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Las apps de eHealth aumentan la adherencia al ejercicio físico en el 70% de los casos

Los españoles se muestran abiertos a utilizar aplicaciones móviles de salud, que mejoran la eficacia de rutinas de ejercicios y actividad física

Las apps de eHealth aumentan la adherencia al ejercicio físico en el 70% de los casos

Deberíamos hacer ejercicio físico moderado de 150 a 300 minutos semanales. | Unsplash

La tecnología no tiene por qué estar reñida con los hábitos de vida saludables. De hecho, en los últimos tiempos se han transformado en grandes aliadas. Y es que el uso de apps de eHealth aumentan la efectividad y la adherencia de los programas de actividad física. Los resultados son mejores cuando han sido prescritos mediante dispositivos digitales móviles que cuando estos mismos planes se prescriben de forma presencial o sin soporte tecnológico.

En una sociedad cada vez más digitalizada, tiene sentido abordar nuevos métodos y procedimientos, como las apps de eHealth, para mejorar la eficiencia de los programas de actividad física como tratamiento a diferentes patologías.

Tanto en la actividad física como en el ejercicio, que son dos conceptos distintos, las herramientas de salud digital y móvil son cada vez más habituales y se presentan como una solución para optimizar la gestión, evaluación y control por parte de profesionales médicos.

El móvil y las apps son las herramientas preferidas para monitorizar la actividad física | Unsplash

Esta es una de las conclusiones de un metaestudio elaborado por el investigador Toni Caparrós, dentro del programa de Salud y Psicología de la Escuela de Doctorado de la UOC. La investigación está dirigida por Carme Carrion, investigadora principal del grupo eHealth Lab, de los Estudios de Ciencias de la Salud, y colaboradora del eHealth Center.

«La presencialidad es efectiva y necesaria, pero el ámbito digital tiene sus ventajas. Permite abarcar grupos poblacionales más amplios y acercarse a población que por dispersión o por dificultades de desplazamiento no puede acceder a tratamientos presenciales», señala Caparrós, que considera que la comunicación fluida a través de las herramientas digitales logra que una mayor efectividad en este tipo de programas.

Apertura a probar las ‘apps’ de salud

El uso de las tecnologías digitales para la salud es muy popular en España, especialmente en comparación con otros países europeos.

Según la Encuesta de salud digital y sector farmacéutico 2021 de Accenture, tan solo un 25% de los españoles no utilizó ninguna tecnología digital para gestionar su salud, mientras que ese porcentaje asciende al 36% en el resto del mundo. Las funcionalidades más empleadas fueron las consultas virtuales con médicos, las apps de salud y las historias clínicas electrónicas.

Lo llamativo de este informe es que incluso aquellas personas que no han probado los servicios sanitarios digitalizados, como citas virtuales o gestión de citas, están abiertas a probarlos. Una apertura que puede ser aprovechada no solo para mejorar la precisión de los diagnósticos, sino también los planes de tratamiento, también en el ámbito de la actividad física.

No es lo mismo actividad física y ejercicio

¿Qué se considera actividad física? La Organización Mundial de la Salud (OMS) la define como «cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos, con el consiguiente consumo de energía», es decir, se incluyen los movimientos durante el tiempo de ocio, para desplazarse a determinados lugares, o los que formen parte del trabajo de una persona. Aquí entrarían también actividades no solo deportivas, sino también caminar o jugar.

De esta forma, la actividad física general se diferencia del ejercicio físico, definido por el American College of Sports Medicine como el movimiento planificado, estructurado y repetitivo para mejorar uno o más componentes de la aptitud física.

Todo adulto entre 18 y 64 años debería hacer ejercicio físico moderado entre 150 y 300 minutos a la semana como mínimo. Estos requisitos se pueden reducir a entre 75 y 150 minutos semanales cuando hablamos de ejercicio intenso.

Los mayores de 65 años, además, deben complementar esta actividad con ejercicios dirigidos a mejorar su calidad de vida y seguridad, tal como recomienda la OMS. Desde este organismo, se recuerda que la actividad física contribuye a la prevención y a la gestión de enfermedades no transmisibles, como las cardiovasculares, el cáncer o la diabetes.

Efectos de las apps de eHealth en el ejercicio

El estudio, que se ha publicado en abierto y cuenta con la financiación del Ministerio de Ciencia e Innovación, analiza de forma no cuantitativa los resultados de otras 13 investigaciones redactadas entre 2011 y 2021. De este modo, evalúa hasta qué punto se tienen en cuenta las características individuales de las personas y sus patologías a la hora de prescribir y llevar a cabo programas de actividad física.

A partir de esta revisión, se obtiene una serie de conclusiones que relacionan de forma positiva el uso de las apps de eHealth y la continuidad y efectividad de programas de ejercicio físico.

En el 70% de los casos estudiados se encontró una mejora significativa en la eficacia de los tratamientos de actividad física. De hecho, en el 85% de los estudios analizados concluían que la adherencia a los tratamientos, es decir, su cumplimiento, era mayor cuando implicaba tecnologías de salud móvil.

Sin embargo, a la hora de estudiar los efectos de estos tratamientos, la mayoría de las investigaciones se centraron en la cantidad de ejercicio, con criterios como el número de pasos al día, en lugar de priorizar la intensidad o en la calidad de este.

Los más utilizados: apps y el móvil

La herramienta de apoyo más habitual son las aplicaciones móviles y los teléfonos inteligentes, aunque algunos tratamientos se comunican mediante otras tecnologías, como los mensajes de texto o las redes sociales.

Aunque de los estudios analizados se concluye que las intervenciones de ejercicio físico en el ámbito digital son igual o más efectivas que las presenciales, las variables que utilizan muy genéricas, ya que sus diseños no son específicos para los individuos participantes ni para las enfermedades. Esto es importante porque no es lo mismo dirigirse a una persona de más de 70 años que a una persona joven con competencias digitales diferentes.

La investigación seguirá desarrollándose con el objetivo de mejorar la prescripción del ejercicio físico en el ámbito de la salud digital, con atención a las necesidades individuales del paciente, como las patologías que padece, su condición física y la prescripción según criterios médicos. Pero también tendrá en cuenta las capacidades tecnológicas de cada individuo.

Para Caparrós, lo relevante es que más que la cantidad de ejercicio, se evalúe la calidad del mismo y su combinación con el uso de aplicaciones de eHealth.

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