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Economía

Alejandro Vigaray (Bipi): «La formación no te enseña qué hacer si las cosas van mal»

Este empresario fundó en 2017 Bipi, una empresa de suscripción a coches modelo todo incluido que el Grupo Renault ha comprado por unos 100 millones de euros

Alejandro Vigaray (Bipi): «La formación no te enseña qué hacer si las cosas van mal»

Alejandro Vigaray (Bipi).

Alejandro Vigaray fundó en 2017 Bipi, una empresa de suscripción a coches modelo todo incluido –la llaman «el Netflix de los coches», para hacernos una idea–. La empresa la fundó junto a su socio, Hans Christ. El éxito ha sido rotundo: cuatro años después de su lanzamiento, el Grupo Renault ha comprado el 100% de Bipi por unos 100 millones de euros.

Antes de esta gran historia de éxito, Alejandro pasó por momentos difíciles como emprendedor con otras compañías que fundó sin éxito, experiencias que forjaron el empresario que es hoy.

Alejandro Vigaray es uno de los protagonistas del podcast Así empecé, creado por Arcano Partners. Esta serie de entrevistas tiene como objetivo acercar al oyente las historias de personas que tuvieron una idea, un sueño, de crear o mejorar algo, y que a base de ingenio, determinación y pasión consiguieron sacar adelante. En definitiva, son historias de emprendedores contadas por ellos mismos.

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Alejandro empezó a trabajar desde muy joven en el comercio. «Mi familia, de toda la vida, ha sido empresaria del mundo de la decoración y del mueble. Nada rimbombante. Con 16 años ya me planteaba que me gustaba eso y ayudaba a mi familia a montar muebles», rememora. Más tarde, estudió Marketing. Pasó por un Decathlon para coger algo de experiencia, donde empezó a crecer como profesional.

Tras encadenar una serie de trabajos, se reincorporó al negocio familiar. «Pero en mi cabeza siempre estaba que yo necesitaba más experiencia en otros mercados», explica. Le surgió una oportunidad en Granada en una empresa de muebles, también, y aunque al final la empresa desapareciera por el contexto de crisis, «fueron unos años buenísimos, donde aprendí un montón, donde aprendí el sector de la franquicia. Fue una experiencia muy bonita». Aquel fue su primer contacto con un proyecto fracasado, aunque sacó lecciones de todo aquello.

Después, volvió a Madrid, donde empezó desde cero. «Me ficharon en Unidental» y, aunque le gustó la experiencia, necesitaba más. «Habría aprendido una serie de conocimientos y los quería poner en práctica». En 2010 se embarcó en una aventura propia: creó su marca de sofás y montó tiendas propias que podían franquiciarse. En 2012, por la crisis, tuvo que cerrar. «Fue el primer máster que hice realmente porque, sinceramente, las carreras te pueden preparar para absorber conocimientos. Luego hay que aplicarlos, pero hay cosas que la formación no te da, como saber qué hacer si las cosas van mal», recalca.

Tras las lecciones aprendidas, buscó trabajo y, más tarde, volvió a intentar emprender. Hizo un plan para devolver las deudas y poder vivir. Después de estabilizarse, volvió al ruedo. Crossfit mediante, una actividad que le ayudó a ser más resiliente y, sobre todo, a su socio y amigo Hans Christ. «Levantar peso es una manera muy buena de conocer a gente», rememora. Antes de fundar Bipi, probaron suerte con Llollo, un servicio de movilidad que ofrece aparcamiento en aeropuertos y estaciones de tren en el lugar de origen.

Puedes seguir conociendo la historia y los éxitos –y también fracasos– de Alejandro Vigaray, fundador de Bipi, en el podcast Así empecé.

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