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¿En qué ha quedado el metaverso?

Tras el auge inicial por los nuevos mundos virtuales, el metaverso sigue evolucionando hacia nuevos entornos

¿En qué ha quedado el metaverso?

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El metaverso lleva décadas desarrollándose y adoptando distintas formas, especialmente en el terreno de los videojuegos. Aun así, si algo le ha dado popularidad en los últimos años indudablemente ha sido el cambio de nombre de Facebook a Meta, en octubre de 2021, en una apuesta clara por enfocar su propuesta de valor a un entorno social virtual donde los usuarios puedan convivir en un plano paralelo inmersivo. Muchos meses después de aquel movimiento, el despliegue del metaverso progresa tímidamente a medida que confluye con otras tecnologías, como la Inteligencia Artificial o la blockchain, y se aleja de la burbuja inicial de expectativas depositadas en él.

Facebook ha evaporado ya más de 20.000 millones en el metaverso

Hace algunos días, el gigante tecnológico publicó sus resultados correspondientes al segundo trimestre del año. La compañía, que sigue siendo una factoría de generar beneficios, sorprendió con unas cifras mejor de lo esperado al mostrar un crecimiento de doble dígito, algo que no sucedía desde hacía casi dos años. En su presentación de cuentas, que arrojaron 32.000 millones de beneficio, también quedaron sobre la mesa unas pérdidas durante el periodo de 3.700 millones de dólares para la unidad Reality Labs, que desarrolla los entornos tecnológicos vinculados a la realidad virtual y realidad aumentada. De este modo, la división ocupada de crear y rentabilizar el metaverso de Meta lleva ya dilapidados 21.000 millones de dólares en su apuesta por el metaverso.

Con todo ello, Meta está reasignando recursos para centrarse menos en el desarrollo de sus plataformas virtuales, como el metaverso Horizon Worlds, al que apenas acceden unas decenas de miles de usuarios activos mensuales, y más en el desarrollo de dispositivos de Realidad Virtual. En este sentido, la apuesta de Meta sigue siendo el terminal Meta Quest, que tras una rebaja significativa del precio del Quest 2, ahora centra sus expectativas en el lanzamiento en otoño de la versión revisada del terminal, el Meta Quest 3. De este modo el gigante apuesta por ofrecer un abanico de dispositivos propios con los que acceder al ecosistema digital de soluciones y herramientas Quest al que recientemente se han añadido entornos externos como el popular Roblox.

El resto de proyectos han perdido fuelle

Los vaivenes del metaverso en su versión centralizada llegan capitaneados por Meta, además de por la incursión de muchos otros gigantes desarrollando diversos proyectos. Aquí se encuentran precisamente algunas de las grandes empresas tecnológicas de internet, además de las desarrolladoras de hardware y software para la industria de los videojuegos, como los populares motores de desarrollo Unity o Unreal.

En el entorno descentralizado existen también varios nombres que proponen tecnologías de directa aplicación al metaverso, ecosistemas de juegos inmersivas con mecánicas play-to-earn o completos entornos virtuales propios. Entre estos últimos, The Sandbox y Decentraland son dos de las plataformas más conocidas que experimentaron una mayor popularidad a raíz del renombre de Facebook por Meta. En aquel entonces, casi un año y medio atrás, pese a su origen años atrás en los videojuegos el metaverso sonaba a algo novedoso y el lanzamiento de estas plataformas fue empujado por la exuberancia de un mercado alcista que funcionó como perfecto reclamo.

El entorno de Decentraland, que fue una de los pioneros en ofrecer una criptomoneda propia para su plataforma con la que comprar todo tipo de experiencias y tierras virtuales, cuenta con un cada vez más decreciente volumen de actividad. Mientras que la plataforma comunica aproximadamente unos 4.000 visitantes diarios, la actividad que abordan los indicadores en la blockchain muestran una interacción de apenas unos centenares de billeteras.

La tecnología todavía en estado inicial de adopción

Pese al enorme despliegue de recursos por parte de grandes y pequeñas empresas, y con un amplio catálogo de herramientas disponibles en el mercado, parece que el metaverso, según fue re-concebido hace un par de años, no acaba de despegar. Ese concepto de espacio virtual en el que el usuario medio hará de todo, desde socializarse por ocio a trabajar o pasar el rato para entretenerse, no está cuajando.

También es cierto que, como con cualquier tecnología disruptiva, y según apuntan modelos como el Hype Cycle, pasarán años hasta que el concepto y su implementación lleguen a su máximo nivel de productividad. El propio Mark Zukerberg, consejero delegado y fundador de Facebook, o Meta, como quiera llamarse, apuntó hace un año: El metaverso no es algo que vaya a construir una empresa. Es el próximo capítulo de internet en general». Quedará por ver qué papel tendrá el metaverso en el futuro de internet.

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