Empatías
Esperaban una cascada de reconocimientos internacionales y se han encontrado con algún reconocimiento, implícito y con la boca pequeña, del fracaso del proceso separatista por parte de algunos de sus protagonistas. Se ensimismaron en su lucha contra el Estado de derecho y olvidaron los sentimientos y los intereses de sus conciudadanos. El estropicio parece obvio, pero el atrincheramiento de una parte no pequeña del independentismo en un búnker cognitivo es notable. La frustración les hace aún más impermeables. Lo que nos indica que el problema entre catalanes no va a solucionarse en los próximos meses. Va para largo y los giros sentimentales no ayudan. Ahora se trata de exigir a todo el mundo empatía y solidaridad con los políticos fugados o encarcelados.