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Opinión

Sale Junts, ERC se la juega y gana Sánchez

Los Presupuestos Generales del próximo año vienen con un órdago de apoyo financiero a Cataluña y un torrente de dinero como nunca se ha visto

Sale Junts, ERC se la juega y gana Sánchez

Aragonès durante una rueda de prensa en plena polémica. | Europa Press

Decía L’Equipe hace un par de semanas en sus crónicas sobre el Eurobasket, que el baloncesto era un deporte en el que jugaban cinco hombres contra cinco persiguiendo un balón y en el que al final, siempre ganaba España. Lo mismo se puede decir del espectáculo que han dado en los últimos días los independentistas catalanes donde todos se vigilan, todos se critican, todos se acusan y al final, oh sorpresa, gana Sánchez.

La salida de Junts del gobierno catalán no ha sorprendido a nadie. Mucho ha tardado para cómo se llevaban. Las relaciones entre ERC y la gente de Puigdemont siempre han sido de desconfianza. Una desconfianza que ha llegado a niveles bíblicos. Más que hermanos independentistas, parecen hermanos cainitas. El objetivo común de la independencia les ha obligado a estar juntos en muchas situaciones en las que por debajo del mantel siempre mantuvieron su rivalidad intensa por liderar el procés. ERC lo consiguió, por poco, pero consiguió superar electoralmente a Junts. Ninguno de los dos logró ser el partido más votado en Cataluña. Sí lo fue Ciudadanos (luego todo se hundió con la huida a Madrid de Inés Arrimadas) y lo es ahora el PSC. Ni Ciudadanos ni PSC han podido gobernar esa mayoría por la acomplejada desunión de los partidos constitucionalistas frente a las alianzas independentistas que ahora han reventado de forma explosiva.

Puigdemont, harto de su olvido creciente y como si fuera un Putin encerrado y acomplejado en Waterloo, ha apretado el botón para recuperar la bandera independentista. La señal fue, aunque no lo relacione de forma expresa, la salida de Laura Borrás de la presidencia del Parlament. La decisión del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya de enviarla al banquillo por el fraccionamiento de contratos públicos para beneficiar a un amigo suyo con la acusación de delitos de prevaricación y falsedad implicaba su lógica dimisión. Pocos repararon en que no son la lógica ni la dignidad valores fuertes en la líder de Junts per Catalunya que se negó a dimitir y tuvo que ser la propia Mesa con ERC, CUP y PSC los que tuvieran que votar su salida. Ella acabó, como es habitual entre los políticos nacionalistas, recurriendo a la tradicional defensa de que todo era un ataque a Cataluña. Pujol fue un buen maestro con su caso de Banca Catalana y creó escuela.

Pues pasado el verano, Junts decidió montar una moción de confianza a Aragonès. La respuesta fue la fulminante destitución del vicepresidente de la Generalitat por cese de confianza. Y las bases de Junts decidieron entonces irse del gobierno. Son bastantes los que piensan que en ERC respiran ahora más tranquilos. Ya no tendrán que pasar exámenes diarios de pureza independentista. Les permite vender una nueva etapa de la Generalitat en la que dice que solo les importa el bien de los catalanes y pueden dejar lo de la república para los actos de partido de fin de semana. Un gobierno más abierto con el nombramiento de personajes afines al PSC, a la antigua CiU, a Unidas Podemos e incluso a Puigdemont. Sin embargo, Junts no ceja e insiste en la moción de confianza y la tensión verbal con ERC aflora y crece ya más alto y fuerte. Laura Vilagrá, consejera de la presidencia, considera que la propuesta de moción es una medida cercana a la extrema derecha, como las que hace VOX en el Congreso a Sánchez. Se sienten ya como Sánchez. 

Algo ha cambiado. ERC también va a intentar gobernar sola. Por eso ERC y PSOE se necesitan. Y en ese juego de doble estabilidad Sánchez no dudará en sacrificar al PSC.

Un Sánchez con el que ERC ha mantenido unas relaciones estables que se han ido consolidando de forma pragmática. Hubo apoyo al gobierno de Sánchez y hubo indultos. Sánchez no lo dice pero a orden está dada.  La fiscalía y la abogacía del estado actúan en las causas pendientes del ‘procés’ con desidia, olvido o retirada activa de todo tipo de penalización o restitución. En otros problemas no se hace nada y se mira a otro lado, concretamente al Tribunal Constitucional, mientras se permite que la Generalitat obligue al incumplimiento del 25% de la enseñanza en castellano.  

A cambio, ERC ha sido de los socios más constantes en el Congreso de los Diputados al gobierno. Los Presupuestos Generales del próximo año vienen con un órdago de apoyo financiero a Cataluña y un torrente de dinero como nunca se ha visto en ninguna comunidad en los años de democracia. Lo que se ahorra Sánchez ahora son los apretones finales.

Algo ha cambiado. ERC también va a intentar gobernar sola. Por eso ERC y PSOE se necesitan. Y en ese juego de doble estabilidad Sánchez no dudará en sacrificar al PSC. Illa ya está haciendo juegos malabares. Por un lado, dice que no van a gobernar con ERC porque ellos son la alternativa, el partido más votado en Cataluña. Y por otro reconoce que no descarta acuerdos puntuales concretos siempre que sean por el bien de los catalanes. Y por el bien de Sánchez que se garantiza así uno estabilidad en uno de los frentes más castigados en el resto de España donde estos amigos y acuerdos independentistas nunca han entusiasmado. Ahora podrá vender que él ha conseguido la estabilidad de Cataluña. Si fuera así Sánchez gana, otra vez.

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