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Una joven exige 30.000 euros a un fiscal al que denunció por un delito sexual y quedó absuelto

Tras recibir amparo del TC, Miriam Serrano demanda por daños morales al fiscal José Grinda por hechos de hace 14 años

Una joven exige 30.000 euros a un fiscal al que denunció por un delito sexual y quedó absuelto

Miriam Serrano, la joven que ha demandado al fiscal José Grinda. | Carmen Suárez

Nuevo capítulo en un caso que inició hace 14 años y que ahora pasa a la jurisdicción civil. Un juzgado de Majadahonda (Madrid) ha admitido una demanda de juicio ordinario interpuesta por Miriam Serrano contra el fiscal Anticorrupción José Grinda, según documentos a los que ha tenido acceso THE OBJECTIVE. Se trata de la joven jienense cuya madre denunció en 2009 a un hombre, que resultó ser el integrante del Ministerio Público, por mantener conversaciones de carácter sexual con su hija a través de una aplicación de mensajería instantánea, cuando esta tenía tan solo 15 años. Unos hechos por los que un juzgado de Alcalá la Real (Jaén) investigó a Grinda por un presunto delito contra la intimidad sexual de una menor. Una causa que fue archivada en 2017 al no haberse podido acreditar que el fiscal fuese consciente de que la joven era menor de edad mientras mantuvieron contacto telemático.

Tras recibir amparo del Tribunal Constitucional (TC) hace un año por vulneración de su derecho a una tutela judicial efectiva, Miriam Serrano reclama ahora 30.000 euros de indemnización por daños morales al integrante del Ministerio Público. Una demanda que Grinda tacha de «artificial» y atribuye a una campaña de descrédito promovida por personas ajenas a la joven «con intereses» en desacreditar su prestigio y su labor profesional. Como fiscal Anticorrupción ha llevado ante los tribunales a la mafia rusa, a exjerarcas chavistas que presuntamente saquearon la petrolera estatal venezolana PDVSA y muchas otras causas a nivel internacional y nacional, como el caso Emperador contra la mafia china o el caso del 3% en Cataluña.

En su demanda de juicio ordinario por supuesta «responsabilidad extracontractual», los abogados de la joven admiten que el juez instructor que archivó el caso «no estimó demostrado» que Grinda conociese la minoría de edad de la joven cuando se produjeron los hechos. No obstante, añaden que sí quedó «probado que el demandado mantuvo contactos de contenido sexual a través de internet, cuando mi mandante contaba con solo 15 años de edad, en el transcurso de los cuales aquel exhibió a la entonces menor actos sexuales explícitos, tanto en pareja como en solitario, manteniendo conversaciones en las que la animaba a que se desnudara y a que participara en relaciones sexuales».

Los chats del caso

Como reveló este diario, en los chats que obran en el sumario de la causa que quedó archivada definitivamente en 2017, se confirman conversaciones de carácter sexual y también figuran fotogramas de vídeos en los que se identifica al fiscal. No obstante, en los documentos que figuran en la causa no hay ninguna imagen de la entonces menor y las conversaciones revelan que el fiscal interrumpió el contacto con la joven en cuanto tuvo conocimiento de que tenía solo 15 años.

«La falta de efectivo conocimiento del demandado sobre la minoría de edad de mi mandante, obstativa al surgimiento de responsabilidad penal, le es sin embargo imputable a título de imprudencia o falta de cuidado efectivo», indica el abogado de Miriam Serrano en la demanda. «Pese a que el demandado vio la cara a mi representada y, con ello, sus rasgos todavía adolescentes, no adoptó las cautelas necesarias para verificar que fuese mayor de edad, debiéndose estimar por ello acreditada una patente falta de cuidado de suficiente entidad como para hacer un reproche a título de culpa», añade.

El fiscal Grinda niega este extremo. En su perfil en la red social Badoo, cuyo acceso es exclusivo para mayores de edad, la chica decía tener 22 años. Según los chats que figuran en el expediente judicial, en febrero de 2009 y durante cinco días, la joven mantuvo contacto a través de esa red social Badoo con un hombre y una mujer que nunca llegó a ser identificada en la causa. Los chats revelan el carácter sexual de las conversaciones y apuntan a que la pareja habría intentado que la chica les viese a través de la webcam mientras mantenían relaciones. También confirman que la chica le ocultó su edad real al fiscal Grinda. «Debí decirlo», reconoce Miriam Serrano en uno de los mensajes intercambiados justo después de que la pareja descubriera que tenía 15 años. Momentos despuéspusieron fin a las conversaciones por Badoo.

