Jorge Vilda, contra las cuerdas: la RFEF prepara su cese mientras él guarda silencio

Parece mentira, pero hace menos de dos semanas España se proclamó campeona del mundo. El pasado domingo 20 de agosto, un gol de Olga Carmona elevó al combinado entrenado por Jorge Vilda a la categoría de mejor equipo femenino de fútbol del planeta Tierra. Una gesta que ha quedado en parte opacada por todo lo que ha venido después.

El denominado caso Rubiales ha abierto informativos televisivos, ocupado numerosas portadas –dentro y fuera de España– y protagonizado largas horas de radio. Los políticos han hablado del tema, algunos incluso apropiándose de unas reivindicaciones que no son suyas. Demostrando, como hizo la socialista Reyes Maroto, que desconocen a las jugadoras de la Selección española. Jenni Hermoso no es la única campeona del mundo nacida en Madrid, como aseguró Maroto. También lo es Claudia Zornoza, leyenda en activo del Real Madrid, campeona del mundo e igualmente madrileña.

Esta atención mediática ha derivado en que prácticamente nadie en España sea ajeno a la polémica del caso Rubiales. Una polémica que ha desencadenado, de momento, la suspensión temporal del presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, por parte del mayor órgano del fútbol, la FIFA. El beso no consentido a la futbolista Jenni Hermoso ha puesto en el foco a Rubiales, aunque también su «indecorosa» –en palabras del CSD– actitud en el palco al lado de la reina Letizia y la infanta Sofía, o su reacción en la cadena COPE insultando a todo aquel que osara criticarle.

Hay otro hombre, un protegido de Luis Rubiales, del que también se ha hablado, aunque no tanto. Se trata, precisamente, de Jorge Vilda, seleccionador femenino y director deportivo de las selecciones femeninas de la RFEF y uno de los artífices de la consecución del título mundialista en Australia. Aunque a la hora del cierre de edición de este artículo Jorge Vilda siga al frente de la Selección española, su futuro parece más cerca que nunca de la destitución. Más allá de un escueto comunicado, Vilda todavía no se ha expresado públicamente, por lo que no ha dejado del todo clara su postura. Estas son algunas de las cosas que todavía no ha explicado Jorge Vilda.

Aplausos a Rubiales y rechazo posterior

Una de las actitudes que más se le ha reprochado a Jorge Vilda en las últimas horas ha sido la que tuvo en la asamblea de la RFEF del pasado viernes. Durante el discurso de Luis Rubiales, aquel en el que el dirigente anunció hasta en cinco ocasiones que no iba a dimitir, las cámaras de la federación –la realización era propia– enfocaron varias veces a Vilda y a su homólogo en la Selección masculina, Luis de la Fuente. Ambos aplaudieron a su jefe. De hecho, fueron de los primeros en ponerse en pie para aclamar las palabras de Rubiales cuando concluyó su proclama. En este discurso, además, Luis Rubiales le subió el sueldo públicamente a Jorge Vilda: medio millón de euros durante cuatro años, cuando hasta ahora cobraba unos 160.000, según explicó el propio Rubiales en la tribuna.

Apenas 24 horas después, tanto De la Fuente como Vilda se retractaron. En el caso de quien aquí nos atañe, el seleccionador femenino, este emitió su correspondiente comunicado. Uno de tantos en todo este embrollo. En él, lamentaba el «comportamiento impropio» de Luis Rubiales. ¿Qué había cambiado en ese corto de tiempo? ¿Por qué en un solo día pasaba de aplaudir el comportamiento de su jefe a tacharlo de «inaceptable»? Solo él lo sabe, todavía no lo ha explicado. Lo que sí sabemos que había cambiado en esas horas era que la FIFA había suspendido a Rubiales. También que las jugadoras y su cuerpo técnico le habían dado la espalda en sendos comunicados.

El plantón de jugadoras y equipo técnico

Esa es precisamente otra de las cosas que Jorge Vilda todavía no ha explicado aún: por qué sus futbolistas, aquellas que habían conseguido a su lado la Copa del Mundo hacía apenas unos días, y parte de su staff, habían dejado claro que no trabajarían más con él.

En un acto de unidad insólita en el fútbol femenino español, las 23 campeonas del mundo y otras decenas de jugadoras –algunas en activo, otras ya retiradas–, firmaron un comunicado emitido por el sindicato Futpro. En él condenaban la actitud de Rubiales, apoyaban a su compañera Jenni Hermoso, y renunciaban a ser convocadas por la Selección si continuaban «los actuales dirigentes». No se referían solo a Luis Rubiales, sino también a su seleccionador, Jorge Vilda, aunque no lo nombraran directamente. A finales de septiembre, España se enfrentará a Suecia, Suiza e Italia en la Nations League. Están en juego dos puestos para los Juegos Olímpicos de París. No parece que sea viable, a día de hoy, enviar a un equipo comandado por Jorge Vilda a esas citas.

Además, el cuerpo técnico del seleccionador también se pronunció a través de otro comunicado. En él, ponían sus cargos a disposición de la RFEF. También denunciaban, entre otras cosas, que se había obligado al staff a acudir a la asamblea. No solo eso, sino que las mujeres del equipo técnico tenían que ocupar además la primera fila, en señal de apoyo al presidente de la federación. Tampoco ha explicado nada a este respecto el todavía seleccionador nacional. Aquel comunicado lo firmaban, entre otros, la exfutbolista y seleccionadora sub-19 Sonia Bermúdez. Ella es la que más papeletas tiene para suceder a Jorge Vilda en caso de que este sea cesado.

