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Gastronomía

Cinco vinos espumosos que no defraudan y que son indispensables en Navidad

Presentes durante todo el año, las burbujas se hacen imprescindibles en estas semanas: no hay celebración en la que falten

Cinco vinos espumosos que no defraudan y que son indispensables en Navidad

Dos copas de vino espumoso. | Gtres

Los espumosos son vinos ajenos a la estacionalidad, pero sí tienen en la Navidad algunos de sus días grandes. Y es que son la bebida mayoritariamente elegida para brindar y celebrar. Es la razón por la que estas cinco referencias que traemos hoy en THE OBJECTIVE se vienen a sumar a la selección que adelantábamos (en esta misma sección) semanas atrás. Porque por fortuna son cada vez más los espumosos reseñables, recomendables y con buena prensa dentro panorama vinícola español. 

Como es imposible traer a todos los que son, de lo que no se puede dudar es que los que ahora reunimos son valores seguros. Grandes referencias, de incuestionable calidad, de casas bien reconocidas e incluso alguno en el top de espumoso español

Por acotar, en esta entrega nos quedamos en un común lugar de procedencia, el Penedès catalán, teniendo en cuenta además que hasta hace unos pocos años convivían bajo la misma denominación, Cava. Ahora algunos de ellos ya no están porque forman parte del colectivo Corpinnat, una marca de calidad a la que nos hemos referido por estos lares en más de una ocasión.

Hecho el apunte en este momento es lo menos importante porque los cinco son elecciones acertadas para cualquiera de los encuentros especiales que tenemos por delante. Vinos que seguro se terminen al poco de salir a la mesa y que, si se quiere -¡y puede!– se pueden disfrutar de principio a fin de  la velada porque son espumosos que van bien con casi todo… ¡por no quedar exagerada!

Luego, en el plan culinario, los gustos y el bolsillo queda la elección final.

Cinco vinos espumosos para Navidad

Gramona III Lustros Brut Nature 2015 (34,50 euros aprox.)

De la histórica firma familiar Gramona, una de las principales impulsoras de Corpinnat, III Lustros es siempre un acierto. Procede de la finca Font de Jui –como recoge en su nombre–, es fruto de la agricultura ecológica y de las prácticas biodinámicas, y se compone de un 70% de xarel.lo y un 30% de macabeo. El vino tiene una crianza de más de 80 meses con sus lías y con tapón de corcho natural.

Se cuenta entre los brut nature con más crianza del país, y el resultado es un espumoso expresivo, intenso, con notas procedentes de esa crianza (frutos secos, tostados, aromas de panadería, especias dulces) junto a fruta de hueso, hierbas aromáticas (laurel), fruta blanca. En la boca tiene gran estructura, una burbuja finísima, sensación cremosa, gran frescura y paso largo donde aparecen toques minerales. Como seña de identidad de la casa, sale siempre envuelto en celofán biodegradable.

Vinos espumosos
Gramona III Lustros Brut Nature 2015.

Juvé & Camps Milesimé Blanc de Noirs 2019 (29 euros)

En su caso hablamos de un cava gran reserva de la centenaria casa Juvé y Camps, uno de los nombres que nunca falta cuando se habla de espumosos de referencia en el panorama nacional. Lo cierto es que su gama de productos es amplísima y en esta ocasión optamos por uno de los vinos que conforman su ‘gama de parcelarios’.

Este blanc de noirs está elaborado exclusivamente con la tinta pinot noir, plantada en una de sus fincan más especiales, La Siberia, y en concreto de la parcela más caliza de dicha finca, Rieral (nombre que queda recogido en la etiqueta). Después de una crianza de 36 meses en rima se muestra muy aromático, donde aparecen notas de frutillos rojos frescos, fruta de hueso y un toque cítrico junto a recuerdos de panadería, tostados. Corpulento, untuoso, al tiempo que fresco y jugoso en la boca, con un final persistente. Un cava que tiene también su versión rosada, Milesimé Pinot Noir Rosé 2019, hecho con las mismas uvas.

Juvé & Camps Milesimé Blanc de Noirs 2019.

Torelló 225 Brut Nature 2017 (26,90 euros)

Otra de las casas que abandonó la denominación para formar parte del colectivo Corpinnat fue Torelló Viticultors, bodega con décadas de historia a sus espaldas y más de setenta años dedicados a la elaboración de espumosos y vino embotellado. En el punto de partida, la finca ecológica de su propiedad, Can Martí, y las uvas un 45% xarel.lo, 35% macabeo y 20% parellada. Un espumoso con al menos 48 meses de crianza y rico en matices aromáticos. Presenta notas de monte bajo, flores, fruta madura, agradables toques lácticos, tostados y de panadería. Sensaciones que reproduce después en la boca, donde es sabroso, tiene cuerpo y un buen equilibrio entre amabilidad y frescura.

Torelló 225 Brut Nature 2017.

Can Sala 2008 (69,90 euros)

Este cava son palabras mayores por diversas razones. La primera de todas, la limitadísima producción de este espumoso procedente de un paraje reconocido por su calidad dentro de la denominación Cava y por lo que sale al mercado como ‘cava de paraje calificado’.  Luego, procede de una histórica bodega hoy propiedad de la familia Ferrer (Vins Familia Ferrer), miembro de lo que fue el grupo Freixenet, ahora en manos de un grupo alemán.

Pero Can Sala quedó en manos de esta nueva bodega, Vins Familia Ferrer, fundada hace cinco años con José María Ferrer, quinta generación, al frente. Su padre, Josep Ferrer Sala, era presidente honorario de Freixenet y con más de 40% del accionariado evitó que las bodegas y fincas históricas fueran a parar a la multinacional.

De este modo, Can Sala quedó en sus manos, una casa donde sus padres y abuelos elaboraron las primeras botellas de Freixenet hace más de 100 años. Ahora, respecto a la elaboración, es una mezcla de parellada y xarel.lo a partes iguales recogidas minuciosamente en la finca familiar en San Quintí de Mediona y ha reposado durante siete años con sus lías. Un cava con claros aromas tostados, de frutos secos, frutas carnosas maduras, notas amieladas y de panadería. Con gran amplitud en la boca, graso, con cierto frescor cítrico y largo recorrido.

Can Sala 2008.

Kripta 2015 (69,90 euros)

Por último, otro de los cavas aclamados desde sus inicios es el de la familia Agustí Torelló Mata. Una elaboración que desde el primer momento aparecía en la original botella que mantiene, inspirada en las ánforas romanas, y que ha contribuido también a su exitosa fama.

Kripta, podemos afirmar, es la ‘joya’ de la familia, elaborado a mano de principio a fin y procedente de un coupage de tres parcelas viejas seleccionas del Penedès de macabeo, xarel·lo y parellada (45%, 20% y 35%, respectivamente). Se trata de un brut nature, esto es, sin adicción de azúcares, ecológico, que ha tenido también una crianza de siete años en rima. De alta intensidad, expresivo, con aromas de flores blancas, manzana fresca, tostados y notas de pastelería. Tiene volumen en la boca, donde resulta cremoso, elegante con una estupenda acidez y persistencia.

Kripta 2015.

En definitiva, cinco referencias blancas que no defraudarán a quien opte por invitarlas a sus mesas navideñas. La elección queda en sus manos. ¡Feliz Navidad!

Los vinos seleccionados responden exclusivamente a un criterio profesional y de calidad.

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