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Un ganadero cántabro denuncia el robo de un mastín por parte de una 'tiktoker'

El dueño denuncia la sustracción: se lo llevó una chica creyendo que estaba abandonado y, al no tener chip, lo dio en adopción

Un ganadero cántabro denuncia el robo de un mastín por parte de una ‘tiktoker’

Chulo, el mastín cuyo robo ha sido denunciado por un ganadero de Asón, en Arredondo. | Europa Press

La Guardia Civil de Cantabria está investigando el supuesto robo de un perro a un ganadero del pueblo de Asón, perteneciente al municipio de Arredondo, por parte de una ‘tiktoker’ -creador de contenido en la red social Tiktok- de la región. La chica pensó que el animal -un cachorro de raza mastín- estaba abandonado y, tras comprobar que no tenía microchip, lo dio en adopción a una familia.

Así lo han confirmado a Europa Press tanto el dueño del animal como fuentes de la Benemérita, que recibieron a finales del pasado mes la denuncia por la presunta sustracción, a partir de la cual han elaborado el correspondiente atestado para su remisión al juzgado que, a la postre, tendrá que esclarecer estos hechos.

El ganadero denunciante, Roberto Abascal, ha explicado a esta agencia lo ocurrido desde que, a mediados de diciembre, se percató de la ausencia de su perro, de seis meses y nombre ‘Chulo’. Lo tenía en el monte, en la zona de los Collados del Asón -donde nace el río del mismo nombre- junto a otros tres mastines que se encargan de cuidar a sus cabras -tiene unas doscientas en total-.

En concreto, vio por última vez al cachorro el día 12 y lo echó en falta en torno al 14, aunque al principio no le dio mucha importancia, pues les deja comida para varias jornadas. Ha precisado que por esas fechas hacía mal tiempo y ha apuntado al respecto que cuando llueve las cabras bajan de los prados altos a zonas más bajas, próximas a la carretera.

Grabó un vídeo llevándose el perro y lo publicó en Tiktok

En esas circunstancias, y según ha relatado el ganadero a Ep, pasó por el lugar la chica denunciada y recogió al animal creyendo que estaba abandonado. De hecho, grabó cómo se lo llevaba a su casa, publicando en su cuenta en TikTok el vídeo, que vio Abascal el 20 de diciembre.

Así, contactó con ella a través de otras redes sociales para informarle de que el perro era suyo y pedirle que se lo devolviera, a lo que ella se negó alegando que lo había llevado al veterinario y, como no tenía chip, había buscado una familia y lo había dado en adopción.

A ese respecto, el ganadero ha admitido que ‘Chulo’ carecía del microchip porque lo tenía en el monte, donde estaba cuidando de sus cabras, y allí no hay acceso para que vaya un veterinario a colocárselo.

Así, la idea era ponérselo cuando bajase los rebaños a las cuadras, y por eso asume que deberá pagar una sanción o multa por haber incumplido la normativa, que según ha señalado establece que el identificador debe colocarse a los tres meses de edad del animal.

Puede demostrar que ‘Chulo’ es suyo

Entre tanto, y a la espera de que se esclarezca lo ocurrido, Roberto Abascal no sabe dónde está su mastín, aunque cree que la familia que lo ha adoptado tiene que estar «de sobra enterada» de lo que ha pasado, por lo que aprovecha para hacer un llamamiento y que se lo devuelvan.

Al hilo, destaca que la ‘tiktoker’ se lo llevó de un punto que está a un kilómetro de distancia del pueblo donde vive, de modo que a cualquier vecino que hubiera preguntado la chica, le habría dicho que el mastín tenía dueño. Y reflexiona también que podría haber avisado al Seprona, el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, en vez de llevárselo.

En cualquier caso, asegura que puede demostrar que el can es suyo: por las fotos que posee de él y, también, genéticamente, ya que es dueño además tanto del padre como la madre de ‘Chulo’.

Hay que tenerlos como una cabra más

«Tenía que estar en el monte, con las cabras», expresa en conversación telefónica con esta agencia, a la que señala que quizá cuando lo recupere ya no le sirva para cuidar el ganado, pues «igual se ha vuelto demasiado sociable».

Explica así que a estos mastines, de cachorros, no se les debe acariciar ni tampoco dar comida para evitar que se vayan con la gente en vez de quedarse con el rebaño. «Hay que tenerlos como una cabra más», sentencia.

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