Eyaculación retardada: por qué aguantar demasiado se puede convertir en un problema

Dentro de los innumerables mitos que rodean nuestra vida sexual hay que prestar especial atención a algunos que, pudiendo parecer beneficiosos, acaban convirtiéndose en un lastre. Es evidente resaltar que ciertas situaciones como la eyaculación precoz o la disfunción eréctil —uno de los nombres técnicos del temido gatillazo— suelen ser indeseadas en nuestra sexualidad.

También llamada eyaculación tardía o eyaculación retrasada, la realidad es que esta disfunción sexual debe diferenciarse claramente de lo que podríamos denominar aguante. Según diversas estimaciones, se cree que alrededor de un millón de españoles sufre eyaculación retardada.

Como insistimos, no se trata de un mito ni tampoco de una realidad de la que vanagloriarse, pues en el ámbito de la vida sexual se ha tendido a premiar o alabar la durabilidad del sexo —especialmente desde el sector masculino— sin llegar a la eyaculación por considerarse una prueba de aguante.

Por desgracia, practicar el coito y tener sexo no es una competición de resistencia donde es mejor amante —necesariamente— el que más tiempo contiene una eyaculación. Sin embargo, también se debe discernir que no es lo mismo aguantar una eyaculación como la imposibilidad de llegar a ella.

Es por esta razón que la eyaculación retardada es una disfunción de difícil tratamiento y compleja diagnosis. La edad, el estrés, una mala alimentación, una pobre forma física o cuestiones que pueden ser incluso puntuales como un estado de embriaguez o o de cansancio, pueden ser condicionantes que supongan una eyaculación retardada.

Tema baladí donde los haya, es posible que haya hombres que consigan mantener la erección sin aparentes problemas pero que no consigan eyacular. Esta situación, muy marcada por un componente psicológico —recordemos que estrés, ansiedad o depresión afectan a la libido— puede seguir acumulándose y perjudicando al no eyaculador.

Qué es la eyaculación retardada y cuáles son sus síntomas

Parece evidente entender que la eyaculación retardada (o tardía, o retrasada) es sencillamente no conseguir llegar a la expulsión del semen tras mantener relaciones sexuales, aunque para comprenderla también hay que aportar algo de luz a través del tiempo que se lleva practicando el coito.

Se estima que existe una eyaculación retardada cuando tras más de 15 minutos de práctica sexual el hombre no acaba llegando al orgasmo. Otros estudios e informaciones, como los que avala Mayo Clinic, se refieren a la aparición de la eyaculación retardada cuando el hombre necesita más de 30 minutos para llegar a ella.

Además, debe explicarse que aún así sigue existiendo otro condicionante más: la aneyaculación, que consiste en no llegar a eyacular a pesar de estar manteniendo relaciones sexuales durante un largo período de tiempo.

Estas situaciones de bloqueo pueden venir por muy diversas causas, también como explican desde Mayo Clinic, y por diversos factores. En este caso, han diferenciación entre la eyaculación retardada de por vida o la adquirida. La primera, explican «se presenta desde el momento de la madurez sexual», es decir, nunca se ha conocido otra situación. La segunda, por contra, aclaran que se produce «después de un período de funcionamiento sexual normal».

La otra realidad es comprobar cuándo y cómo se produce esta eyaculación retardada. Por ejemplo, advierten que se trataría de una eyaculación retardada generalizada si «no se limita a determinadas parejas sexuales ni tampoco a determinados tipos de estimulación». Es decir, cuando el problema no entiende de con quién compartimos cama o el tipo de sexo que se realiza, pudiendo ser sexo convencional, sexo oral o incluso a través de la masturbación.

La otra diferenciación en cuanto a tiempo se trata de la eyaculación tardía situacional, que solo aparece en ciertos casos y que puede entenderse por múltiples factores como falta de deseo sexual hacia la otra persona, cansancio, embriaguez o ausencia de libido.

Como es lógico, en casi todas las disfunciones sexuales acaba apareciendo un componente etario que complica el desempeño amatorio. A medida que envejecemos reducimos nuestro vigor y apetencia, también marcado por un matiz orgánico como es la reducción en la producción de testosterona, que podría estar detrás de estos cambios en las relaciones sexuales.

Causas de la eyaculación retardada: por qué se produce

El drama de esta falta de eyaculación o de que se alargue sine die mientras mantenemos relaciones sexuales no está solo en la situación personal, sino también en la sensación de falta de vigor o de deseo hacia la otra persona. Lo mismo sucede con la multiplicidad de sus causas, pues los factores que la pueden condicionar son muy amplios y discernir cuáles nos están afectando es complejo.

Además, se trataría también de evitar el efecto bola de nieve donde ciertas patologías o situaciones pueden ir acumulándose y, por tanto, condicionando uno tras otro nuestro desempeño amatorio. Lo que sí es cierto es que hay ciertos factores que podríamos considerar orgánicos que condicionen esta eyaculación retardada como podrían ser cirugías o el consumo de ciertos medicamentos.

En este caso, desde Mayo Clinic avisan de que hay ciertas causas condicionadas por la farmacoterapia que pueden ser fácilmente identificables, entre las que citan a:

• Algunos antidepresivos
• Medicamentos para la hipertensión
• Diuréticos
• Medicamentos anticonvulsivos y antipsicóticos

También sucede que haya que encontrar causas fisiológicas que trastoquen nuestro rendimiento sexual y que son más o menos obvias como podría ser el caso de:

• Anomalías congénitas que afecten al sistema reproductor.
• Lesión de los nervios pélvicos
• Infecciones, como las urinarias
• Cirugías prostáticas
• Enfermedades neurológicas
• Trastornos hormonales como el hipotiroidismo o el hipogonadismo

Como última losa, también se identifican patrones psicológicos que pueden suponer esta alteración sexual, lastrando las eyaculaciones y complicando a su vez la vida marital. Entre las causas mentales que podrían provocar eyaculación retardada se deberían citar depresión o ansiedad y problemas de pareja debido al estrés y otras preocupaciones.

En un caso parecido, también la autoimagen o la presión añadida pueden suponer traumas que aparezcan como la ansiedad por el desempeño sexual (estar a la altura), una imagen corporal negativa o las diferencias entre el sexo real y las fantasías sexuales. Por este motivo, también sería conveniente discernir cuándo está siendo un problema de pareja y de falta de atractivo hacia la otra persona, que es una causa también recurrente de esta inapetencia. Motivo por el que se incluso se pueden llegar a extremos de infidelidad.

Toda esta causalidad puede ser justificación suficiente para que, si la eyaculación retardada se convierte en un problema frecuente, acabemos consultando al médico cuando suponga un problema de pareja o que pudiera estar interviniendo alguna medicación en este desempeño anómalo.