Los expertos piden unificar el IVA para elevar la recaudación sin perjudicar la economía

Expertos economistas de la talla de Miguel Ángel Fernández Ordóñez, Ángel de la Fuente, Benito Arruñada y Leandro Prados de la Escosura coincidieron este jueves en defender el paquete de reformas económicas necesarias para España, de cara al próximo Gobierno. Así, y desde el punto de vista fiscal, apostaron por un IVA único y casi universal, con un objetivo: gravar más el consumo, pero penalizar menos el IRPF y la contratación. En definitiva, un sistema que no perjudique el crecimiento económico, y al tiempo, eleve la recaudación de las cuentas públicas.

En un debate organizado por THE OBJECTIVE en el auditorio de Abante en Madrid, Ángel de la Fuente, doctor en Ciencias Económicas por la Universidad de Pensilvania y actual director ejecutivo de Fedea, abordó la política fiscal en su primera intervención planteando un sistema sostenible y eficiente si, como parece, necesitamos muchos ingresos para mantener los servicios públicos. Y si bien para ello se hace ineludible controlar el gasto público, y por supuesto, ampliar las bases imponibles y ni subir tipos, también considera estimulante un IVA único y casi universal.

En cualquier caso, políticas que no contribuyan a incrementar el gasto público, como a su modo sí hace la actual reforma de pensiones del ministro José Luis Escrivá, un despropósito al quitar los mecanismos de control, el mecanismo de equidad intergeneracional o indexar estas prestaciones al IPC.

Se trata pues, sostiene De la Fuente, de reconducir en este caso la reforma de pensiones y orientarla en un sistema de cuentas nocionales, como se hace en Suecia, cuentas que irían ligadas al PIB. Además, añade el también profesor asociado de la Universidad Autónoma de Barcelona, el nuevo Gobierno debe abordar la ansiada reforma del sistema de financiación autonómica, procurando la mejora de la responsabilidad fiscal de las admnistraciones, de forma que las comunidades autónomas internalicen los costes y no solo los beneficios.

Las reformas que necesita la economía

El catedrático de Organización de Empresas en la Universidad Pompeu Fabra, Benito Arruñada, también partió su alocución en una reforma fiscal que grave más el consumo y no tanto el IRPF, y sobre todo, que se promueva la libertad en acuerdos contractuales, como la relación entre inquilinos y propietarios, cuestión ésta, la relación contractual, que en su opinión los gobiernos no promueven mucho, porque quizá la mayoría del electorado no quiera.

Cuando liberalizamos la economía en los años 80 -explicó Arruñada-, que fue cuando el potencial de la economía explotó y ganamos, al tiempo nos cansamos y ese ímpetu, por parte de los españoles, desapareció. Y de hecho -remarcó-, «con las reformas de 2012 nos quedamos cortos».

Miguel Ángel Fernández Ordóñez, por su parte, aludió a otro asunto de actualidad al analizar la falta de liberalización del sector financiero. El exgobernador del Banco de España afirmó que España no es una isla y, como el resto de los países, se está dejando llevar por una corriente antiglobalización para asumir cuestiones de rigor como el incremento de la desigualdad y el cambio climático.

«Hemos hecho mal el diagnóstico, y lo que no hay que hacer es eliminar aquellas políticas de mercado que aumentan el PIB, porque, para atajar la desigualdad y el cambio climático hacen falta ingresos». El que fuera ex secretario de Estado de Economía y Hacienda en diversos gobiernos socialistas también ponderó la importante reforma que traerá el euro digital, una reforma incipiente que puede tener un efecto superior sobre nuestra economía a la reforma tecnológica.

La educación en la ecuación de la productividad

El doctor por la Universidad de Oxford y doctor en Economía por la Universidad Complutense de Madrid, Leandro Prados de Escosura, defendió en la misma línea que el resto de participantes en las Jornadas económicas de THE OBJECTIVE reformas encaminadas a un estado sostenible, señalando la correlación que hay en esta ecuación entre la calidad del sistema económico, y por ende, la productividad, la desigualdad y la educación.

En opinión de Prados de la Escosura, está demostrado que una baja cualificación en el mercado laboral directamente conduce a una baja productividad y, por tanto, a menos PIB.

