THE OBJECTIVE
EL BLOG DE LUCÍA ECHABARRIGA

Autocracias y baja autoestima: de mujeres maltratadas y ciudadanos maltratados

«El español está en general avergonzado de serlo: carece del chauvinismo francés o del patrioterismo norteamericano»

Autocracias y baja autoestima: de mujeres maltratadas y ciudadanos maltratados

Una mujer realiza un gesto con su mano. | Nadine Shaabana (Unsplash)

Tu baja autoestima es la baja autoestima de tu nación.

Como contaba ayer,  en muchas ocasiones vienen a visitarme mujeres con grandes problemas de relación con su familia de origen y con sus parejas o que son víctimas de acoso laboral. No es tan sencillo plantearlo así en el acoso laboral ( aunque a veces sí) pero en otras relaciones se trata de mujeres que  han caído en las garras de narcisistas porque ellas tienen muy baja autoestima. Porque cuando vieron la primera bandera roja no fueron capaces de plantarse y cortar la relación.

Antes de empezar, debo dejar claro que, si bien trato a menudo con mujeres heterosexuales, he visto lo mismo en casos de mujeres lesbianas o de hombres homosexuales. Este tipo de patrones de abuso se repite de manera parecida en los tres casos.

Y esto ¿ por qué sucedió?

Por ignorancia

En muchas ocasiones son víctimas del amor romántico y nadie les ha enseñado a identificar banderas rojas, como los celos o la posesión, que ellas confunden con muestras de amor. En casos de violencia económica son mujeres a las que no les han enseñado a gestionar su propia economía, de forma que es fácil que un hombre con rasgos narcisistas y o psicopáticos se ofrezca a gestionarla por ellas. He visto infinidad de casos en los que ese hombre utiliza el control económico para sojuzgar a su pareja cuando no directamente para estafarla o robarla.

Por baja autoestima

De alguna manera han interiorizado que no merecen más así que, como ya he dicho, no se plantan ante los abusos ni plantean ninguna reivindicación.

Por indefensión aprendida

 Este concepto se lo debemos a Goleman. En el ejemplo que él ofrece para explicar su teoría, un perro que ha sido apaleado y maltratado no se atreve a salir de la jaula en la que está porque tiene miedo. Esto es lo que le sucede a la mayoría de las mujeres maltratadas o que están en relaciones tóxicas y o abusivas. Que se quedan con lo malo porque temen que lo que hay ahí fuera va a ser peor y que ellas no van a saber luchar ya que les han inculcado el concepto de indefensión aprendida: les han hecho creer que son unas inútiles y que no van a poder luchar.

Por la presión de grupo

Presión por parte de familiares que no respetan a las mujeres separadas, y/o divorciadas o madres solteras, y que les presionan de formas más o menos sutiles para que no se separen. Presión por parte del grupo de amigos al que su pareja también pertenece:»Mujer, cómo lo vas a dejar si él es tan majo , seguro que estás exagerando, no hay que hacer una tormenta de un vaso de agua».  Recuerdo un caso de una chica muy joven cuyo novio era el delegado de clase y un tipo extraordinariamente popular. Ella sabía que, si ella le dejaba,  toda la clase se iba a poner en su contra,  tal y como efectivamente sucedió. En otros casos de mujeres más mayores, en relaciones más largas,  su pareja está muy integrada en su familia de origen o su grupo de amigos, de forma que dejar a su pareja supone abandonar su grupo de amigos o familia.

Las hay también que viven en una sociedad que estigmatiza a las mujeres separadas y el miedo a que la cataloguen como fracasadas o como p*** hace que permanezcan en la relación. Esto es muy común en mujeres procedentes de determinados contextos latinoamericanos o árabes, en los que está mal visto que una mujer deje a su marido incluso si él es infiel o le maltrata psicológicamente. Suelen escuchar de sus madres que deben aguantar. Les sorprendería (o no)  que en pleno siglo XXI tantísimas mujeres no quieran dejar una relación por temor a como las califique su grupo después.

Dependencia económica

En muchas ocasiones estas mujeres dependen económicamente de estos hombres. Y creen que si se separan no podrán sobrevivir. En ciertos casos no se equivocan, es verdad que tendrán muy difícil sobrevivir sin él. Pero en la mayoría de los casos que vienen a mí podrían perfectamente sobrevivir sin el dinero de su pareja. Pero les han convencido de que no va a ser posible.

