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El Gobierno compra una bicicleta estática de lujo para el búnker atómico de Moncloa

El Ministerio de la Presidencia paga 2.200 euros por un modelo exclusivo de la marca Rocfit que solo se utilizará en caso de crisis nuclear

El Gobierno compra una bicicleta estática de lujo para el búnker atómico de Moncloa

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno. | EP

Mientras Rusia amenaza con el uso de armas nucleares en el conflicto de Ucrania, el Gobierno de Pedro Sánchez ha decidido sustituir uno de los aparatos más demandados si las principales autoridades de España se tuvieran que refugiar en el búnker atómico de Moncloa: la bicicleta estática del gimnasio.

El Ministerio de la Presidencia, que dirige Félix Bolaños, ha adquirido por 2.232,69 euros (IVA incluido) una máquina de altas prestaciones para las instalaciones del Departamento de Seguridad Nacional (DSN), el órgano de asesoramiento del jefe del Ejecutivo en esta materia y que, entre otras funciones, se encarga del mantenimiento y el «adecuado funcionamiento» del Centro de Situación del Departamento de Seguridad Nacional. Es decir, del búnker construido bajo tierra en el complejo de La Moncloa en los años ochenta.

La bicicleta existente en el búnker se encontraba «en malas condiciones», según explican fuentes gubernamentales a THE OBJECTIVE, y la elegida ahora por el DSN a finales de septiembre, tras recibir tres ofertas, pertenece a Rocfit, una empresa con sede en La Coruña que se dedica a la venta de máquinas profesionales y al diseño de instalaciones deportivas en gimnasios, centros de rehabilitación, viviendas y hoteles.

La bicicleta estática de lujo que el Gobierno ha adquirido para el búnker atómico de Moncloa. | www.rocfit.com

La compañía no publicita en su página web los precios de sus exclusivas máquinas, sino que obliga a pedir el presupuesto a través de un número de teléfono o un correo electrónico. Este diario preguntó a la compañía por el modelo entregado a Moncloa, pero no obtuvo respuesta. En todo caso, el montante desembolsado por el departamento de Bolaños -más de 2.200 euros- se sitúa muy por encima de lo que ofertan otras empresas del sector. Es más, el Ministerio de Defensa ha adquirido a principios de octubre una bicicleta elíptica para el gimnasio de la base aérea de Morón por la que abonado 1.115,7 euros. Por tanto, la mitad que la del búnker de la Moncloa.

La cinta de correr de Marlaska

El Ejecutivo ya se vio envuelto en una polémica en marzo de 2021 cuando se supo que el Ministerio del Interior gastó 2.770,90 euros en la compra de una cinta de correr para el titular de la cartera, Fernando Grande-Marlaska. La compra fue tramitada como un contrato menor, al igual que la bicicleta estática que ahora acaba de adquirir Moncloa para el búnker y que, en principio, solo se utilizará en el caso de que se active el refugio atómico.

El departamento de Marlaska justificó en aquel entonces la compra para «sustituir» otra cinta que se encontraba en la vivienda oficial en la que reside el ministro y que se habría estropeado. También se defendió el desembolso por esa máquina ante la dificultad que supondría para él la práctica deportiva al aire libre por motivos de seguridad.

Este búnker localizado en el subsuelo de la Moncloa sirve de centro neurálgico en el caso de que el Gobierno tenga que gestionar una grave crisis. La del coronavirus fue un buen ejemplo de ello. Un centenar de funcionarios trabajan en este lugar y se encargan de tener a punto las provisiones del refugio, del funcionamiento de las comunicaciones operativas entre los principales centros de poder político y militar del país, así como de la elaboración de informes sobre los riesgos más sensibles de la seguridad española en el interior y exterior.

La vigilancia del DSN es ininterrumpida las 24 horas del día y de forma periódica se realizan simulacros de respuesta a una crisis a nivel nacional y de coordinación internacional con el resto de capitales aliadas de la OTAN. La cripta cuenta con una extensión de 7.500 metros cuadrados repartidos en tres pisos subterráneos. Los funcionarios trabajan a 30 metros bajo tierra en unas instalaciones con muros de tres metros de espesor, puertas falsas, quirófano y una zona de descontaminación radiactiva y agentes químicos.

El diseño de este búnker data de la Guerra Fría y está pensado para soportar el lanzamiento de una bomba atómica sobre Madrid. En las cocinas hay siempre víveres suficientes para que unas doscientas personas (altas personalidades políticas y militares con sus mujeres e hijos) puedan sobrevivir a un asedio durante semanas.

El hospital del búnker

Nada más entrar en el búnker, en el nivel 0, se encuentra la citada sala con una ducha de descontaminación radiactiva. En esa planta se localizan también las dependencias militares y la sala desde la que se pueden dirigir operaciones bélicas en caso de conflicto. El hospital se encuentra a esa misma altura y está dotado de quirófano, UVI y vacunas contra virus como la viruela o el ántrax.

En el siguiente nivel se encuentra toda la parte civil del búnker: sala de reuniones, archivos, biblioteca, un anfiteatro para proyecciones y el gimnasio en el que se colocará la bicicleta estática recién comprada. En esta zona también están las habitaciones con baño propio para las autoridades y otras estancias más austeras para los funcionarios, así como la cocina, la cafetería y el restaurante.

Por último, en la planta más alejada de la superficie se encuentran varias salas de ordenadores, la lavandería y la zona con varios depósitos para almacenar gasoil con el que alimentar de energía al complejo subterráneo en caso de un apagón eléctrico, así como depósitos de agua, calderas, depuradoras y aparatos de aire acondicionado con los que sobrevivir en ese lugar no apto para claustrofóbicos.

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