En el apartado del mercado laboral, Arruñada sostuvo que la impresión que tiene como economista es que lo hemos hecho mal, porque tenemos tipo marginales muy elevados con tipos medios muy bajos y eso ha acabado distorsionando.

El también investigador en Fedea se mostró preocupado porque el Gobierno esté asumiendo la vieja política industrial, porque, -dijo con rotundidad- «es una forma de cargarse el mercado». Por eso, aventura, «nuestra reforma del sector eléctrico destruirá el europeo.

Un sistema en quiebra

De la Fuente, por su parte, priorizó garantizar la seguridad jurídica para que no se acometan actuaciones arbitrarias, si España quiere atraer inversiones. También valoró el papel relevante que ostenta la educación, fundamentalmente profundizando y mejorando la Formación Profesional y asegurando la sinergia entre las necesidades de la empresa y las de los estudiantes.

A propósito de la educación, Benito Arruñada añadió el preocupante tema del capital humano de un sistema, el español, que «está en quiebra», entre otras cosas, porque «en nuestro país se está educando en el consumo y no para mejorar la producción».

Y más allá de la reforma educativa que España tiene aún por resolver, Arruñada fue muy crítico con el actual Gobierno y sus ataques a las empresas, así como con el impuesto que está gravando la facturación y no los beneficios empresariales, preguntándose de este modo, dónde está España.

A la educación se refirió Leandro Prados en su siguiente intervención, dibujando la preocupante actitud pasiva de los alumnos españoles, en un marco sin incentivos y donde los profesores se centran en desplegar el mayor número de publicaciones, en lugar de cultivar el valor de la docencia.

Unos fondos sin verdaderas reformas

Los fondos europeos también fueron escudriñados por los cuatro ponentes del debate propuesto por THE OBJECTIVE. Sin ambages, De la Fuente afirmó que el problema de las ayudas Next Generation ha sido un diseño que no ha contado con el contraste de las empresas, las comunidades autónomas y la oposición, para promover verdaderas políticas de Estado. En ese debate, el director ejecutivo de Fedea trató la reforma de pensiones de José Luis Escrivá, de la que dijo ha conseguido el efecto contrario de lo que perseguía, un sistema de pensiones sostenible, porque aumenta el gasto y apenas incrementa los ingresos, algo que la UE sabe y no reconduce.

En opinión de Arruñaga, las ayudas europeas podrían haber tenido otro cometido, por ejemplo, reducir la deuda, porque, a tenor de lo hecho hasta ahora por parte del Gobierno, las reformas no han servido para nada, y además se han resucitado las viejas políticas industriales que movilizan subvenciones. Asimismo, señaló: «No podemos volver a la planificación».

De una manera más genérica, Fernández Ordóñez puso el acento en la importancia de hacer prevalecer en las políticas la forma en que se hacen las reformas. Según el antiguo gobernador del Banco de España, en la actualidad, tenemos una forma de hacer las reformas que impide que las cosas se debatan, y prima la urgencia como modus operandi, en general en todos los partidos. En contraposición con España, donde explicó que una comisión parlamentaria puede durar unas horas, aclaró que en Alemania suelen durar semanas de debate. Lo que no puede ser, manifestó, es que «las reformas se resuelvan en el despacho de un subsecretario con los intereses de las empresas». En ese sentido, defendió el papel de los secretarios generales técnicos y de las memorias bien hechas, y que no concluyan «diciendo que ha sido imposible establecer una conclusión por las múltiples variables».

Sobre estas últimas cuestiones reaccionó Benito Arruñada añadiendo que «la comparativa de quien más ha utilizado los reales decretos como forma de Gobierno, y como modo de acometer reformas, ha sido pavorosa en el caso de Pedro Sánchez, que ha abusado de ello con la justificación de la urgencia». El problema -defendió- es que el Tribunal Constitucional no ha frenado este proceso y se prevé que siga fallando. Tenemos -concluyó- un sistema institucional insuficiente y bajísimo».

Leandro Prados de la Escosura finalizó el debate advirtiendo del problema del envejecimiento de una sociedad, la española, que está «adormecida».