THE OBJECTIVE
Opinión

La economía española se descuelga del pelotón europeo

«Los españoles somos los que más nos hemos empobrecido desde el estallido de la crisis financiera»

La economía española se descuelga del pelotón europeo

Ilustración de Alejandra Svriz.

La economía doméstica de los españoles ha empeorado notablemente los últimos años. Es un hecho que se refleja en múltiples indicadores, como el esfuerzo fiscal que los agentes económicos del país deben utilizar para satisfacer sus obligaciones tributarias, la persistencia de elevadas tasas de desempleo y desempleo juvenil, o la desaceleración en la caída de la morosidad y su estancamiento, que no son más que una señal evidente de un cambio de tendencia en el comportamiento futuro hacia un incremento de los impagos y una contracción del crédito, en parte también para frenar una inflación aún por controlar. Aunque el más preocupante de ellos es la caída del PIB per cápita de España en relación a los 27 países de la Unión Europea.

El PIB per cápita por paridad de poder adquisitivo pone en relación la producción del país y la riqueza de sus habitantes, expresada en la capacidad de compra. En el caso de España se ha situado en el 85% de PIB per cápita medio de la UE, retrocediendo a valores de mediados de los 90, es decir, habiendo perdido 30 años en la convergencia del PIB per cápita hacia la media de la UE.

Es más doloroso aún si cabe cuando la media de crecimiento del conjunto de la UE es sistemáticamente inferior al de otras realidades económicas como EEUU o los países emergentes. Se puede concluir que los españoles somos los que más nos hemos empobrecido desde el estallido de la crisis financiera. Y es que hemos sufrido crisis sobre crisis, sin haber superado aún los estragos del shock de 2008. En términos ciclistas, se podría decir que España se ha descolgado del pelotón europeo.

Estar tan mal tiene alguna ventaja, y es que actualmente nuestro país, como apuntaba recientemente el embajador Elorza, uno de los mayores y mejores conocedores de las entrañas administrativas de la Unión, podría percibir una importante cantidad de dinero de los Fondos de Cohesión, creados precisamente para apuntalar la convergencia de las economías del conjunto de la UE. Pero hay que solicitar esos fondos, y esa solicitud implica reconocer un fracaso.

En el caso de que se soliciten, la problemática derivaría en primer lugar en la capacidad o no de nuestro país para absorber y ejecutar esos fondos en tiempo y forma y, en segundo lugar, canalizarlos hacia el tejido productivo y que, efectivamente, los fondos sirvan para la creación de riqueza y se impulse la convergencia en valores de PIB pe cápita. Otros países como Irlanda o Eslovenia han recibido Fondos de cohesión y actualmente se encuentran en una posición mucho mejor que la española. En el caso de Irlanda su PIB per cápita es el 233% de la media de la UE, o lo que es lo mismo, 2,3 veces la media de la UE; con sus particularidades, pero con un punto de partida similar al de España.

«El país corre el peligro de un estancamiento económico con una inflación y desempleo, en mayor o menor medida, persistentes»

No se trata de un fenómeno coyuntural, que tenga que ver con el momento actual, sino algo más profundo, que afecta a la estructura, a la manera de ser de una economía. La economía es algo vivo y, como las personas, pueden cambiar su manera de vestir (algo coyuntural) pero ya es más difícil que cambie su manera de ser (algo estructural). Si no se acometen las reformas adecuadas, el país corre el peligro de un estancamiento económico con una inflación y desempleo, en mayor o menor medida, persistentes, lo que para la inmensa mayoría de ciudadanos se traduce en menor riqueza y poder adquisitivo que sus vecinos europeos, menos oportunidades laborales, más pobreza y peores expectativas en el proyecto de vida y futuro de las familias. Unas expectativas que acaban condicionando y conformando la realidad económica actual y que son muy difíciles de revertir.

Hay quién creerá que mi análisis es alarmista, pero lo que pretendo es ser realista sobre la capacidad de cambio en una economía como la española y, a día de hoy, los signos que se pueden percibir no son nada alentadores. Tampoco se ve en los responsables políticos que deben iniciar la transformación económica, social y productiva que España necesita, el sentido de urgencia para acometer reformas en este sentido, sino más bien todo lo contrario. 

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D