Por adoctrinamiento

En muchos casos estas mujeres vienen de entornos muy religiosos. Pueden ser católicas, musulmanas, evangélicas o de cualquier otro tipo de creencia religiosa. Pero en todas ellas  se enfatiza la importancia del matrimonio y la indisolubilidad de su vínculo. Incluso cuando estas mujeres en teoría han abandonado ya la religión, lo cierto es que la estructura profunda de la religión permea y en su marco conceptual sigue estando muy latente. Este fenómeno es muy común en mujeres latinoamericanas o árabes, que llevan años viviendo en España pero que siguen manteniendo ideas que aprendieron en la niñez, porque han sido adoctrinadas.

Ahora traslademos esto a la psicología social

A menudo las autocracias intentan dar una apariencia a legitimidad adoptando el lenguaje de las constituciones de regímenes no autocráticos o estableciendo instituciones similares. Y cuentan con instituciones que difieren poco en apariencia de las estructuras institucionales de las democracias constitucionales (parlamentos o asambleas, elecciones y partidos, tribunales y códigos legales).

El lenguaje de las autocracias puede expresarse en términos de doctrinas de gobierno popular o democracia. La diferencia es que, las autocracias, las disposiciones constitucionales NO actúan como controles efectivos del poder del centro único, sino que son esencialmente fachadas, nada más.

Las realidades subyacentes del gobierno autocrático son siempre la concentración del poder en un solo centro y la movilización de la fuerza para impedir el surgimiento de la oposición. Y el us del poder estatal para imponer un ideario, una ideología única a sus ciudadanos.

La ideología disidente es severamente maltratada y perseguida. No se permite la disconformidad de opinión. Se refuerza la ortodoxia y la ideología del Estado. A través de un partido compuesto en su totalidad por fieles a la doctrina única, que funciona como vehículo de adoctrinamiento social.

Si estamos pensando en régimen es autocráticos latinoamericanos como el que existe en Venezuela o como los que han existido en Argentina, Ecuador, Bolivia, o en regímenes como el de Putin o el de Marruecos, nos daremos cuenta de que, pese a que tienen una apariencia democrática, se trata en realidad de autocracias. Es cierto que la izquierda española ha bebido de estas fuentes muy en particular del kirchnerismo, de las doctrinas de Venezuela y de los métodos de Evo Morales, y que está intentando crear una estructura similar.

La psicología política tiene que ver con la psicología de la personalidad porque simplemente se aplican a gran escala tácticas que se pueden aplicar en las relaciones personales. A la población se la somete mediante la indefensión aprendida, la presión de grupo, el adoctrinamiento y la ignorancia.

La ignorancia

En España ha habido ocho LOGSE seguidas, lo que ha resultado en el nivel escolar y educativo más bajo de la Unión europea, tal y como lo demuestran los informes PISA. Actualmente es muy difícil que un chico de 25 años entienda la diferencia entre poder ejecutivo legislativo y judicial si no ha estudiado políticas o ha acudido un colegio privado. Mientras el promedio de comprensión lectora de la UE se sitúa en los 528 puntos y el de la OCDE en 533, España tiene una puntuación media de 521. Esto significa que la mayor parte de la población no puede leer una ley. Mucho menos buscarla en el boletín oficial del Estado. Tampoco leen periódicos, por lo cual ahora mismo muy poca gente se ha enterado de que existe un decreto ley que paraliza los desahucios hasta el 2028 y siguen culpando del problema del alquiler a los bancos o a los fondos buitres, sin saber que este problema lo ha creado directamente su gobierno.

Adoctrinamiento

 Muchas madres como yo misma nos hemos encontrado con que nuestros hijos recibían charlas sobre género en el colegio, charlas que nosotras no conocíamos ni habíamos autorizado y que se habían pagado con nuestros impuestos. Muchas madres como yo nos hemos encontrado con que nuestras hijas nos llamaban tránsfobas porque así se lo habían enseñado en el colegio. Muchas madres se han encontrado con un caso peor: en el colegio les han dicho  a sus hijas que deben desconfiar de sus padres y que no les cuenten la verdad de lo que están viviendo y lo que les están contando ( Contacte con la Asociación Amanda si no lo cree). Esta táctica de apartar a los niños de sus padres es clásica en psicología social y es típica de los regímenes totalitarios.

