Junqueras y otros líderes de ERC se reunieron con una 'agente rusa' tras recibir los indultos
El exconsejero de Exteriores Raül Romeva, indultado por el Gobierno, también invitó a la eurodiputada filorrusa a Barcelona durante el referéndum del 1-O
El estallido de la guerra en Ucrania ha propiciado que ERC busque marcar distancias con sus todavía socios de JxCat por los viajes que el jefe de la Oficina de Carles Puigdemont, Josep Lluís Alay, realizó a Moscú para supuestamente tejer alianzas de cara a la independencia de Cataluña. El partido de Puigdemont, sin embargo, no fue el único que estableció contactos con dirigentes prorrusos. El 6 de julio de 2021 el líder de ERC, Oriol Junqueras, y el exconsejero de Exteriores, Raül Romeva, se reunieron en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo con la eurodiputada letona Tatjana Zdanoka, señalada como «agente de influencia rusa» por las autoridades de Letonia, tal y como publicó la BBC.
Fuentes oficiales de ERC en la Eurocámara circunscriben dicho encuentro a una «reunión con el grupo de los Verdes-ALE», que incluye a los eurodiputados de su partido Diana Riba (mujer de Raül Romeva) y Jordi Solé (relevo de Oriol Junqueras tras su inhabilitación): «Intervinieron en la reunión del grupo ya que es donde Romeva y Junqueras trabajaron como eurodiputados». Posteriormente, añaden, se reunieron con «miembros de Podemos, PNV o Bildu», entre otros.
Este encuentro en Estrasburgo con los parlamentarios de la Alianza Libre Europea (ALE) fue pocas semanas después de que, el 22 de junio de 2021, el Gobierno les concediera el indulto. Pero, lejos de ser anecdótico, no es el único contacto que han mantenido con Zdanoka, acusada por varios diputados letones de ser una «agente rusa» y quien el pasado 2 de marzo fue una de los 13 únicos eurodiputados que votaron en contra de condenar la invasión de Rusia en Ucrania.
La visita de la ‘agente rusa’ en el 1-O
Según afirman fuentes del movimiento independentista, Romeva invitó a Zdanoka a Barcelona durante la jornada del referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017. En aquel momento, el entonces consejero de Exteriores fue uno de los líderes independentistas más activos en tratar de convencer a la comunidad internacional de que aceptaran «el resultado» que surgiera de esa votación por la que el Tribunal Supremo condenó posteriormente a los líderes del procés por sedición en una sentencia avalada por el Tribunal Constitucional.
El objetivo era que la ‘política de hechos consumados’ se impusiera sobre la legalidad vigente con el fin de que potencias extranjeras intercedieran en lo que hasta aquel momento la Unión Europea calificaba de un «conflicto interno» de España.
La propia eurodiputada filorrusa publicitó en sus redes sociales este viaje a Cataluña. Este hecho preocupó a la secretaria general de asuntos diplomáticos de la OTAN, Baiba Braze: «Esta agente de influencia rusa que se opuso a la renovación de la independencia de Letonia es la partidaria más entusiasta de la independencia de Cataluña».
La presencia de espías rusos camuflados de periodistas o académicos en Cataluña por aquellas fechas encendió las alarmas de distintos servicios de inteligencia. Posteriormente, en una entrevista en El Periódico, Sergei Markov, exdiputado del partido oficialista Rusia Unida que encabeza el presidente Vladimir Putin, confirmó la presencia de estos agentes durante la tensa jornada del 1-O. La Comisión Europea también alertó de su presencia en otras protestas, como la de los chalecos amarillos en París, con el objetivo de desestabilizar al viejo continente.
Pidieron su expulsión del grupo ALE
Los vínculos de la eurodiputada con Rusia vienen de lejos, y ya en 2014 llevaron a varios eurodiputados letones a pedir su expulsión del Grupo Verdes-ALE del Parlamento Europeo. El entonces eurodiputado letón Vilnis Kirsis, del Partido de la Unidad, emitió una carta para pedir su «exclusión» del grupo. En la misiva, advertía a las autoridades comunitarias sobre «el hecho de que es más probable que Zdanoka defienda los intereses de Rusia y su agresión hacia Ucrania» que a los estados bálticos.