Demanda por daño moral

No obstante, en su nueva demanda, el abogado de Miriam Serrano afirma que «dicha conducta causó un daño» a la joven. «Con solo 15 años presenció sexo explícito y conductas exhibicionistas, además de conversaciones en las que se le animaba a participar en los actos sexuales presenciados así como a desnudarse». «De este modo, se produjo un innegable daño moral indemnizable, pues la contemplación de tales imágenes y su intervención en conversaciones de esta índole, cuando solo contaba con 15 años de edad, necesariamente produjo una afectación en su esfera más íntima, su integridad, dignidad y en el correcto desarrollo de su personalidad».

En concreto, ve como «razonable» una indemnización de 30.000 euros. Esa cantidad es, precisamente, la cantidad que el Tribunal Supremo ordenó pagar recientemente a las herederas del exfiscal y abogado Ignacio Peláez, fallecido en 2017, por difamar y vulnerar el derecho al honor de José Grinda en televisión. En dos programas distintos de Intereconomía y 13TV, y de forma reiterada, Peláez acusó públicamente a Grinda de ser un «pedófilo» y un «pederasta reincidente», según la reciente sentencia del Alto Tribunal.

Para sostener sus descalificativos, Peláez dio a conocer que el fiscal anticorrupción se había visto implicado en dos causas penales relacionadas con presuntos delitos contra la intimidad sexual de menores de edad. Uno en Galicia y otro en Andalucía. Este último caso era el de Miriam, quien al ver en televisión las acusaciones de Peláez contra Grinda, ocho años después de aquellas conversaciones por Badoo, se interesó por el estado de la causa que se inició en 2009 con la denuncia de su madre ante la Guardia Civil en Alcaudete, el pueblo de Jaén donde vivía.

Un exfiscal y la sombra de la mafia rusa

En ese lapso de tiempo, los nueve años transcurridos entre Badoo y las declaraciones de Peláez en televisión llamando pedófilo a Grinda, la causa se había sobreseído provisionalmente, no solo por no haberse acreditado que el fiscal supiese que la joven era menor de edad. También porque Miriam Serrano no acudió a ratificar en 2013 su versión ante el juzgado. Grinda acusó en un diario italiano a Peláez de atacarle por trabajar al servicio de la mafia rusa, a la que el fiscal anticorrupción estaba investigando.

Dos años después de la muerte de Peláez, en 2019, Miriam Serrano solicitó acceso al expediente judicial completo de su caso en Jaén. No se lo dieron, entre otras razones, para proteger la intimidad del fiscal Grinda, quien llegó a recibir amenazas de muerte de la mafia rusa. Solicitó protección especial para él y su familia. En 2021, Miriam Serrano Recurrió al Tribunal Constitucional en amparo. Los magistrados estimaron que se vulneró su derecho a una tutela judicial efectiva al denegarle la Justicia de Jaén el acceso que solicitaba al expediente completo de su causa contra Grinda. Según el fallo del Constitucional, se protegió el derecho a la intimidad de Grinda (que alegaba que los documentos del caso podrían dañar su reputación si caían en manos de personas a las que investigaba) de manera injustificada.

La corte de garantías obligó a entregar el expediente judicial a Miriam Serrano. 14 años después de sus contactos con Grinda, Miriam Serrano le reclama ahora una indemnización por daños morales. Ya lo intentó en el año 2020 en un Juzgado de Instrucción de Madrid, pero su petición fue desestimada. Fuentes cercanas al fiscal enmarcaban el recurso de amparo de Miriam Serrano ante el TC como un nuevo intento por desprestigiar la imagen de Grinda. Además, apuntan a que personas con intereses ajenos a esta causa están financiando las acciones judiciales interpuestas por la joven. Sin embargo, en una entrevista con este diario, Serrano aseguró que al hacerse adulta, y ver en televisión a Peláez hablando sobre Grinda, entendió realmente el daño que le había producido la experiencia vivida cuando tan solo tenía 15 años. Y aseguró que su único fin era obtener justicia. Pero admitiendo al mismo tiempo que, después de tantos años, ya no cree en la Justicia.

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