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Qué hace una bandera de España de 14 metros en un almacén de un museo de Londres

Con diez metros de altura y 14,5 de largo, esta enseña rojigualda formó parte del botín de los británicos tras el mítico combate naval de Trafalgar

Qué hace una bandera de España de 14 metros en un almacén de un museo de Londres

La bandera española expuesta en el Museo Marítimo de Londres | Museo Marítimo Nacional de Greenwinch (Londres)

Expuesta recientemente en el Museo Marítimo Nacional de Greenwich, en Londres, esta monumental enseña rojigualda ondeó imponente hace más de 200 años en la popa del navío San Ildefonso, un barco de guerra español que luchó contra la flota británica liderada por el almirante Nelson en la mítica batalla marítima de Trafalgar. 

La bandera ha permanecido guardada durante décadas por su gran fragilidad y por las dificultades para exponerla al público dadas sus extraordinarias dimensiones. Mide diez metros de altura y 14,5 metros de largo, lo que la convierte en una de las piezas más grandes de la colección del museo. Su tamaño original era aún mayor, pero el deterioro y los ataques sufridos por muchos cazadores de recuerdos para hacerse con un pedazo de historia indudablemente han hecho mella en su talla. Esta legendaria bandera española alberga tras de sí una fascinante historia que se enmarca en una de las contiendas más emblemáticas de la era contemporánea.

La Batalla de Trafalgar

La Batalla de Trafalgar es una de las batallas navales más famosas de la historia británica. En ella, el héroe británico Horatio Nelson condujo a Gran Bretaña a la victoria frente la imponente flota conjunta formada por navíos franceses y españoles.

Los historiadores y colaboradores del Museo Marítimo de Londres, Dan y Peter Snow, narran los acontecimientos de la contienda. La Batalla de Trafalgar tuvo lugar el 21 de octubre de 1805, durante la Guerra Napoleónica (1803-1815), cuando Napoleón Bonaparte estaba inmerso en su campaña por la conquista de Europa. El vicealmirante Lord Nelson, al mando de la flota británica, llevó a cabo una ingeniosa ofensiva para tender una emboscada a la flota franco-española frente al cabo de Trafalgar, en el suroeste de España, lo que resultó en una victoria decisiva para su país.

A las 6 de la mañana del 21 de octubre de 1805, las dos flotas se avistaron y, a las 6.40 de la mañana, Nelson dio la orden de «prepararse para la batalla». La flota británica estaba en inferioridad numérica. España y Francia disponían de más de 30.000 hombres y 2.632 cañones, mientras que las filas inglesas estaban dotadas de 18.000 hombres y 2.148 cañones.

La bandera de España expuesta en el Museo Marítimo Nacional de Londres

La batalla estaba siendo cruenta y feroz, pero Gran Bretaña gozaba de la ventaja estratégica propiciada por el inesperado plan de Nelson. Finalmente los ingleses se alzaron con una heroica y sorprendente victoria, pero las consecuencias fueron devastadoras para ambos bandos. Un total de 449 marineros británicos murieron y 1.217 resultaron heridos, mientras que las pérdidas francesas y españolas fueron mucho mayores, con 4.408 muertos, 2.545 heridos y unos 20.000 combatientes tomados como prisioneros. Además, 17 barcos de la flota conjunta fueron capturados y otro fue consumido por las llamas. Cuatro de ellos consiguieron escapar, pero fueron capturados unas semanas más tarde, y solamente 11 lograron regresar a Cádiz.

La muerte de Nelson

El almirante Nelson, que pasaría a la historia como un héroe nacional, recibió un disparo de un francotirador francés durante la batalla. Según los relatos, el proyectil impactó en el hombro izquierdo de Nelson con tanta fuerza que cayó de rodillas. La bala le rompió dos costillas y atravesó su pulmón izquierdo, cortando una arteria principal y provocando su muerte. Nelson murió a las 16.30 horas del 21 de octubre de 1805 a la edad de 47 años.

