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El Defensor del Pueblo exige a Interior que las presas puedan parir sin vigilancia policial

El departamento de Ángel Gabilondo pide eliminar esa medida de seguridad «para preservar la dignidad e intimidad personal» de la gestante en el hospital

El Defensor del Pueblo exige a Interior que las presas puedan parir sin vigilancia policial

Fernando Grande-Marlaska y Angel Gabilondo. | EP

Las presas deben poder dar a luz en el hospital sin que estén siendo vigiladas por la Policía. Es la recomendación que el Defensor del Pueblo ha extendido a la Dirección General de la Policía en un informe en el que esta institución supervisa la actividad de la Administración Penitenciaria. El departamento dirigido por Ángel Gabilondo considera que no es necesaria esa medida, actualmente vigente, habida cuenta de la «ausencia de peligro» que hay en esas circunstancias para el centro médico o su personal. Y, de este modo, añade, se «preservaría la dignidad y la intimidad personal» de las madres privadas de libertad.

El Defensor del Pueblo ha incluido esta petición en su balance de 2022. Esto es un nuevo protocolo de seguridad policial, después de que varias internas de la Unidad de Madres del Centro Penitenciario de Alicante se quejaran de que habían habían tenido que dar a luz a sus hijos delante de personal funcionario del Cuerpo Nacional de Policía. 

Respecto a esto último, el área de Ángel Gabilondo sí lo considera necesario en las unidades de custodia hospitalaria, donde acuden presos que no pueden ser atendidos en los módulos de enfermería de sus centros penitenciarios por su dolencia o problema de salud. «No parece, sin embargo, que en el momento del parto exista alguna razón de seguridad que haya prevalecer sobre el derecho a la intimidad de las internas», critica el Defensor.  

Falta de atención

En las reuniones y entrevistas mantenidas con distintas gestantes en prisión, sin embargo, el Mecanismo Nacional de Prevención (MNP), dependiente del Defensor del Pueblo, también ha recibido numerosas quejas sobre el trato que han recibido las reclusas durante el embarazo. Entre las mismas, esta institución destaca «la falta de atención a sus necesidades (alimentación, ejercicio físico, etc.) y la falta de preparación para el parto, la falta de intimidad y confidencialidad»

El parto de las presas suele realizarse siempre en el hospital público de referencia. Las principales quejas de las internas, además de la falta de intimidad por la presencia de los agentes, son «los estados de tristeza y de malestar emocional ante la carencia de apoyo familiar durante la posterior hospitalización». 

En este sentido, el MNP también insiste a la Policía Nacional para que, en el nuevo protocolo, de concurrir las condiciones sanitarias, se garantice el derecho de las presas a la presencia de una persona acompañante, «elegida por ella, durante el parto y el postparto en el hospital, como ocurre con la población general».

Mayor implicación del padre

Por otro lado, el departamento dirigido por Ángel Gabilondo denuncia la «profunda angustia» que sufren las madres en los centros penitenciarios. Las mujeres, según reza el informe, tienen más dificultades para cumplir condena en cárceles próximas a su familia, dado que existen menos cárceles que para hombres, lo que obstaculiza y encarece la visitas a las presas. El Mecanismo Nacional de Prevención ha realizado varias resoluciones al respecto, «pidiendo que se equiparen las condiciones de las videollamadas con las comunicaciones presenciales, lo que garantizaría su adecuada duración, intimidad y gratuidad». 

La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, órgano dependiente del Ministerio del Interior, solo cuenta con dos unidades de madres, en las que residen madres con hijos menores de tres años, lo que implica, dice El Defensor del Pueblo, «el desarraigo de muchas mujeres, que incluso deben abandonar a otros menores en su territorio de origen para poder permanecer reclusas con el menor de tres años». 

En una visita realizada en 2022 a la unidad de madres en Alicante, el MNP «comprobó que la situación de maternidad en la residencia implica una absoluta concentración y carga de los cuidados físicos, emocionales y asistenciales del menor por parte de la madre en solitario, sin posibilidad de apenas implicación del padre». Por lo que ha pedido a Prisiones que se articulen medidas de comunicación frecuente y de convivencia que faciliten la implicación de los padres en el cuidado, atención y responsabilidad de sus hijos.

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