Exteriores enfurece a los sindicatos tras retirar a los trabajadores la ayuda de comedor

Los sindicatos CSIF y CCOO han enviado un comunicado al Ministerio de Asuntos Exteriores, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, en el que critican con dureza la decisión del departamento que dirige José Manuel Albares de retirar la ayuda de comedor a los trabajadores de sus servicios centrales.

Los empleados de Exteriores que tienen jornada de trabajo de mañana y tarde contaban hasta ahora con una pequeña gratificación para dos días a la semana. En concreto, seis euros de media por cada menú. La partida total de esta ayuda de comedor ascendía a 211.000 euros al año, pero Hacienda ha eliminado este fondo del plan de acción social que habían suscrito el ministerio y los sindicatos porque se abonaba en efectivo.

CSIF y CCOO han enviado una carta al subsecretario de Exteriores, Luis Cuesta, en la que acusan de «incompetencia» a la Dirección General del Servicio Exterior, que dirige María Hilda Jiménez, y a la Subdirección General de Personal, encabezada por Marta de Blas, por ocultar a los sindicatos desde 2018 que Hacienda pedía un cambio en la entrega de esta ayuda.

«Estos dos sindicatos solicitamos una reunión con la interventora delegada de Hacienda, que concedió y donde nos informó de la imposibilidad de ejecutar la partida citada porque ésta no podía ser abonada en efectivo como siempre se ha venido haciendo hasta el año pasado», relatan en el comunicado distribuido a los trabajadores de Exteriores.

CCOO y CSIF ven «indignante» el silencio de Exteriores

«Pero más allá de ello, lo que es indignante es que esto era conocido por la Subdirección General de Personal desde 2018 ya que, según la interventora, se solicitó hace la friolera de cuatro años la necesidad de un cambio en la forma de pago de la ayuda de comedor. Esta petición por parte de la Intervención ha sido ignorada año tras año hasta llegar a la penosa situación actual», en la que Exteriores ha tenido que devolver al Tesoro esta partida.

«Como siempre, esta situación afecta en mayor medida a los trabajadores cuyos sueldos son más bajos. Es decir, a los más débiles porque ellos no reciben gratificaciones extraordinarias dos veces al año y no pueden ver compensados esos bajos sueldos. Aunque vaya a repartirse una muy menguada ayuda de comedor este año, es en detrimento del reparto del excedente que otros años incrementaban el resto de ayudas», anuncian a los empleados del departamento de Albares.

«Esta pésima gestión no debe de volver a repetirse», advierten CSIF y CCOO, «así como la falta de transparencia en la actuación de la DGSE y la Subdirección General de Personal ignorando a las organizaciones sindicales y privándonos de una información clave que redundará negativamente en los empleados de este ministerio».

Ambos sindicatos cargan contra los responsables de este hecho en un momento de estrecheces económicas para buena parte del personal de Exteriores. «Es difícil aceptar que esta actuación por parte de las personas responsables de la concesión de la ayuda de comedor haya sido una simple torpeza y no haya un interés en devolver al Tesoro cientos de miles de euros. Parece que este flamante ministerio ignora los bajos sueldos del personal y la inflación galopante que sufre», concluyen.

El departamento de Albares cuenta con un plan de acción social en el que se incluye, por ejemplo, el abono de transporte mensual al personal de servicios centrales y de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). Más polémico fue el servicio de fisioterapia que el Instituto Cervantes facilita a sus empleados.

El Gobierno avaló en abril que el Cervantes subvencione con dinero público un servicio de fisioterapia para sus trabajadores de las sedes en Madrid y Alcalá de Henares «con un máximo de tres sesiones al año». Además, elevó a 46.367,75 euros el gasto en esta partida que empezó en 2015, lo que implica «unos 29,5 euros por persona y año de media», según una respuesta parlamentaria a las diputadas de ERC Montserrat Bassa y Marta Rosique.

La institución que preside Luis García Montero es la única de todo el Ministerio de Asuntos Exteriores que ofrece este servicio de masajes a sus 300 empleados repartidos en sus sedes centrales, con independencia de si lo necesitan o no por prescripción médica, según desveló este periódico a mediados de febrero. Además, excluyó del mismo al resto del personal que trabaja en los Cervantes repartidos por todo el mundo.

En el resto de ministerios, solo el de Defensa cuenta con contratos similares de fisioterapia en algunas bases aéreas como las de Torrejón, Morón o Albacete ya que los pilotos del Ejército del Aire se ven sometidos a un estrés muscular y mental continuo fruto de las maniobras y vuelos que realizan con los cazas y otros aparatos.

El Ejecutivo señaló en su respuesta parlamentaria que este servicio está negociado con el Comité de Seguridad y Salud Laboral del organismo cultural -es decir, entre la dirección y los sindicatos- y que se encontraba «dentro de las políticas de salud laboral» impulsadas desde la Dirección de Recursos Humanos.

El Cervantes justificó la discriminación que sufren el resto de empleados que trabajan fuera de Madrid y Alcalá de Henares de la siguiente forma: «Los trabajadores de la sede y de los centros tienen programas diferenciados de salud laboral dadas las circunstancias de dispersión geográfica, este servicio no se puede ofrecer a los trabajadores/as de los centros» repartidos por el mundo. La institución para la enseñanza del castellano y las lenguas cooficiales está presente en 87 centros distribuidos en 44 países por los cinco continentes.

Dicho servicio de fisioterapia se sacó en 2018 del llamado plan de acción social que tiene esta institución de Exteriores para sus empleados y que incluye ayudas para la compra de gafas o de guardería. Ello se debió a la política de recortes con este plan, por lo que la dirección y los sindicatos pactaron que hubiera una partida presupuestaria específica para los citados masajes.