Ningún representante del Gobierno asistió a la exhumación de Queipo de Llano

Ningún representante del Gobierno español ni de las asociaciones de memoria histórica estuvieron esta madrugada en la exhumación de los restos mortales del general franquista Gonzalo Queipo de Llano de la Basílica de la Macarena de Sevilla porque no era obligatorio.

Fuentes oficiales han recordado a Efe que en la recomendaciones enviadas por la Secretaría de Estado de Memoria Democrática a la Hermandad de la Macarena se establecía la posibilidad de que hubiera observadores durante todo el proceso, pero no era una obligación.

Tampoco era obligatoria una comunicación previa de la exhumación a la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, que en la mañana de este jueves ha recibido una comunicación oficial de la Hermandad de la Macarena de que se ha realizado la exhumación de Queipo de Llano, de su esposa, Genoveva Martí, y del general Francisco Bohórquez.

Este último fue un militar que estuvo a las órdenes de Queipo de Llano como auditor de guerra y organizó las ejecuciones sumarias durante la Guerra Civil.

El Gobierno puede no conocer su nueva tumba

Los familiares de los exhumados no tienen la obligación de comunicar el destino de los restos mortales al Gobierno, según la nueva Ley de Memoria Histórica y Democrática, que solo impide que se vuelvan a depositar en un lugar preeminente, han añadido fuentes del Ejecutivo.

Las recomendaciones de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática establecían que para la exhumación había que programar una acción que, «respetando los sentimientos de los familiares», permita llevar a cabo los trabajos cumpliendo la normativa vigente en materia de Policía Sanitaria Mortuoria de Andalucía.

Para ello se requería la contratación de una empresa funeraria que ejecutara el proceso de exhumación bajo criterios profesionales con los operarios e infraestructuras materiales que fueran necesarias.

«La extracción de los restos mortales y la preparación de los mismos en cajas de reducción para su traslado e inhumación en el cementerio que dispongan sus familiares, y de igual modo, si se procede a su incineración» serán tareas ejecutadas por la empresa funeraria designada previamente, indicaban las recomendaciones.

Además, las familias deberán notificar a la Cofradía de la Hermandad de la Macarena el lugar de la nueva inhumación para la conveniente planificación por parte de la empresa funeraria.

Durante el proceso de exhumación, añadían las recomendaciones, podrían estar presentes como observadores representantes de la Hermandad, de los familiares y de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática. «Se garantizará la confidencialidad de todos los asistentes respecto de lo actuado», apuntaban las recomendaciones.