La noticia llegó a Londres 15 días después, en la madrugada del 6 de noviembre de 1805. La alegría y el estallido nacional de júbilo por la victoria de Gran Bretaña se vieron tristemente ensombrecidos por el fallecimiento de su gran héroe de guerra. El país entero, inmerso en la más profunda desolación, se vistió de luto.

El navío San Ildefonso

Uno de los navíos capturados fue el San Ildefonso. Con una artillería de 74 cañones y construido en 1785 tras ser diseñado por el ingeniero naval y brigadier Romero de Landa, era considerado como uno de los mejores barcos de guerra de su época. Perteneciente al grupo de exploración de la Armada Española, la nave sufrió 34 muertes y 126 heridos a bordo durante la batalla. La Marina Real británica (Royal Navy) incorporó la nave a su flota y la rebautizó bajo el nombre de HMS San Ildefonso.

El funeral de Nelson

El 9 de enero de 1806, la bandera española del San Ildefonso fue trasladada para ser expuesta como trofeo de guerra en el funeral de Estado de Nelson. La enseña fue colgada en el techo de la catedral de San Pablo, en Londres, junto a una bandera francesa también capturada en Trafalgar, como símbolo de la gran victoria del almirante.

La ceremonia de Lord Nelson entierro en la Catedral de St Paul, de la ciudad de Londres, 1806. Artista: FC Lewis

En 1907 y, después de varias décadas expuesta en San Pablo, las autoridades británicas decidieron trasladar la bandera al Museo Marítimo Nacional de Greenwich para que fuera conservada. Hasta hoy, únicamente se había expuesto en muy contadas ocasiones, como en la celebración del centenario y el bicentenario de la batalla de Trafalgar.

Para garantizar su preservación, la bandera permanece envuelta en papel tisú y guardada en los almacenes de la institución. A lo largo y ancho de su inmensa tela pueden apreciarse los agujeros provocados por los disparos efectuados durante la batalla y los bordes deshilachados por los efectos del viento durante la navegación.

Pero los desperfectos de la bandera del San Ildefonso no se deben únicamente a las consecuencias de Trafalgar. Muchos de los jirones y de los trozos de tela que faltan fueron arrancados por los propios marineros ingleses que participaron en el cortejo fúnebre de Nelson. Admiradores y seguidores del almirante cortaron, a modo de recuerdos o amuletos, cientos de pedazos de bandera con el objetivo de guardarse para sí un pedazo de historia. Durante solo cinco días, (del 17 al 21 de octubre) el Museo Marítimo Nacional de Londres ha expuesto al público esta magnífica pieza que alberga el espíritu de las grandes batallas.

El origen de la bandera de España

El origen de la bandera de España tal y como la conocemos se remonta al año 1785. Fue entonces, bajo el reinado de Carlos III, cuando los colores nacionales rojo y amarillo fueron los elegidos en un concurso público del Estado. Anteriormente, con la entrada de los Borbones, Felipe V decidió suprimir la Cruz de Borgoña representativa de los Austrias, y en su lugar se incluyó el escudo de la Casa de Armas de los Borbones. La imagen presentaba un fondo demasiado claro, lo que daba lugar a confusiones durante las batallas, ya que muchas naciones tenían banderas similares a la española. Por ello se presentaron varios bocetos y fue entonces cuando el Rey Carlos III estableció la enseña rojigualda como la oficial del armada nacional.

En dicha elección primaron los criterios científicos de alta visibilidad en la mar para ser bien identificada a lo lejos o entre el denso humo producido por los cañones y la artillería en las batallas navales. Finalmente en el año 1843, la Reina Isabel II, hija de Fernando VII, estableció por real decreto la bandera naval como la oficial del reino. Este diseño de enseña naval con escudo coronado de los antiguos reinos de Castilla y León dentro de un óvalo se mantuvo en vigor en la Armada Española hasta 1931.

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