Dependencia económica

La mitad de los mayores de 18 años ya depende de una ayuda, una pensión o un empleo público La multiplicación de subsidios ha elevado a niveles hasta ahora eran impensables el porcentaje de personas con ingresos que proceden del Estado. En la práctica media España trabaja para sostener a la otra media. Y a la media España que trabaja se la fríe a impuestos. A esta enorme e ingente masa que depende del estado basta con sugerirle que podrían perder su medio de vida para que tengan pánico. Puede que no están  de acuerdo con muchas cosas de las que haga el gobierno, pero no se pueden permitir que el gobierno cambie. Es lo mismo que he visto en infinidad de mujeres que odiaban a su marido y sabían perfectamente que estaban siendo maltratadas pero me decían y me repetían que no se atrevían a dejarlo porque creían que no podrían sobrevivir.

Presión de grupo

Mediante la adoctrinamiento y mediante el control de los medios de comunicación el Estado ha creado un clima de opinión en el cual cualquier persona que se atreva a criticar al Estado se convierte automáticamente en fascista y, como le sucede a tantas mujeres maltratadas., puede ser expulsada de su grupo de amigos o de su familia. El caso de la estudiante que se atrevió a dejar a su novio delegado y se vio sometida a un acoso por parte del resto de la clase es el mismo del de cualquier persona que haya estado en un entorno de izquierdas oficialista y se atreva a irse o a criticarlo. En estas navidades desgraciadamente lo he visto a menudo: mujeres que ya no podían acudir a las comidas familiares porque el cuñado el hermano la madre o quien fuera se dedicaba a torturarlas verbalmente.

Indefensión aprendida

En muchas ocasiones la persona que no apoye al Estado tiene pánico de decirlo de forma clara porque teme que perderá su trabajo. O incluso que se verá enfrentada a un juicio o una campaña de cancelación. Esto es particularmente evidente en entornos como el cine o las series (actores, productores o artistas). Basta con que te adhieran la temida etiqueta de «facha» para que dejes de trabajar. Estas personas, por lo tanto, no se atreven a dar en público su opinión. Con lo que de puertas para afuera parece que toda España está compartiendo la misma opinión.

Baja autoestima

El español está en general avergonzado de serlo. En los años noventa, por ejemplo, en el Reino Unido lo más moderno de lo moderno era llevar una Union Jack, una bandera británica, y se hizo famosa la imagen de Geri Halliwell de las Spice Girls luciendo un traje minifaldero con la bandera británica que ella misma se había hecho con un mantel. Esto sería algo impensable en España. Cuando en España Marta Sánchez adaptó el himno español, inmediatamente fue calificada como facha y expulsada del Sanedrín de los intelectuales y los artistas. Aunque una pequeña, minúscula parte de la izquierda, representada ahora mismo por el partido Izquierda Española está intentando retomar el concepto del amor a la patria (o al menos el concepto de no estar avergonzado de ella)  lo cierto es que los españoles carecen del chauvinismo francés (no olvidemos que chauvinisme es una palabra originalmente francesa), o del patrioterismo norteamericano, y no han creado un concepto como el britpop. En Alemania está de moda a llevar camisetas con la bandera alemana, se ve como algo hípster; en España esto se consideraría fascista. El hecho de el nombre de un partido como Izquierda española se haya considerado una provocación creo que resume todo esto.

Tanto para el maltratador que quiere dominar a su mujer como para el Estado que quiere controlar a sus individuos, la libertad de la persona que controlan se convierte en una amenaza.

La mujer controlada deja de ser una mujer para convertirse en su mujer. Cada individuo deja de ser un individuo para convertirse en el pueblo. En una mera masa de individuos idénticos, que deben pensar lo mismo, sin ningún respeto a la diversidad y a la pluralidad humana. Porque de la misma manera que a un maltratador lo que le importa es controlar, y no el amor, a un autócrata solo le importa mantener el poder y no el bien común.

El hecho de que estemos viendo cómo se pervierte la Constitución y se impone al pensamiento único y que a todos aquellos que intentamos alertar se nos cuelga la etiqueta de fascistas debería haber despertado alguna conciencia. Pero ¿cómo vas a despertar conciencias cuando has creado la masa de individuos que dependen económica y emocionalmente de ti, que apenas están educados, a los que has sumido en la ignorancia, y a los que tienes aterrorizados?. De la misma manera que psicólogos psiquiatras y trabajadores sociales descubren que es muy difícil y a veces imposible que una mujer deje a su marido maltratador nos encontramos con la paradoja de que el famoso pueblo es a la masa ingente de individuos sigue queriendo permanecer dónde está. La historia se repite y esto ya ha sucedido en muchas ocasiones. No somos los primeros ni seremos los últimos.

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