Tenemos menos sexo que nunca (incluso los jóvenes), y hay varios motivos que lo explican

Los adultos y jóvenes parecen estar teniendo mucho menos sexo que las generaciones anteriores, pero ¿por qué? Esto es lo que se preguntan los expertos, que apuntan a varias causas que pueden explicar este descenso. Primero, vayamos a los datos.

Tanto la Encuesta Nacional de Salud y Comportamiento Sexual (NSSHB, por sus siglas en inglés), que comparó las respuestas de más de 8500 personas de EEUU en 2009 y 2018, como los datos obtenidos de las recién publicadas Encuestas Nacionales de Actitudes y Estilos de Vida Sexuales (Natsal), que ha estado recopilando información sobre las experiencias sexuales de los británicos durante más de tres décadas, han llegado a las mismas conclusiones: que la cantidad de sexo se ha reducido.

Los investigadores de Natsal han hallado que, con cada encuesta, el número promedio de relaciones sexuales que se mantenían por semana ha ido disminuyendo:

• En 1991, los encuestados dijeron que tenían sexo cinco veces al mes. 
• En 2001, esta cantidad se redujo a cuatro veces al mes.
• En 2012, el promedio fue de tres veces al mes. 
• En 2022-2023: aún no hay datos concluyentes, ya que la cuarta encuesta se pospuso debido a la Covid-19, pero suponemos qué acabarán arrojando los datos.

Soazig Clifton, directora académica de Natsal en University College London y NatCen Social Research, ha asegurado a la BBC que este descenso de la cantidad de sexo no ha ocurrido únicamente en Reino Unido y Estados Unidos, ya que «parece ser una tendencia internacional real». De hecho, los estudios que se han hecho al respecto en Alemania arrojan también un descenso en la actividad sexual de 2005 a 2016.

Brusco descenso de los adolescentes

Tanto el estudio británico como el americano dividieron los hallazgos entre adolescentes y adultos. En ambos grupos de edad se registró que la cantidad de sexo había disminuido, pero sobre todo la de los adolescentes (de 14 a 17 años de edad).

Así, y en lo que respecta a sexo heterosexual:

• En 2009, el 79% aseguró no haber mantenido relaciones sexuales en el último año.
• En 2019, el 89% informó de lo mismo, es decir, diez puntos más.

Unos datos que pueden apuntar a varias causas, como veremos a continuación.

Las razones que da Natsal: demasiado ocupados y cansados, demasiadas opciones…

Los datos están ahí, ahora queda saber el porqué que hay detrás. Soazig Clifton, la directora académica de Natsal en University College London (los responsables de última encuesta), apunta a lo siguiente:

1. Ocupados con nuestros móviles. Según la ya mencionada Clifton, una de las razones que pueden explicar este descenso en la actividad sexual sea la hiperconectividad: «Las personas parece que están cambiando tener sexo con la persona que tienen al lado por conectarse virtualmente con otros a través de sus iPads y teléfonos».
2. Cansancio: «Los investigadores que trabajaron con mujeres de mediana edad llegaron a la conclusión de que ellas estaban demasiado cansadas para tener relaciones sexuales. Tenían muchas otras cosas en su vida».
3. ¿Y si solo estamos ahora diciendo la verdad? Otra de las teorías que se apuntan es curiosa, y es que, básicamente, quizá ahora hayamos dejado de mentir a la hora de hablar de sexo: «Tal vez las personas son más capaces de decirnos que no están teniendo sexo. Hay algunos trabajos estadísticos que hemos realizado que muestran que tenemos menos reparo a la hora de hablar de sexualidad», admite Clifton.

Otras posibles causas del descenso de sexo

Ya hemos leído las explicaciones que podrían estar tras la bajada de relaciones de Soazig Clifton, ahora veamos qué dicen otros expertos:

1. Demasiadas opciones y poca conexión social. La educadora sexual Kenneth Play asegura en Mashable que ahora «tenemos demasiadas opciones que compiten por nuestra atención en esta sociedad hiperconectada, lo que hace que la conexión social sea más más difícil que nunca».
2. Tardía emancipación. Jean Twenge, profesor de psicología de la Universidad Estatal de San Diego, asegura que una gran razón es que los jóvenes tardan mucho en irse de casa: «Cuando las personas son jóvenes y tienen un mayor deseo sexual, es menos probable que vivan con su pareja, así que hay una mayor proporción de veinteañeros que no tienen sexo».
3. Hombres y mujeres demasiado iguales, sobre todo los jóvenes. Esta nueva dinámica de género está generando que las personas no encuentren atractivos a sus opuestos, revela un estudio publicado en la American Sociológica Review en 2012. El secreto de la química sexual, apunta la investigación, recaía en no salirse de sus estereotipos de género. Así que mientras más parecidos sean los hombres y las mujeres, menos interés sexual tendremos los unos por los otros.

¿Por qué importa cuánto sexo tienen las personas?

Clifton pone el foco, muy acertadamente, en la diferencia que hay entre frecuencia y satisfacción, y se pregunta por qué es tan importante poner el foco en la cantidad, aun teniendo en cuenta las bajas tasas de natalidad de muchos países.

Al respecto, la satisfacción sexual depende principalmente de dos cosas para la mayoría de las parejas: de la calidad del sexo y de la frecuencia con la que lo tienen.

La cantidad de sexo es un término relativo, ya que varía de una pareja a otra. «El sexo engloba muchas cosas, como el sexo oral, la estimulación de los genitales, los besos y las caricias. Para algunos, la estimulación genital puede contar como sexo, mientras que para otros puede no contar como un acto sexual. También varía según la edad de la persona y la relación. Normalmente, la frecuencia sexual de una pareja tiende a ser mayor en las primeras etapas, mientras que disminuye gradualmente con el tiempo. Sin embargo, cuando se habla de cantidad, la frecuencia del sexo que conduce a la satisfacción varía de una pareja a otra», detalla con acierto el sexólogo Satinder Singh.

La mayoría de los estudios revelan que las mujeres se inclinan más por la calidad del sexo y los hombres prefieren la cantidad

En cuanto a la calidad del sexo, significa esencialmente la gratificación y satisfacción que uno experimenta durante y después de las relaciones sexuales. «La calidad del sexo está relacionada con sentimientos de bienestar y mayores niveles de amor por la pareja. La comunicación juega un papel importante en este sentido, como decidir las posiciones sexuales que conducirían a una mayor satisfacción. Tener compromisos como salirse de lo habitual y experimentar de acuerdo con los deseos de la pareja también puede ayudar a mejorar la calidad del sexo», apunta el experto.

Así, pues, ¿qué es mejor? ¿Calidad o cantidad? «La mayoría de los estudios revelan que las mujeres se inclinan más por la calidad del sexo y los hombres prefieren la cantidad», asegura el sexólogo, que apunta que «en realidad, todo depende únicamente de los miembros de la pareja y de sus preferencias».

Así, pues, aunque los datos son reveladores, de momento, tal y como asegura Clifton, no habría por qué preocuparse, pues quizá ahora la gente esté buscando otras cosas que les hacen más felices que aumentar las veces que pernocta en cama ajena.