Las presiones a Jenni Hermoso y su familia

Otro de los temas que está en el aire, sin explicación todavía del aún seleccionador nacional español, es el de las supuestas presiones que ejerció él mismo sobre Jenni Hermoso y su familia durante el viaje de regreso desde Australia hasta España. Vilda se acercó hasta en tres ocasiones a la familia de la futbolista, según publicó el medio digital Relevo, para convencerla de «cuál era el camino correcto para solucionar la crisis abierta por el beso de Rubiales». Según el medio deportivo, el seleccionador «necesitaba que le dijeran a la jugadora que lo mejor era pronunciarse y quitar hierro a este asunto que estaba manchando la celebración de la mayor gesta del fútbol femenino español».

Vilda no ha salido a desmentir la noticia de que presionó a su jugadora para aparecer junto a Luis Rubiales en el vídeo y respaldarle públicamente, por lo que todos han dado por buena la información publicada por Relevo. De ser así, tendría que explicar por qué presionó a una de sus futbolistas, aunque fuera a través de su familia, en lugar de dejarla actuar como ella considerara correcto.

El ‘castigo’ a Misa Rodríguez

Hay una cuestión no relacionada con el caso Rubiales que también ha trascendido a la prensa tras el Mundial de Australia y Nueva Zelanda. Esta cuestión es, probablemente, la más deportiva de todas las que exponemos en este artículo. España perdió un solo partido en todo el torneo, fue una goleada (4-0) de Japón en fase de grupos. Un punto de inflexión que unió más que nunca al vestuario, unión clave en la consecución de la Copa del Mundo.

En el descanso de ese partido se desató un conflicto que Jorge Vilda, seguramente, no se esperaba. Según publicó El Confidencial y ha podido confirmar THE OBJECTIVE, Misa Rodríguez y Vilda chocaron en el vestuario del Estadio Regional de Wellington. 

La portera titular del Real Madrid es una de las capitanas de la Selección española tras el famoso conflicto de ‘las 15’. Lo es en detrimento de otras jugadoras más históricas, pero que habían desafiado a la RFEF. Ellas son Alexia Putellas, Irene Paredes o la propia Jenni Hermoso. Al sustituir a Olga Carmona, que había jugado la primera parte del encuentro contra el combinado nipón, le tocaba a Misa Rodríguez portar el brazalete. Misa le contestó que cómo iba a llevarlo ella estando presentes esas tres jugadoras que, a su juicio, merecían portarlo más que ella. Sin embargo, el entrenador se lo impuso, a lo que tuvo que plegarse. Al término del encuentro, Vilda le pidió el brazalete a su portera «de malas maneras», según publicó El Confidencial.

La arquera había sido la titular hasta el momento en el torneo. Misa Rodríguez no volvió a jugar –la sustituyó Cata Coll–, algo que algunos leyeron como un castigo por la goleada –castigo que el propio Vilda negó ante la prensa, diciendo que todo el equipo era responsable de lo ocurrido, incluido él mismo–.

La polémica de ‘las 15’

Para terminar, el último asunto sobre el que todavía no se ha pronunciado públicamente Jorge Vilda es el famoso conflicto de ‘las 15’. Ha pasado casi un año desde que la RFEF filtrara a la prensa el correo electrónico en el que 15 jugadoras de la Selección española renunciaban a ser convocadas tras todo lo ocurrido en la Eurocopa de Inglaterra.

Si bien es cierto que esas jugadoras no llegaron a explicar claramente –al menos de cara a la opinión pública– qué es lo que querían cambiar, sí aseguraron en un comunicado que en ningún momento habían pedido la destitución de su entrenador. Hablaban de «una apuesta decidida por un proyecto profesional en el que se cuiden todos los aspectos para sacar el mejor rendimiento a un grupo de jugadoras con las que consideramos que se pueden conseguir más y mejores objetivos». Aunque la RFEF tomó, en un principio, una postura tajante asegurando que «no había nada que mejorar», finalmente sí se implementaron una serie de mejoras que reclamaban las futbolistas. Mejoras que, como contó THE OBJECTIVE el día que España se proclamó campeona del mundo, fueron la base necesaria para este éxito deportivo sin precedentes.

Jorge Vilda todavía no ha explicado qué ocurrió, cómo gestionó aquella crisis, ni por qué 15 de sus jugadoras renunciaron a jugar bajo sus órdenes. Y no ha sido porque no se le haya preguntado. Periodistas españoles y extranjeros han aprovechado las ruedas de prensa del seleccionador español para preguntarle por el tema, pero él siempre ha respondido con evasivas. «Yo solo hablo de jugadoras convocables» es una frase que se convirtió en mantra. Las futbolistas, eso sí, tampoco han sido contundentes a la hora de aclarar lo que ocurrió. Hasta el momento, los trapos sucios se han lavado en casa con la voluntad de emprender cambios internos. Sin embargo, y tras el cese de Luis Rubiales, el seleccionador femenino se ha quedado sin apoyos públicos, sin jugadoras, sin cuerpo técnico, y puede que, en las próximas horas, sin el cargo que ostenta.