A este respecto, denunciaba el «comportamiento» de la eurodiputada de «difundir claramente posiciones contra el nuevo Gobierno de Ucrania, abogar por la agresión de Rusia y sus intereses en Ucrania así como rechazar la voluntad de Ucrania de integrarse en la UE».
En la misma línea, quien fuera secretario parlamentario del Ministerio de Defensa de Letonia, y exeurodiputado del Grupo Popular Europeo, Kārlis Šadurskis, presentó una denuncia ante la Fiscalía de su país donde acusaba a Zdanoka de involucrarse con una «organización rusa» que «tiene como objetivo restablecer la Unión Soviética y, por lo tanto, socavar la independencia de Letonia». Sus afiliaciones con organizaciones estalinistas postsoviéticas son de conocimiento público (Sutj Vremenji y Суть Времени), pero el Ministerio Público rechazó investigar la denunciada elevada por el eurodiputado.
La eurodiputada siempre ha negado estas acusaciones y ha sostenido que forman parte de un intento de un rival político de ganar popularidad a su costa. Según confirman fuentes oficiales de la Eurocámara, Zdanoka mantiene su acta en la institución comunitaria. Su labor en Bruselas se remonta a 2004. En este tiempo ha mostrado en varias ocasiones su simpatía con el movimiento independentista y también se reunió con el presidente de Siria, Bashad al-Asad, uno de los principales aliados de Putin en Oriente Próximo.
Observadora en el referéndum de Crimea
La eurodiputada nació en Riga en una familia de habla rusa antes del desmembramiento de la Unión Soviética. Militó en el Partido Comunista y durante la década de 1980 se opuso a la secesión de Letonia. Fue también la primera eurodiputada de habla rusa en la Eurocámara y una de las fundadoras de la Alianza de Rusoparlantes de la Unión Europea.
El 16 de marzo de 2014 participó como observadora internacional en referéndum de Crimea, algo que para sus opositores es una prueba más de su apoyo al Kremlin. Ese referéndum se celebró con la oposición de Kiev y recibió la condena de la comunidad internacional.
Segundo encuentro en Córcega
En septiembre de 2021, Junqueras volvió a coincidir en Córcega con cinco europarlamentarios de la Alianza Libre Europea, donde se agrupan más de 40 partidos nacionalistas europeos. En la ciudad de Bastia se debatió sobre «las naciones sin Estado» y el líder de ERC hizo un discurso a favor del derecho de autodeterminación, según informó la prensa local, como el rotativo Corse Net Info.
Ahí coincidió con Jordi Solé y Diana Riba, con el dirigente de Movimiento Cinco Estrellas Piernicola Pedicini y con el político corso François Alfonsi. La eurodiputada filorrusa trabaja codo con codo con la mujer de Romeva y con Solé, y las fuentes consultadas sostienen que este último es en la actualidad vicepresidente primero del Grupo Verdes-ALE gracias a Zdanoka.
Al encuentro en Córcega no asistió ningún parlamentario de Los Verdes, con quien comparten grupo los europarlamentarios de la Alianza Libre Europea. Los presidentes de ese grupo parlamentario son la alemana Ska Keller y el francés Philippe Lamberts, ambos pertenecientes a Los Verdes, y quienes toman la palabra en los debates más importantes. Pero en Córcega solo se desplazaron los nacionalistas. Incluida Zdanoka, que participó en manifestaciones para reclamar la puesta en libertad de Junqueras cuando el líder de ERC se encontraba en prisión.
El movimiento nacionalista en Córcega ha adquirido importancia en los últimos tiempos. Desde hace semanas, además, se están produciendo disturbios en las calles muy parecidos a los que se originaron en Cataluña tras la sentencia del Tribunal Supremo sobre la causa del procés. Este martes el presidente de la República, Emmanuel Macron, llamó «a la calma» tras la muerte del preso independentista Yvan Colonna debido una agresión en la cárcel. La mera agresión ya había derivado en protestas con decenas de heridos en la isla francesa.
