Así queda la herencia de Alierta tras su muerte: su millonario patrimonio sin descendencia

El que un día fuera presidente de Telefónica y Tabacalera, César Alierta, ha fallecido este 10 de enero a los 78 años. El empresario llevaba unos días en estado grave debido al agravamiento de la enfermedad respiratoria que sufría. Es por eso que, durante el día de hoy, ha permanecido en «muerte clínica», como ha comunicado su familia. Tras su muerte, su familia se tendrá que repartir la fortuna que amasó Alierta, uno de los empresarios más relevantes en nuestro país, que incluye un millonario patrimonio.

En 1996, César se convirtió en presidente de la Tabacalera después de recalar en el Consejo de Administración de la Bolsa de Madrid. Luego, fue designado como presidente del Teléfonica y formal parte de su Consejo de Administración. Fue hace unos años cuando decidió alejarse de la vida pública, sobre todo, después de sufrir en 2020 un infarto que le dejó en coma inducido. Desde ese momento, sus problemas de salud fue una constante en su vida. Respecto a su vida privada, mantuvo una sonada relación con Isabel Sartorius, como hemos contado en THE OBJECTIVE, quien fue novia de Felipe VI y quien se ha quedado destrozada tras la muerte de Alierta.

El corto idilio entre César Alierta e Isabel Sartorius

Fue en el año 2017 cuando ambos comenzaron una discreta relación. Esta se rompió en el año 2020, aunque ninguno de los dos quiso dar explicaciones de por qué habían decidido tomar caminos por separado. Sí que pudo ser por la distancia, ya que, tras el confinamiento por el Coronavirus, Alierta decidió mudarse hasta Zaragoza, su ciudad natal, para cuidar de su salud. Esta se vio extremadamente agravada durante la pandemia. A pesar de todo, intentaron retomar su relación que acabó finalizando en 2022.

Lo cierto es que fue con Isabel con quien César recuperó la ilusión después de la muerte de su mujer, Ana Cristina Placer, con quien había estado 50 años, en 2015. Ana Cristina acompañó a su marido en todos sus momentos importantes, como en sus inicios como analista financiero del Banco Urquijo hasta cuando fue nombrado presidente de Telefónica a principios de los 2000. A pesar de su sólido matrimonio, no tuvieron hijos. Sí que es cierto que, en un momento de su vida, pensaron en adoptar, un extremo que acabaron desechando con el paso de los años.

Ana Cristina Placer, la mujer de su vida, que murió en 2015

La enfermedad de Ana Cristina no fue nada fácil para César. Sobre todo cuando esta derivó en un cáncer de pulmón. Aunque eso sí, él se convirtió en su mejor soporte. «Iban a todas partes juntos. Ella con su botellita de oxígeno. Uno de los últimos viajes que hicieron fue a China, donde a ella la ingresaron por una insuficiencia respiratoria importante», explicaron desde Vanitatis. De esta manera, también se convirtieron en un perfecto tándem. Mientras que él se dedicaba a sus negocios, ella se encargaba de las relaciones sociales.

Tras la muerte de su mujer, César se quedó totalmente destrozado. Tanto fue así que «no podía ni hablar». Aún así, a pesar de todo, consiguió recuperar la ilusión con Isabel Sartorius. Tras el fallecimiento del empresario, ahora toca repartir la herencia que estará condicionada por un impresionante patrimonio. El hombre se hizo millonario gracias a una de sus empresas, Lierde, que se constituyó en 1994 para gestionar su patrimonio y el de su familia.

Todas las empresarias y el millonario patrimonio de César Alierta

Así, la empresa pertenece al club de los 100 millones de euros, un exclusivo grupo de empresas con un patrimonio superior a las tres cifras. En estas empresas también figuró su mujer, Ana Placer. En la misma, compartió accionariado e inversiones con su sobrino Juan Uget. Durante mucho tiempo, Alierta ha sido uno de los que ha engordado la lista de las personas más ricas de Aragón. Su padre, Cesareo, fue alcalde de la Zaragoza en los años setenta y presidente del Real Zaragoza.

Como confirman de Vanity Fair, tras la muerte de su padre, el expresidente de Telefónica recibió parte de este patrimonio familiar. Además, también tenía a su nombre dos pisos a su nombre en la calle Teniente Coronel Valenzuela con una superficie de 500 y 300 metros cuadrados. Además, comparte, junto a sus cuatro hermanos, una parte de un garaje en un edificio de protección oficial en la Avenida de Navarra. El empresario estuvo muy unido a la localidad de Villanúa, situada en el Pirineo en el norte de Huesca, donde posee una doceava parte de una finca en el paraje de Puerta de San Pedro de 200 metros cuadrados.

Sí que es cierto que, como publica el mencionado portal web, Alierta no tenía nada a su nombre en Madrid, ciudad a la que llegó en los años 70. Cuando llegó, se instaló en un piso en la calle Comandante Zorita. Una vez que se casó con Ana Cristina, juntos se mudaron al madrileño municipio de Aravaca, donde cuidó a su mujer hasta sus últimos días.