacer la política, genuina, alejada del liderazgo de los sabios o expertos

Dr. Sergio Oliveros, psiquiatra

El filósofo español Fernando Broncano Rodríguez, experto en Sociología, considera que el fenómeno se debe, en gran parte, a la autoafirmación: «Ahora hay muchos estudios sobre polarización. La cuestión es compleja porque, por un lado, está lo que dices, que es el deseo de reconocimiento bajo una cierta idea que es representada por un personaje. Pero, más profundamente, la adscripción a un conjunto de marcadores ideológicos forma parte de la conformación de la identidad de cada persona, y eso hace que haya una adhesión más o menos afectiva a quien se considera que es defensor de esas señalizaciones. En un mundo mediático como el que estamos, la exposición a los mensajes de los adversarios cuando atacan al líder propio se ven como ataques a la propia identidad, por lo que se produce una reacción de autoafirmación que tiende a polarizar y llevar a la gente a extremar lo que considera sus señas de identidad, sea, por ejemplo el republicanismo o la defensa de la bajada de impuestos», asegura.

Uno de los motivos puede ser sentirse parte de algo, sentirse identificado con alguien, parte de un grupo… Un político busca de alguna manera estas adhesiones militantes, porque generan que se hable de él

Guillermo Ponce, doctor en Psicología

Guillermo Fouce, doctor en Psicología, sigue la misma línea de Broncano: «Uno de los motivos puede ser sentirse parte de algo, sentirse identificado con alguien, parte de un grupoUn político busca de alguna manera estas adhesiones militantes, porque generan que esté en boga, que se le conozca mucho, que se hable mucho de él, bien o mal, que es lo que se quiere, y por eso también se está generalizando. Es un tipo de hacer política marcado en los medios, en la inmediatez, en la pose, en la simplificación, en la adherencia, las emociones (que movilizan más que las pensamientos)… y se hace porque funciona, es más efectivo. De hecho, las campañas ya se empiezan a plantear así, buscando esa conexión emocional y afectivo. Le aporta mucho al político que sabe tocarlo. Ya no hay pensamientos, todo tiene que ser muy visual, inmediato», afirma el profesor de Psicología Social en la Universidad Complutense de Madrid.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. EFE/ Fernando Alvarado

El fenómeno fan conecta con nuestras emociones primitivas

Lara Ferreiro, psicóloga de referencia, asegura que una persona se hace fan por tres variables:

  • El componente afectivo: cuando uno se hace fan de un político eso le da una exaltación emocional y le genera alegría.
  • El cognitivo: son los pensamientos, la creencia, la forma de pensar, la creencia de que tienes la posesión de la verdad.
  • El conductual: ir a manifestaciones te afianza la idea de que tienes que seguir siendo fan, te rodeas de las personas que piensan como tú y todo eso refuerza el sentimiento.

«Al declarar abiertamente que uno es fan de un político, se producen muchos sentimientos que te llevan a seguir siendo fan. Uno de ellos es de la manada (es súper poderoso); otro es de seguridad (las personas que están dentro del colectivo te van a apoyar); de inmunidad emocional (te sientes fuerte, poderoso, tienes gente que te apoya); sentido de identidad (te dice quién eres y no te hace sentir perdido); una validación externa (te van a reforzar lo bueno que eres, lo bien que piensas,); una cohesión grupal (reconoces a tus iguales y os unís fuertes para luchar contra el adversario); y un sentimiento de superioridadTodo es muy primitivo, te une en sociedad para luchar contra un enemigo común», afirma Ferreiro.

¿Hay personalidades o caracteres más proclives a ser fanes de un político? 

¿Cómo son los fans de políticos? ¿Tienen una personalidad determinada? El Dr. Sergio Oliveros –quien en 2015 fue elegido el Psiquiatra mejor valorado de España por Doctoralia Awards, y en 2016 recibió la Medalla de Oro del Foro Europeo Cum Laude y la Estrella de Oro del Instituto para la Excelencia Profesional– asegura que sí, y son «las personalidades que consideramos más gregarias: narcisista, borderline, histriónica, dependiente y obsesiva. Todas ellas buscan algo sin contenido de pensamiento pero con una carga emocional y una expresión estética con lo que puedan identificarse y a lo que seguir para sentirse más seguros en ese intragupo que el líder define con sus reglas morales».

La psicóloga Lara Ferreiro, elegida como una de las seis mejores en Madrid, coincide y añade otras: «Las personalidades rígidas (es muy difícil hacerlas cambiar de opinión, tienen un pensamiento único, intolerantes al cambio, pensamiento dicotómico…), personalidades agresivas (defienden los suyo con agresividad verbal, se enfadan), obsesivas (le dan muchas vueltas a lo mismo y eso les lleva al fanatismo) y vulnerables (están perdidas en la vida y se dejan influenciar por otras y se adhieren a una causa). Suelen ser personas muy racionales en la mayoría de los aspectos de su vida menos cuando se trata de valorar a su partido o político».

¿Qué sensaciones les aporta a los fans de un político apoyarlo, ir a manifestaciones o comprar su ‘merchandising’?

