Cuba

Llamando a parar

Llamando a parar

¿Por qué querría el régimen castrista detener a cualquiera que pase por la calle arriesgándose a alienar a toda la población y así su base de apoyo ciudadano? No parece tener mucho sentido.

Ojos que no ven

Ojos que no ven

La noticia del día, de la semana, del año y quién sabe si del siglo. Quizá tocaba hablar de ese suceso, pero os confieso que he visto esta fotografía y no he tenido dudas.

Los que sobreviven

Obama ha encontrado un nuevo punto débil en Putin y Venezuela y de paso quitarse de en medio un “pequeño” problema. Y en el Vedado la gente solo quiere comer y en el puerto que se siga oliendo a queroseno y así se puedan mover los camellos (autobuses públicos).

Retomemos el diálogo

Retomemos el diálogo

…Justo en el 78 cumpleaños del papa Francisco, Barack Obama y Raúl Castro han anunciado el reinicio de las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Cuba. Ambos confesaron que estaban agradecidos al papa Francisco porque la decisión se debía a su petición y a la colaboración de la diplomacia vaticana.

El coche

El coche

No es la única dictadura del mundo con la que Gobiernos de países democráticos se relacionan apelando a la necesidad de hacer política. Pero en Cuba son demasiados años ya.

Cuba: con la música a otra parte

Ocho jóvenes aprovecharon que se encontraban de gira en Puerto Rico con el Ballet Nacional de Cuba para acogerse a la Ley de Ajuste Cubano. Con los pies en suelo americano, comienzan su andadura hacia la libertad: un derecho escaso en el régimen castrista. La disidencia cubana sigue denunciando la violación de derechos humanos perpetua del gobierno de los Castro. Una realidad que suma más de medio siglo y miles de cubanos en el exilio huyendo de la represión y la pobreza.

Adiós, mi Cuba…

Adiós, mi Cuba…

Me remueve la noticia de que ocho bailarines del Ballet Nacional de Cuba abandonaran la Gira de Puerto Rico para acogerse al asilo político tras pisar suelo norteamericano. No me sorprende por lo que es en si, sino por lo poco que avanzamos en unas cosas y, en otras tan rápido.

Ojalá puedan volver

Ojalá puedan volver

Vivía en La Habana. Cada día a las cuatro de la madrugada, diez de la mañana en España, llamaba por teléfono para planificar la jornada. No pasaba un día sin escuchar al otro lado “¡ay ladrón, qué suerte viviendo en Cuba!”.

Muerte y corrupción de menores en La Habana (y II)

“Tengo documentación comprometedora para el Gobierno de Fidel”. Así comenzó Pedro Riera, el misterioso ex cónsul que me había pasado información sobre el caso a cambio de unos dólares. Me pedía ayuda para conseguir un pasaporte y escapar a España, donde sacaría a la luz la documentación sobre Castro. A cambio, me daría los papeles de Paco y Lozano. Intenté huir de aquella situación y terminé ingresado en el Cira García. ¿El diagnóstico? Envenenamiento. En un encuentro con Castro, le conté que me había sin pagar del Cira García por la exagerada factura. “Ha hecho usted bien”, me dijo. Pero al día siguiente tenía a sus esbirros en casa. A mi me retiraron la acreditación de corresponsal y los crímenes de corrupción de menores quedaron impunes. Me marché de Cuba.

Muerte y corrupción de menores en La Habana (Parte I)

Llegué a Cuba en 1996 para cumplir un sueño: ser corresponsal. Compartía casa en Miramar con un médico cooperante en Cuba, que llevaba una vida misteriosa, y que de la noche a la mañana huyó del país. Su chófer se quedó conmigo y quiso instruirme en las diversiones cubanas que frecuentaban. La dueña de nuestra casa confesó y supe que habían sido denunciados por una de las jóvenes de las que abusaban. “La niña murió”, fue el mensaje que dejaron para el médico. Entonces comencé la investigación, con ayuda del ex cónsul Pedro Riera, desenterrando algo mayor –y peor- que un simple crimen aislado.

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