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Sociedad

'La posmodernidad en jaque': el libro que enfrenta la filosofía de C.S. Lewis y Vattimo

La obra compara la visión de dos pensadores que coinciden en el diagnóstico, pero ofrecen alternativas opuestas

Julio Borges -abogado, escritor y político venezolano, exiliado tras fundar el partido Primero Justicia, presidir el Parlamento de Venezuela y oponerse a la dictadura– y Javier Ormazabal -filósofo y escritor- han publicado recientemente la obra La posmodernidad en jaque de la editorial Libros Libres. En un alegato contra la modernidad, a la que consideran culpable de acabar con los grandes relatos que articulaban las sociedades occidentales, enfrentan la filosofía de dos pensadores (C.S. Lewis y Gianni Vattimo) que coinciden en el diagnóstico pero ofrecen soluciones radicalmente opuestas.

‘Catocomunista’, nihilista y anárquico, Vattimo lleva los postulados modernos hasta sus últimas consecuencias y desarrolla el pensamiento débil, línea intelectual que aboga por la destrucción de cualquier forma de metarrelato. Sin embargo, Lewis, anglicano y tradicionalista, apuesta por la recuperación del Tao -valores objetivos para todas las culturas y momentos históricos-; es decir, la idea de lo natural.

Desgranando en seis capítulos diversos aspectos que, según Borges y Ormazabal, han pasado de ser «de la vida cotidiana» a convertirse en «campos de batalla política y social» -familia, sexualidad, democracia, medios de comunicación…-, exponen con varios casos prácticos y las citas bibliográficas correspondientes las posturas de ambos pensadores con el objetivo de responder a la pregunta de qué dirían en el presente.

PREGUNTA.- El año pasado, publicó el libro La patria que viene sobre la falta de democracia en Venezuela y la persecución a los disidentes. ¿De dónde viene la idea de inmiscuirse en un tema tan profundamente filosófico como la posmodernidad y sus consecuencias?

BORGES.- Lo que pretendo expresar en el libro es que este asunto no es abstracto a la vida cotidiana de cualquier persona. Por eso hemos buscado que cada tema esté relacionado con un caso de la vida real (sentencias, legislaciones, polémicas…). Nuestro objetivo es que detrás de grandes ideas filosóficas o debates aparentemente abstractos se entienda que está en juego la vida de todos nosotros.

PREGUNTA.- ¿Cómo definirían qué es la posmodernidad y por qué consideran que está en jaque?

BORGES.- Venimos de una tradición, la modernidad, donde se pensaba que la razón podía llegar a entenderlo todo y construir un paraíso en la tierra. La posmodernidad asume que ese ‘paraíso’ ha sido un infierno -guerras mundiales, holocaustos…- y que la razón es una pequeña vela en la oscuridad que no ilumina nada. Además, el sujeto deja de ser el protagonista del mundo y se convierte en una amalgama de historias, culturas y modas que le hacen flotar dependiendo de las circunstancias.

«C.S. Lewis observa que la posmodernidad ha creado ‘hombres sin pecho’ incapaces de trabajar en virtud»

PREGUNTA.- Las conclusiones a las que llegan C.S. Lewis y Vattimo sobre la posmodernidad y sus consecuencias son radicalmente opuestas. ¿Creen que el diagnóstico que realizaron no fue tan similar como nos han vendido?

ORMAZABAL.- En lo superficial, el diagnóstico es parecido porque parten de una instrumentalización de las personas que se origina en la modernidad y tiene que ver con tratar al sujeto como si fuese un robot o un animal. Hay mucha proliferación de lo que se denomina la razón instrumental, entonces se genera una especie de sujeto extinguido.

Eso sí, en cuanto a las razones de fondo, lo que Lewis ve como solución es una ultradeificación del sujeto. Una cambio de 360 grados hacia los valores objetivos ya que observa que la posmodernidad ha creado «hombres sin pecho» -sin capacidad de trabajar en virtud- porque les falta la fe en que exista una ley y una naturaleza humana. Vattimo es lo contrario, toma los elementos de la modernidad e inconscientemente los lleva a su última consecuencia natural: la destrucción de todo lo que no sea la libertad propia del sujeto en un sentido negativo.

Foto: Carmen Suárez

PREGUNTA.- En el libro inciden en que la modernidad ha sustituido una serie de culturas, tradiciones y religiones por creencias artificiales que buscan enfrentar al pueblo. ¿Cree que España podría seguir los pasos de Venezuela viendo que, tal y como afirma, las masas sociales cada vez se parecen más?

BORGES.- El pensamiento débil de Vattimo quiere vendernos una vida en la que nadie impone a nadie, todo el mundo es libre de interpretar lo que considere y todos viven y dejan vivir; pero no es así en la realidad, ya que detrás de esa filosofía se esconde una agenda política. No es un secreto que el filósofo viajó a países como Argentina, Venezuela o Colombia y defendió modelos como el de Maduro, Chávez o Lula.

Creía que ese sería el futuro de Europa, debido a que allí se estaba dando la expresión política de su pensamiento y veía América como la referencia para la democracia envejecida occidental.

