Es la primera película keniata que ha tenido el honor de competir en Cannes, el festival de cine más respetado del mundo. Pero las autoridades de su país de origen la han censurado al prohibir que se exhiba en salas. ¿Por qué? Porque Rafiki cuenta una historia de amor entre dos mujeres. Pero esta normativa tiene durante esta semana una excepción en Kenia, ya que un tribunal ha permitido su exhibición durante una semana justa. El motivo es sencillo: la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos establece que, para que una película pueda optar al Oscar a la mejor película de habla no inglesa, esta debe estar en cines en su país de origen durante un periodo de al menos siete días consecutivos. Así, la Justicia keniata intenta ganarse el visto bueno de Hollywood y, de paso, aunque sea a regañadientes, permite a los habitantes del país disfrutar del filme.