Entre las propuestas, algunas ya llevadas a cabo, unas urnas-papeleras por las calles de Madrid para depositar restos de cigarrillos y votar ciertas iniciativas, a modo de «colillómetros»; la venta de botellas metálicas para rellenarlas de aguas de fuentes, además de 30 bebederos para perros; la instalación de un jardín en la galería de Cibeles o churrerías artesanas en los mercados municipales.
En esta línea, la alcaldesa ha defendido los huertos urbanos en las escuelas, que quiere ampliar de los 136 que hay actualmente a «200 o 240» a final de año. De esta forma, para 2017 los niños tendrán clases de cocina en los colegios de modo que aprendan a «hacer sopa, tortillas o rosquillas».