PREGUNTA.- Viendo que los postulados de C.S. Lewis salen más fortalecidos que los de Vattimo en esta obra. ¿Qué cree que pensaría el filósofo y político italiano si la leyese ahora?

ORMAZABAL.- En el libro contrastamos las dos visiones, y eso nos da la oportunidad de expresar nuestro análisis del enfrentamiento intelectual. Si lo leyese, se quedaría con la sensación de que hay fantasmas del pasado que están resucitando en el análisis de la realidad actual, ya que apelamos a principios trascendentes que siempre han sido la salvaguarda de la dignidad de las personas y el freno para que los poderosos no incidan en un totalitarismo.

Lo interpretaría como el surgimiento de un nuevo fundacionalismo que consideraría totalitario; pero en realidad es lo contrario, buscamos asentar las bases y condiciones necesarias para evitarlo.

PREGUNTA.- ¿Por qué, siendo ambos católicos, decidieron apostar por un pensador anglicano como C.S. Lewis en lugar de otros convertidos al catolicismo como G.K. Chesterton?

BORGES.- Hay una obra protagónica de Lewis: La abolición del hombre. Queremos contrastar la idea que ahí defiende del Tao -lo universal, sin importar la religión- frente a las ideas de Vattimo que apuesta por el pensamiento débil. Además, en términos anglicanos, es perteneciente a la comunidad High church, considerada la más cercana al catolicismo. Por lo tanto, creemos que es uno de los grandes escritores cristianos y todo un referente.

«La defensa de posturas firmes hoy se interpreta como el apoyo a medidas totalitarias y dogmáticas, y es lo contrario»

PREGUNTA.- Hay quien considera que las ideas de C.S. Lewis han quedado desfasadas en la sociedad actual y es utópico trasladarlas al mundo moderno en el que vivimos. ¿Qué les diría?

ORMAZABAL.- Lewis no se puede interpretar como una figura tradicionalista. Más bien, se trata de una reinterpretación del pensamiento clásico para una era en la que el problema actual es la posmodernidad. Que haya personas que lo vean desfasado es consecuencia de una infiltración de las ideas posmodernas en las propias religiones (en particular, en la Iglesia católica).

Hoy, la defensa de posturas firmes relacionadas con el origen de Occidente se interpreta como medidas totalitarias. Nosotros revelamos que ocurre lo contrario, que cuando esas ideas se destruyen no queda barrera moral para que los menos escrupulosos se impongan mediante la violencia a los más débiles.

PREGUNTA.- En el libro critican a George Soros y su red internacional Open Society Foundations. ¿Qué interés cree que pueden tener las «elites» a las que hacen mención en imponer su agenda política?

BORGES.- Cuando Lewis habla de la abolición del hombre, acuña el término controladores: personas con un poder enorme que ejecutan una ingeniería social totalitaria contra la dignidad humana. Pero también hay una abolición interna, desde la que buscan extirpar la naturaleza humana. Quieren convertir a los humanos en masas maleables para cualquier fin, y la prueba es que en esta era vemos cosas que en el pasado habríamos considerado distópicas.

«La democracia se ha convertido en una eterna guerra entre pequeñas minorías»

PREGUNTA.- ¿Y cómo puede afectar en las democracias occidentales que la decisión de quién debe gestionar una nación venga del voto de masas que, según apuntan, han sido adoctrinadas por una serie de élites con intereses contrarios al bien común?

ORMAZABAL.- El problema de las democracias posmodernas es que ya no tienen fundamentos que unan a los pueblos y comunidades. Cuando destruyes el concepto de naturaleza humana y haces que la sociedad tome la idea de masa maleable como algo positivo, te conviertes en una persona atomizada y encerrada en tu torre de marfil porque pasas a preocuparte solo por tus fines individuales. La democracia se ha convertido en una eterna guerra entre pequeñas minorías.

Foto: Carmen Suárez

PREGUNTA.- ¿Por qué merece la pena leer este libro y a qué conclusión les gustaría que llegase el que lo haga?

BORGES.- Nos gustaría que la gente entendiese la trampa que supone que tan a menudo utilicen conceptos como pluralidad, diversidad o libertad plena. Queremos que sea un despertador para que la sociedad se cuestione estos conceptos en la vida actual.

ORMAZABAL.- Lo que intentamos es devolver a la vida pública este debate, ya que las ideas posmodernas se han convertido en los «nuevos mandamientos» y a menudo son adoptados de manera inconsciente por una masa con cada vez menos criterio. Y es que cuando destruyes los valores objetivos, pierdes criterio para juzgar lo bueno frente a lo malo. Y si no existe lo bueno y lo malo, todo pasa a depender de los intereses de los poderosos.

Es una llamada de atención para ilustrar que, cuando acabas con la ley natural inscrita en el corazón del hombre, generas casos como los que hoy en día vemos: ley de memoria democrática, cambios forzados de sexo a menores… y todo tipo de imposiciones de los que ostentan el poder a un nivel macro -multinacionales, naciones…- y a un nivel micro -profesores, padres…-.

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