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Por qué deberías reducir tu consumo de aceite de oliva si quieres adelgazar con eficacia

Aunque es muy sano, el aceite puede estar arruinando tu plan de pérdida de peso sin que seas consciente

Por qué deberías reducir tu consumo de aceite de oliva si quieres adelgazar con eficacia

Aceite de oliva

Adelgazar no es sencillo y a veces resulta incluso es desesperante, pues hacemos todo bien y no vemos resultados, lo que nos puede llevar a tirar la toalla. Sin embargo, y a pesar de que estemos comiendo sano, puede que todo se deba a un tema de grasa.

En concreto, hablamos de la grasa saludable del aceite de oliva. Es evidente que este oro líquido es un ingrediente clásico en los hogares españoles y tiene propiedades antioxidantes, y que su impacto en la reducción del colesterol malo es considerable, disminuye la presión arterial y fortalece el sistema inmunológico, pero también es evidente que nos puede estar impidiendo adelgazar.

Al final, por muy saludablemente que comamos, hemos de tener claro que sin déficit calórico nunca habrá pérdida de peso. Partiendo de esa premisa debemos comprender que los kilos de más obedecen a una sencilla operación matemática: consumir más calorías de las que se ingieren. Y con el aceite de oliva, lamentablemente, casi todos nos pasamos de cantidad a diario.

Quizá deberías reducir tu consumo de aceite de oliva si quieres adelgazar

El aceite de oliva no engorda, siempre y cuando se consuman las cantidades recomendadas. «Las grasas que contiene el aceite de oliva, al igual que las grasas que contienen el resto de los aceites (oliva, girasol, maíz, soja, canola), aportan 9 kilocalorías por gramo. Así, una cucharada sopera (13 mililitros) de aceite de oliva contiene 12 gramos de grasas y aporta 108 kilocalorías», aseguran los expertos, que recomiendan consumir, como mucho, dos cucharadas soperas de aceite crudo al día.

Es decir, que si vas echando cuentas y recopilas la cucharada de aceite que te pones en la tostada de la mañana, las que utilizas para condimentar la ensalada, las que usas para cocinar el pollo o el pescado, y las que pones en la cena, en total te da una burrada de aceite de oliva que no es necesario y que te estaría impidiendo adelgazar.

Las autoridades, de hecho, recomiendan consumir dos cucharadas soperas al día de aceite crudo como condimento. Si se consumen más cantidades, al aportar más kilocalorías, el aceite de oliva contribuiría a un aumento de peso.

Terica Uriol, experta en nutrición, lleva años advirtiendo del peligro para la figura de las grasas buenas. «Las grasas son necesarias para alcanzar una alimentación equilibrada. Entre un 15 y un 20% del total de los nutrientes esenciales diarios deben ser grasas; mejor si son grasas buenas (las vegetales)que grasas malas (animales o saturadas). Dicho esto, no hay que olvidar que ambos tipos son grasas por igual. Y aunque parezca una aberración, un trozo de tocino equivale calóricamente a dos o tres cucharadas de aceite de oliva», asegura Uriol.

«El consumo excesivo de grasa, ya sea de aceite de oliva o de manteca de cerdo, se va a acumular en el tejido adiposo y nos va a hacer engordar. Es indudable que el aceite de oliva, nuestro oro líquido, es sanísimo. Sin embargo, una persona con sobrepeso tiene que reducir la ingesta de este aceite y de cualquier grasa si quiere perder peso. Una vez alcanzado el peso saludable o peso ideal, podrá consumir aceite de oliva diariamente, en la proporción adecuada», afirma.

«Al reducir de la alimentación diaria la cantidad de grasa, el organismo simplemente la va a tomar de donde hay: de los depósitos adiposos. En esta operación, el cuerpo no sufre. No tiene nada que ver con la cetosis que provoca la dieta Dukan», asegura la experta, detallando que al no consumir nada de grasa, o una cantidad muy poca, nuestro cuerpo usará como energía la que tenemos almacenada, lo que nos hará adelgazar.

Ojo, las grasas buenas no dejan de ser grasas

Obviamente, las grasas saludables (monoinsaturadas y poliinsaturadas) son esenciales en cualquier dieta, pero quizá deberíamos vigilar mucho su consumo cuando queremos adelgazar.

Estas grasas son esenciales en una dieta equilibrada, ya que ayudan a disminuir la inflamación, aumentan los niveles de colesterol ‘bueno’ y controlan el azúcar en la sangre. Pero demasiado de cualquier cosa nunca es bueno.

«Si comes demasiadas grasas saludables, es posible que aumentes de peso», explica la nutricionista Lisa Young. «Las grasas contienen más calorías por gramo que las proteínas o los carbohidratos, por lo que la ingesta de calorías es mayor para las grasas. Recuerda que las grasas saludables con moderación son excelentes».

Aceite de oliva. (Fuente: Freepik)
Aceite de oliva. (Fuente: Freepik)

Entonces, ¿no debemos echar aceite de oliva nunca más a las ensaladas? ¿No debemos cocinar más con aceite? Sí, claro que puedes seguir haciéndolo, pero quizá deberías reducir su consumo si quieres perder los kilos que te sobran. No sirve de nada que hagas dieta si luego rocías tu comida ‘light’ con el oro amarillo español por excelencia.

Y con el resto de alimentos grasos sanos (como los frutos secos, el pescado graso o el aguacate), sucede igual. Sin embargo, como siempre te decimos, cada caso es particular, así que lo mejor es que consultes con tu médico o nutricionista qué opción te conviene más a ti.

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