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Sánchez se desmiente a sí mismo y aumenta el déficit del plan presupuestario que envió a la UE

No explica cómo sufragar los nuevos compromisos que no incorporó en el plan remitido a Bruselas el 15 de octubre

Sánchez se desmiente a sí mismo y aumenta el déficit del plan presupuestario que envió a la UE

Pedro Sánchez, con los papeles de su discurso, este miércoles, desde la tribuna del Parlamento. | Europa Press

Sin entrar en los acuerdos suscritos con los partidos independentistas y nacionalistas, en apenas un mes, el presidente del Gobierno se desmintió este miércoles a sí mismo. Ocurrió al anunciar, desde la principal tribunal del Parlamento español, el incumplimiento de su compromiso con la UE -enviado el 15 de octubre a Bruselas- de llevar a cabo un plan presupuestario para 2024, que se torna en papel mojado, y que incluye una reducción del déficit y de la deuda pública, con un crecimiento del PIB del 2%.

Sin negociar con nadie, ni con las entidades bancarias ni con las autonomías, Pedro Sánchez garantizó este miércoles que, en la próxima legislatura -que previsiblemente arrancará este jueves-, se prorrogará el IVA de los alimentos -que ya estaban catalogados- hasta junio de 2024. Además, afirmó que subirá el umbral de la renta de 30.000 euros a 38.000, para beneficiarse de la cláusula hipotecaria, que consiste en la congelación de la cuota durante un año y el plazo de amortización de siete años. Y, en tercer lugar, a partir del 1 de enero, prometió que el transporte público será gratuito y de manera permanente para todos los menores, jóvenes y desempleados, en combinación -señaló- con las comunidades autónomas.

En lo relativo a pensiones, garantizó una inyección de 5.000 millones de euros a la caja de la Seguridad Social, sin prescindir de la indexación de las pensiones al IPC. En otros términos, ofreció aumentar el bono de alquiler y avalar un 20% de algunas hipotecas -medida que ya aplica la Comunidad de Madrid-, además de las consabidas 183.000 viviendas para alquileres asequibles.

Promesas que, en su opinión, estarán respaldadas por la reducción de déficit público que alcanzará su nuevo Gobierno con más eficiencia de las administraciones públicas, más bases fiscales, más IRPF, el nuevo gravamen del impuesto de Sociedades y con la persecución del fraude fiscal.

El problema de la prórroga

Pero a tenor de los números, a lo que hay que añadir la entrega de la fiscalidad del 100% a Cataluña y la condonación a ésta del Fondo de Liquidez Autonómica, no parece nada claro que con estas actuaciones, y con la pretensión de reducir el número de horas trabajadas, al tiempo que el salario mínimo interprofesional sigue subiendo y que las empresas tengan que ligar beneficios a salarios, los compromisos con la UE se cumplan si el gasto público sigue en alza.

Fue la propia Airef, al igual que el Banco de España, la que en su informe del pasado mes de octubre, referido a los Proyectos y Líneas Fundamentales de los Presupuestos para 2024, remitidos días atrás a Bruselas, subrayó en sus previsiones que de no retirar las medidas contra la crisis -entre ellas, la reducción del IVA y los descuentos al transporte-, el déficit se verá afectado y será muy complicado para las administraciones públicas reducir esta variable macroeconómica por debajo del 3% en 2024.

En ese informe, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal también indicaba, partiendo del análisis de sostenibilidad, que la deuda pública, después de reducirse durante unos años, y siempre con previsiones macroeconómicas y fiscales a políticas constantes, iniciará una senda ascendente tras alcanzar un 106% del PIB en 2028.

Un planteamiento que pasaba por la necesidad de contar con una estrategia fiscal a medio plazo, realista y creíble, que sitúe la deuda en una trayectoria descendente, cuestión que pasó por alto este miércoles el candidato socialista, quien omitió referirse al cumplimiento de las reglas fiscales.

«Una máquina de imprimir dinero»

Desde Bruselas y para THE OBJECTIVE se ha pronunciado la eurodiputada de Ciudadanos, Eva Poptcheva, justo en el mismo día en el que la Comisión revisó a la baja el PIB español para 2024, situando nuestro crecimiento para el próximo ejercicio en un 1,7%, tres décimas menos que las estimaciones del Gobierno. Y justo un día después de que la estadística de la OCDE diga que la tasa de paro de España lidera el ranking de los 38 países que la conforman, con un 12%, que además se aleja de la media de estos países, que ya está en el 4,7%, la cifra histórica más baja, y ello, pese a que Sánchez afirmó este miércoles que España creó uno de cada tres empleos de la zona euro.

Así, y tras escuchar los planteamientos y compromisos económicos del dirigente socialista -defensor de nuevo en su discurso de perpetuar el impuesto a los ricos y que paguen más que el resto, aunque la recaudación del Impuesto de Solidaridad ha sido dos veces menos de lo esperado-, Poptcheva entiende que, o bien «Sánchez debe de tener en su oficina una máquina para imprimir dinero o no se explica, si no, cómo piensa seguir revalorizando las pensiones con el IPC, meter 5.000 millones de euros al año en el Fondo de Reserva, pagar el transporte público a 17 millones de personas (jóvenes y jubilados) y el resto de medidas fantásticas que ha regalado por la boca». «¿Qué impuestos va a subir?¿Qué servicios públicos va a recortar?», anticipa. «Que nos lo diga. O a lo mejor espera que nos lo paguen nuestros vecinos europeos, que están hartos de subvencionar la deuda española», colige.

Además, esta eurodiputada, quien también es vicepresidenta de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios, e involucrada en estos momentos en las negociaciones institucionales sobre las nuevas reglas fiscales europeas, subraya la frustración que le producen «los anuncios del Sr. Sánchez, porque -sostiene- solo ayudan a aumentar la desconfianza de nuestros socios europeos y hacen muy difícil el trabajo de algunos, que intentamos negociar un marco fiscal ventajoso para España y los españoles». «Un poco de responsabilidad, Sr. Sánchez -determina-. Nos estamos ganando a pulso que Europa vuelva a enviarnos a la Troika».

Más deuda, más déficit, más impuestos

El economista Daniel Lacalle también ha entrado a valorar para este medio el impacto de las promesas económicas del discurso de Pedro Sánchez. El jefe economista de Tressis mantiene que las propuestas del político del PSOE «aportarán más deuda, más impuestos, más desequilibrio y más dinero a pagar por parte de los ciudadanos, con, por tanto, enormes aumentos de gasto que se transferirán en una deuda que generará menor oportunidad de crecimiento». Asimismo, infiere que «ligar los salarios a los beneficios empresariales, como pretende Sánchez, dará lugar a que, teniendo en cuenta que el 40% de las empresas está en pérdidas, suponga que acabarán bajando los salarios».

José María Rotellar, profesor universitario de Economía y director del Observatorio Económico de la Universidad Francisco de Vitoria, sostiene, por su parte, que el discurso de Sánchez traerá, sin duda, «más gasto, más déficit y más deuda». «Nos lleva a la quiebra -apunta Rotellar-. ¡Y no! ¡No podemos! Porque -explica- si no estuviésemos sostenidos por el BCE, lo pasaríamos muy mal para financiarnos, de manera que la carga del capítulo III va a ser enorme».

Otro de los economistas que se han pronunciado este miércoles, esta vez vía Twitter, ha sido José Carlos Díez, quien, por su parte, ha puesto el acento en el aumento de la deuda y del déficit estructural, y al tiempo ha recordado que España paga cinco puntos más de PIB desde que llegó Sánchez a Moncloa.

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