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Cómo el café y el té pueden ayudar a combatir la diabetes

Desde primera hora del día, nuestro leal compañero podría echarnos una inesperada mano para sentir los kilos de más o para minimizar otras patologías

Cómo el café y el té pueden ayudar a combatir la diabetes

Una taza de café solo | ©Freepik.

Fieles compañeros en el día a día de millones de personas. Así son el café y el té, dos de las bebidas más consumidas en el mundo. Con sus más y sus menos, su ingesta tiene ciertos beneficios para la salud que hemos mencionado en otras ocasiones en THE OBJECTIVE.

Si bien es cierto que el café ‘secuestra’ el hierro de nuestros alimentos, otras investigaciones apuntan a que puede ayudar a prevenir el alzheimer u otras enfermedades neurodegenerativas. Lo que no sabíamos, o no hasta la fecha, es que también puede ayudar a poner el freno a la diabetes.

De hecho, una investigación reciente apunta a que no solo puede frenar la diabetes tipo 2, sino también combatir la obesidad. No es la primera vez que hablamos de las bondades del café para combatir el exceso de peso, aunque sí la primera vez que emparejamos ambas condiciones. Muy relacionadas, por cierto, con el conocido como síndrome metabólico.

Como es evidente, no todo vale a la hora de entender el café para perder peso o para frenar la diabetes. No es la primera vez tampoco que hemos sacado a la palestra conceptos como déficit calórico o flexibilidad metabólica, ambos muy relacionados con la pérdida de peso.

Lo evidente que aparece en esta ecuación es que el café y el té, ambos conocidos por sus propiedades estimulantes, también almacenan ciertos antioxidantes que permiten poner bajo arresto a los kilos de más y a la diabetes.

Cómo el té y el café pueden combatir la diabetes

Una mujer añade un terrón de azúcar a una taza de café
No se trata solo de tomar café. sino también de cómo se toma. ©Freepik.

La literatura médica que vincula el consumo de café con un menor riesgo cardiovascular es abundante. Lógicamente, debe comprenderse desde un consumo moderado, tal y como ya te explicamos para hacer entender cómo el café puede ayudarte a adelgazar y a acelerar el metabolismo.

Una realidad de la que ya se hizo eco la American Heart Association (Asociación Americana del Corazón) hace unos años y que ahora vuelve a ser relevante. Una evidencia que hemos de vincular a ciertos enemigos comunes. Sobrepeso y diabetes tipo 2 suelen ir de la mano. Del mismo modo que ambos factores suelen ser concomitantes a la hora de desarrollar enfermedades cardiovasculares.

Por este motivo, la ingesta moderada de café o té negro —entre tres y cinco tazas diarias— se relaciona con menores índices de este tipo de enfermedades. También, como resulta evidente, quizá no hablemos de una prescripción para todos los públicos. Personas que sufran de hipertensión o de ciertas patologías cardíacas no deberían participar de este hábito. Es lo que sucedería, por ejemplo, con aquellos que padezcan de arritmias, ya sean bradicardias o taquicardias.

Son parte de las conclusiones a las que llega la British Journal Magazine. Esta prestigiosa publicación médica británica sostiene que el consumo de café o té puede relacionarse con menores índices de ambas enfermedades. Para ello se han valido de una aleatorización de más de 10.000 personas de orígenes europeos, centrándose en dos variantes genéticas que apuntan a cómo el organismo metaboliza la cafeína.

Curiosamente, aquellas personas que metabolizan más lento la cafeína, beben menos café. No obstante, presentan niveles de cafeína en sangre más altos que los que la metabolizan más rápido. Lo particular del estudio es que cuanto más altos eran los niveles de cafeína en sangre, mayor es la tendencia a tener un índice de masa corporal y grasa más bajos.

Cómo entender esta investigación

Una mujer sujeta un café con un plato de dulce cerca
No se debe considerar el café como el primer aliado o herramienta para combatir la diabetes. ©Freepik.

El supuesto de la investigación apunta a la cafeína y a la teína como factores principales. No obstante, el hallazgo no supone una patente de corso para hincharse a café. De sobra es sabido que la cafeína actúa como un termogénico. Esto significa que aumenta el consumo de energía del metabolismo basal y, por tanto, más calorías quemadas.

Además, la cafeína, por ese carácter estimulante, también favorece la sensación de saciedad. Por este motivo, es habitual que se vea reducido el deseo de comer. Esto permitiría además entender por qué hay un menor índice de masa corporal en las personas que presentaban más cafeína en sangre.

Por este motivo, diversos investigadores apuntan a no convertir la cafeína en un medicamento contra la diabetes. Especialmente si tenemos en cuenta que un consumo de café excesivo puede ser perjudicial. Ansiedad, insomnio o intranquilidad entran dentro de los problemas más habituales de la ingesta de este estimulante.

Todo ello nos lleva a que las mejores maneras de intentar evitar la diabetes pasan por otra serie de actuaciones. Lo primordial es tener una dieta equilibrada y saludable. También el hecho de mantener una vida lo más activa posible y, por supuesto, acompañar estos hábitos de salud con un buen descanso.

Con todo y con eso, también hemos de puntualizar la forma en la que ingerir la cafeína Se estima en alrededor de 400mg el máximo diario recomendado por persona, lo cual suele suponer un par de tazas de café. No obstante, la trampa no está solo ahí, sino en cómo tomamos esa cafeína. Si la estamos acompañando de azúcares añadidos o de grasas, por ejemplo, estaremos haciendo un flaco favor a nuestro metabolismo aún tomando la cafeína que nuestro cuerpo podría pedir.

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