«Las mismas que aporta a un hincha de un equipo de fútbol, un partido populista o un grupo musical que emblematice una corriente social. El orgullo de pertenecer al intragrupo y la ostentación de la posesión de la verdad que delimita la frontera con el despreciable extragrupo. De forma muy sutil, eso lo hemos visto siempre en indumentarias que definen si somos pijos, skins, rockeros etc. Pero nunca hasta ahora había generado enfrentamientos intertribales. Ahora la moral impregna la pertenencia tribal y nos impulsa a imponer al otro cómo debe pensar o sentirse, o en qué debe creer. La política se está transformando en un fenómeno mediático, ya da lo mismo lo que se diga. Cabe decir que el peronismo nos saca casi medio siglo de experiencia. Sabe que el sentimiento y la moral del grupo moviliza millones de votos», cuenta el Dr. Oliveros. 

«El hecho de sentirse en una comunidad emocional y de ideas es un paliativo de la ansiedad que provoca la vida moderna y la continua invasión de mensajes, que si por un lado proporciona mucha información, por otro genera incertidumbre; de ahí que sentirse reflejado en las respuestas de un personaje tranquiliza bastante. Los políticos, por otro lado, suelen tener mucha intuición comunicativa y nunca se salen del guión de los estereotipos establecidos para reforzar precisamente esa adhesión. Un político siempre se deja las dudas en el armario cuando sale de casa, así como cualquier análisis complejo. Debe dar una imagen nítida que corrobore el perfil que espera el seguidor», añade Fernando Broncano, quien era profesor titular del departamento de Filosofía de la Universidad de Salamanca y actualmente es catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia en la Universidad Carlos III de Madrid.

Un político siempre se deja las dudas en el armario cuando sale de casa, así como cualquier análisis complejo. Debe dar una imagen nítida que corrobore el perfil que espera el seguidor

Fernando Broncano, filósofo

Lara Ferreiro sigue la misma línea: «Sensaciones de gratificación, que son muy fuertes, ya que fomentan la colectividad, reducen los sentimientos de soledad, producen sensaciones de superioridad, de aceptación, de autoestima… Las personas necesitamos seguir a un líder, tener un para qué en la vida, y esto es muy primitivo. Los lazos que se crean al defender a un partido son muy poderosos: el sentimiento de pertenencia a una familia, de luchar por un objetivo común, los sentimientos de poder… sigues a un líder y ya no estás solo. Todo eso se magnifica en las manifestaciones. Y el merchandising es un símbolo que le hace sentir orgulloso y te refuerza».

Ayushop.

El fenómeno fan, trasladado a la política

¿Por qué se ha trasladado el fenómeno fan a la política? ¿Qué ha llevado a ello? «Este fenómeno nace con la espectacularización de la política: los medios no informan simplemente de los actos y gestos políticos, sino que la política consiste en hacer gestos y declaraciones que provoquen resonancia en los medios y redes. Que justamente era lo que ya ocurría en el showbusiness desde siempre (hacer declaraciones que hagan saltar los plomos). La política y los reality shows se parecen cada vez más no por casualidad, sino porque se imitan mutuamente», señala Broncano.

Para el Dr. Oliveros, el fenómeno responde a «la tribalización universal del mundo. La afección de la política no es nada extraño pues el proceso de tribalización lo invade todo. Lo malo será cuando se acabe tribalizando la ciencia, proceso que ya ha comenzado. Eso terminará con el conocimiento y el progreso, y nos sumergirá en una nueva Edad Media».

Si yo estoy en una manifestación voy a segregar muchísima dopamina y esto me va a dar mucho placer, así que me voy a seguir enganchando a seguir haciéndolo. El fanatismo a un político o a un artista se explica porque el cerebro se ha acostumbrado a estas recompensas

Lara Ferreiro, psicóloga

Lara Ferreiro ofrece un punto de vista académico: «Antes se seguía a los Rolling Stones y había grupies, y ahora los políticos se han convertido en estrellas de rock. El discurso se ha vuelto más ameno, sus mensajes llegan más. Todo esto tiene una explicación cerebral que es muy interesante: algunas investigaciones señalan que hay un neurotransmisor químico que se llama dopamina, que puede jugar un papel esencial en personas fanáticas. Hay un estudio de la doctora Aguirre, de la Universidad de los Andes, que asegura que las neuronas que manejan las dopamina están muy relacionadas con las emociones que experimentamos y se activan cuando el organismo obtiene placer de alguna acción. Es decir, si yo estoy en una manifestación voy a segregar muchísima dopamina y esto me va a dar mucho placer, así que me voy a seguir enganchando a seguir haciéndolo. El fanatismo a un político o a un artista se explica porque el cerebro se ha acostumbrado a estas recompensas, y la repetición de éstas acaba por crear una señal permanente en los circuitos del cerebro, y esto es lo que les engancha, les hace adictos».

Como vemos, el fanatismo que ha despertado Ayuso responde a numerosas variables y no parece que haya tocado techo, más al contrario. El entorno, la soledad, el cerebro humano y la propia comunicación de la presidenta han contribuido a formar esta legión de fans, la cual cada vez es más numerosa y poderosa. Veremos en qué acaba desembocando todo esto y qué hacen los adversarios para contrarrestar esta adhesión.

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