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Estados Unidos concede el visado al ruso al que el CNI acusa de ser espía de Putin en Cataluña

El Gobierno denegó la nacionalidad a Alexander Dmitrenko. El empresario recurrió ante la Audiencia Nacional y acaba de prescindir de su abogado Gonzalo Boye

Estados Unidos concede el visado al ruso al que el CNI acusa de ser espía de Putin en Cataluña

Alexander Dmitrenko, el empresario a quien el Gobierno denegó la nacionalidad española por considerar que era un espía al servicio del Kremlin y con lazos con el procés independentista, ha logrado el visado de cuatro años para entrar y salir de Estados Unidos de forma ilimitada, según ha podido saber THE OBJECTIVE. Dmitrenko recurrió ante la Audiencia Nacional la decisión del Ministerio de Justicia de denegarle la nacionalidad y, según informan fuentes judiciales, el procedimiento está pendiente de votación y fallo por parte de los jueces que conforman la sección octava de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional.

La guerra en Ucrania y las investigaciones tanto policiales como en el Parlamento Europeo sobre las conexiones del independentismo con el Gobierno de Vladimir Putin han vuelto a situar a Dmitrenko en el centro de la polémica. El empresario ruso, que lleva 17 años afincado en Cataluña, fue uno de los enlaces del número dos de Carles Puigdemont, Josep Lluís Alay, para establecer contactos con empresarios y políticos en sus viajes a Moscú. En conversación con este medio, el empresario niega que en los encuentros donde él estuvo presente se abordara el apoyo del Kremlin a la secesión de Cataluña y recuerda que no hay ninguna causa judicial abierta contra él.

Prescinde de Gonzalo Boye

De hecho, el visto bueno de Estados Unidos a concederle el visado será un elemento que tendrá en cuenta si la Audiencia Nacional rechaza su petición de nacionalidad, de cara a futuros recursos. «Soy ruso, el Gobierno de España me acusa de contactos con mafiosos, pero Estados Unidos me concede el visado en medio de una guerra», abunda para desmarcarse de las acusaciones iniciadas por el Centro Nacional de Inteligincia (CNI) de que era un espía, delito penado con hasta 12 años de cárcel.

Dmitrenko, además, ha decidido prescindir de los servicios del despacho de Gonzalo Boye, quien le representaba hasta la fecha. La división entre ERC y JxCat desde que la labor exterior durante los años del procés está siendo examinada con lupa ha originado una suerte de guerra sucia dentro del independentismo y nadie quiere ser «culpable por asociación». A este respecto, el empresario ruso sostiene que «ha coincidido en Moscú con mucha gente, también con Xavier Cima», el marido de Inés Arrimadas, cuando era diputado de la extinta CiU. Y que su misión siempre fue la misma, establecer lazos entre Cataluña y Rusia de índole empresarial.

En estas «gestiones» con figuras prominentes de la sociedad rusa admite que, de forma indirecta, puso en contacto a Boye con el mafioso ruso Vasily Khristoforov. Según afirma, fue a través del caso de Valery Postrigan, a quien la Fiscalía rusa, con la ayuda de Dmitrenko, pedía su extradición. Pero dice no tener nada que ver con el narcotraficante al que ahora las investigaciones policiales relacionan como posible financiador del procés. Se defiende afirmando que, debido a su actividad empresarial, tiene contacto con muchas empresas, también con el banco público ruso, Sberbank, porque es el mayor exportador de televisiones del país.

Lobby empresarial ruso

Dmitrenko tiene varias empresas, pero fue a través de su lobby Catrus Capital que estableció contacto con el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y la plana mayor de Junts per Catalunya. Su lobby tenía como función fomentar las relaciones políticas, económicas y empresariales entre Cataluña y Rusia.

Asimismo, Joan Canadell, actual diputado en el Parlament por JxCat, le nombró por contrato embajador de la Cámara de Comercio de Barcelona a Rusia el 14 de julio de 2020. En ese contrato, se comprometía a colaborar con Global Market, que tiene el «objetivo de impulsar acuerdos bilaterales con cámaras de otros países como medio para incrementar las exportaciones de las empresas catalanas». 

Lobby empresarial ruso

El empresario en su momento fue partidario del referéndum de independencia del 1 de octubre de 2017 y se confiesa «seguidor del Barça», pero rechaza que sea «una persona peligrosa para la sociedad». También, como se observa en la documentación a la que ha tenido acceso este medio, forma parte de la Asociación Internacional de Policías, por parte de la sección rusa. Dicha asociación tiene como propósito crear lazos de amistad y promover la cooperación internacional, y se le otorgó por ayudar a la Fiscalía y a los peritos judiciales rusos. Todo ello alimenta las sospechas en el Gobierno de que haya podido tener un papel clave en favor del Kremlin y el secesionismo catalán.

Recurso ante la Audiencia Nacional

Su petición de nacionalidad se formuló en febrero de 2018, pero hasta el pasado octubre el Gobierno no respondió a esta denegación. De acuerdo con las fuentes jurídicas consultadas, tras el recurso de reposición del empresario la Abogacía del Estado no ha variado su criterio contrario a concederle la nacionalidad. Sin embargo, el equipo jurídico de Dmitrenko cree que el hecho de que la Abogacía «no ha aportado el informe preceptivo» al que aludió para rechazar su petición puede beneficiar al empresario ruso de cara a que el tribunal reconsidere la denegación.

En la resolución de denegación del Ministerio de Justicia se afirmó que «se tiene conocimiento probado» de su «trabajo consciente para los Servicios de Inteligencia rusos, de los que recibe misiones» y que «se han detectado contactos de este individuo con algunos de los principales líderes del crimen organizado transnacional de origen ruso».

En su recurso, Dmitrenko acusaba al Ministerio de otorgarse «funciones de enjuiciamiento» de hechos que no le corresponden «dada la naturaleza de sus afirmaciones» y que en caso de ser ciertas «constituirían graves imputaciones en el orden penal y si así fueran probados ante un órgano judicial». 

Espías rusos en Cataluña

La capacidad desestabilizadora de potencias como Rusia en el viejo continente hace tiempo que preocupa a la Comisión Europea. En los momentos más álgidos del procés se constató la presencia de espías rusos en Cataluña, tal y como reconoció el ex diputado ruso, Sergei Markov, del partido del presidente Putin, cuando afirmó en una entrevista en El Periódico que «contactos políticos entre el Kremlin y Puigdemont no había, pero sí creo que fue enviada gente de los servicios de inteligencia, figuras de perfil técnico, que se presentaban a sí mismas como periodistas».

Recientemente, el Parlamento Europeo dio luz verde a investigar las «injerencias» de potencias extranjeras en los procesos electorales de los países miembros de la Unión Europea. En esta coyuntura, y con el estallido de la guerra en Ucrania, el independentismo ha querido desvincularse de cualquier alianza con el Kremlin.

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