Un negro y un sudamericano
«El Papa y Obama se reúnen bajo un impresionante despliegue de seguridad». Me hace ilusión ver cómo, poco a poco, el mundo va ampliando fronteras. Dos de los hombres más poderosos del mundo son un negro y un sudamericano.
«El Papa y Obama se reúnen bajo un impresionante despliegue de seguridad». Me hace ilusión ver cómo, poco a poco, el mundo va ampliando fronteras. Dos de los hombres más poderosos del mundo son un negro y un sudamericano.
Partir de lo que nos une, no de lo que nos divide. Es la estrategia que sigue el papa Francisco. Y con el presidente Obama no iba a ser distinto. Han reído, han bromeado, pero sobre todo han hablado de inmigración y de lucha contra la desigualdad.
Es inquietante este momento de la historia, en el que el Papa Francisco es el payo más popular e influyente de la actualidad, portada de la revista Time y la revista Rolling Stone, que lo declara personaje del año.
Continúa el drama en la frontera española de Melilla. Y continúa la izquierda clamando contra el gobierno y contra el capitalismo y contra la madre que parió a todo el mundo occidental.
Hasta los más reconocidos vaticanistas acaban por reconocer que no entienden ni papa. De hecho, ninguno apostó por Bergoglio antes de convertirse en Francisco porque un experto es uno que sabe tanto sobre tan poco que ni puede ser contradicho ni merece la pena contradecirle.
El templo de Pashupatinath en Katmandú (Nepal) se ha vuelto estos días el gran centro hindú de alabanza al Dios Shiva. Una glorificación un tanto especial en la que cabe la marihuana, la danza y el cuerpo lleno de cenizas.
El senador demócrata de Virginia, Mark Warner, considera que Justin Bieber es «una mala influencia» para los jóvenes y apoya que sea deportado.
La cristiandad más antigua se alojó en el difuso territorio que hoy llamamos Oriente Medio. Siglos después llegó la invasión musulmana, pero antes estuvo la hebrea.
En nueve meses ha conseguido más que otros Papas en años.
Si es usted ateo, eso es todo. No siga leyendo. No celebre la Navidad, el Misterio por excelencia.
El Papa Francisco se ha pronunciado sobre el capitalismo y la globalización, y algunos cristianos que ya suponíamos lo que se avecinaba no podemos estar de acuerdo con la simplificación inherente en esas palabras que, como hacía aquella teología de la liberación, tan americana como el Pontífice, buscan en la libertad económica la explicación de las desigualdades que reinan por doquier.
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